Cuentos ¿infantiles?
¿Serán los cuentos infantiles, la razón de tanta delincuencia desatada? Veamos:
1.- La caperucita roja
Irresponsabilidad materna, sadismo, asesinato, gerontofilia y travestismo.
Una madre irresponsable envía sola y con una minifalda roja a una pequeña de siete años quien, para llegar a casa de su abuelita, debe cruzar un espeso bosque en donde vive un animal sádico que persigue a niñas indefensas. Otro personaje de este cuento es el lobo, quien además de sádico y travesti, padece también de una desviación llamada gerontofilia, es decir, no encuentra satisfacción sexual sino acostándose con viejitas. En el cuento, el lobo se raspa a la vieja y a falta de Perrarina, se “jarta” a la abuela. Luego se disfraza con la ropa de ella, pero la cosa no termina allí, de pronto aparece el amante de la abuela (el cazador), y delante de la niña (la caperucita) mata al lobo, le abre la barriga y saca a la anciana medio digerida pero viva.
2.- Hansel y Gretel
Privación ilegítima de la libertad, maltrato físico a menores, práctica de brujería y canibalismo.
Dos inocentes niños pasean por un horrible bosque. Se encuentran con una casita de chocolate que resulta ser una trampa de una bruja caníbal, que acostumbra encerrar a los niños para engordarlos y luego comérselos.
3.- Juancito y las habichuelas mágicas
Incitación a la insalubridad pública, invasión a la propiedad privada, estafa y asesinato.
Juancito es un niño irresponsable y medio pendejo. La mamá lo manda con una vaca a hacer cola en un mercado para que la cambie por comida, ya que se están muriendo de hambre debido al desabastecimiento. En el camino, se encuentra con un estafador que le cambia la vaca por tres caraotas gigantes, diciéndole que son mágicas. Llega a su casa y la mamá, con toda razón, le da una pela y arroja las semillotas por la ventana. En la noche creció una mata de caraota gigantesca. El niño sube por ella y al final, encuentra un castillo en donde vive un gigante, quien es engañado por Juancito y lo empuja desde las nubes. El gigantón cae muerto en medio del pueblo.
Transcurridos tres días, nadie pudo mover los cuarenta metros del cadáver del gigante, quien, al pudrirse, desató una gigantesca epidemia que acabo con todos los personajes de este cuento y con los personajes de otros libros de la biblioteca.
Don Quijote de La Mancha, saltó de un grueso libro con su Rocinante, lanzando una españolada digna de él: ¡Joder!, ¿podrían ponerme lejos de los cuentos infantiles?
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