La mentira tiene precio
ARIADNA NAVARRO CAPRILES | EL UNIVERSAL
miércoles 24 de abril de 2013 12:00 AM
Es el principio del comienzo. No cabe duda.
Con cada acusación del Gobierno sobre presuntos atropellos, agresiones, actos cometidos por la oposición, minorías oligarcas, no dejo de salir de mi asombro sobre la inocencia de su discurso. Trato de ponerme brava, pero más bien me da vergüenza ajena.
Esta gente no se ha enterado -asumo que porque viene guión directo de Cuba- que la gente, de todo nivel, hoy en día tiene celulares con cámara, que aunque no lo crean, pueden tomar fotos y prepárense, videos, y además pueden mandarlo directamente a las redes sociales. Sí yo sé, increíble, ¿verdad?
Hay dos opciones. Cuando dicen, por ejemplo, que destruimos no sé cuantos CDI y en dos horas los reconstruimos, pintamos, limpiamos, la gente piensa:
1.- Creen que somos absolutamente idiotas o
2.- Ellos son absolutamente idiotas
Quiero ayudarlos a entender el mundo en el que vivimos, en donde la tecnología no permite encontrar rincón donde esconderse.
Todo lo que digan se dispersa en segundos, al mundo entero. Todo. Y ahí las voces que gritan verdad son más que las que se tragan mentiras. Fotos, videos, entrevistas que inundan nuestra psique desmienten locuras y desvaríos. El siglo XXI deja cada vez menos espacio a la mentira y manipulación. Nuestra gente, nuestro pueblo que ustedes se adjudican son nuestra policía, nuestros jueces, nuestros ojos. Y dicen basta.
La mentira tiene un alto precio. A todo nivel. Es un pozo sin fondo donde se van los votos rojos a diario.
No pueden callar a un pueblo que cuenta con la verdad comprobada y no la mentira comprada. No somos oposición. Somos Venezuela. La verdad está con nosotros, con millones. Y por primera vez en años, vale más que la mentira.
Con cada acusación del Gobierno sobre presuntos atropellos, agresiones, actos cometidos por la oposición, minorías oligarcas, no dejo de salir de mi asombro sobre la inocencia de su discurso. Trato de ponerme brava, pero más bien me da vergüenza ajena.
Esta gente no se ha enterado -asumo que porque viene guión directo de Cuba- que la gente, de todo nivel, hoy en día tiene celulares con cámara, que aunque no lo crean, pueden tomar fotos y prepárense, videos, y además pueden mandarlo directamente a las redes sociales. Sí yo sé, increíble, ¿verdad?
Hay dos opciones. Cuando dicen, por ejemplo, que destruimos no sé cuantos CDI y en dos horas los reconstruimos, pintamos, limpiamos, la gente piensa:
1.- Creen que somos absolutamente idiotas o
2.- Ellos son absolutamente idiotas
Quiero ayudarlos a entender el mundo en el que vivimos, en donde la tecnología no permite encontrar rincón donde esconderse.
Todo lo que digan se dispersa en segundos, al mundo entero. Todo. Y ahí las voces que gritan verdad son más que las que se tragan mentiras. Fotos, videos, entrevistas que inundan nuestra psique desmienten locuras y desvaríos. El siglo XXI deja cada vez menos espacio a la mentira y manipulación. Nuestra gente, nuestro pueblo que ustedes se adjudican son nuestra policía, nuestros jueces, nuestros ojos. Y dicen basta.
La mentira tiene un alto precio. A todo nivel. Es un pozo sin fondo donde se van los votos rojos a diario.
No pueden callar a un pueblo que cuenta con la verdad comprobada y no la mentira comprada. No somos oposición. Somos Venezuela. La verdad está con nosotros, con millones. Y por primera vez en años, vale más que la mentira.
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