Más libertad y menos controles
Es increíble cómo países vecinos avanzan: tal es el caso de Brasil, donde su presidente Dilma Rousseff habla de competitividad y economía de mercado en Washington. Lamentablemente, los venezolanos somos los únicos atascados en un modelo económico retrógrado y comprobadamente fracasado.
Observamos con tristeza cómo, por ejemplo, el gobierno, después de haber expropiado una larga lista de empresas entre las que hoy quiero destacar las 256 empresas de alimentos, ahora vemos que no haya cómo hacer para ver cómo legitima una barbarie contra la Polar.
Todo lo contrario ocurriera si este gobierno incentivara la producción con la mitad de la fuerza con la que la combate; no tengo la menor duda de que hoy en día seríamos una potencia exportadora.
Por otro lado, una vez más Maduro convoca a los empresarios al diálogo. Este encuentro no debe ser solamente una reunión para tomarse una foto de precampaña y hacer creer a todos que el Ejecutivo se preocupa en buscar un entendimiento por el bien común de los ciudadanos, sino una solución real para acabar con la escasez y desabastecimiento, y de esta manera tratar de devolverle la confianza a los venezolanos. Por tal razón, Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, le tomó la palabra e invitó al mandatario nacional a su asamblea anual.
Ojalá esta vez el diálogo sea para lograr acuerdos, asumir compromisos y avanzar. De lo contrario, mejor que ni se reúnan para tomar café porque no hay y, con leche, menos.
Esperemos que el supuesto encuentro no sea para reclamarles y culparlos de la fulana “guerra económica”, sino para que dejen de imponerle controles al sector productivo, cesen los acosos, así como los encarcelamientos a sus directivos y abogados, y de igual manera no les infiltren más sindicatos ni les confisquen sus mercancías. Por último, no le saboteen su sistema de distribución.
Por otro lado, queremos ver a un gobierno que apoye al sector privado para producir, vender y exportar artículos y que, por lo menos, mientras salimos de esta crisis, deje de ayudar a otros países.
Para finalizar con el tema económico le recomiendo al gobierno que aplique un ajuste en el que, entre otros aspectos, se reduzcan los gastos, se eliminen los controles, haya apertura económica, disciplina fiscal, en fin más libertad y menos controles.
Ya que tocamos el tema económico, me gustaría hablar de las elecciones del PSUV, y pudiéramos decir que hay un desmadre financiero en Grecia y uno electoral en el partido de gobierno.
No se le puede pedir fidelidad a un pueblo burlado y hambriento. Es un total descaro escuchar hablar al gobierno de las supuestas colas kilométricas para votar; sin embargo, es ese mismo gobierno que es sordo, ciego y mudo ante las largas colas para poder comprar algunos de los productos básicos y el inmenso desabastecimiento existente.
La hegemonía comunicacional del gobierno les servirá para tratar de invisibilizar las colas que se hacen para adquirir comida, pero no para llenar centros electorales. Quedó demostrado que el 6 de diciembre los electores votarán con el estómago y no con su corazón.
Aprovecho esta tribuna para hacer un llamado a mis compañeros de la Unidad Democrática: Aunque vimos parte de lo que serán los comicios parlamentarios, no debemos subestimar al PSUV. Sabemos que el gobierno está dando patadas de ahogado, pero no nos confiemos que son de los que les gustan las artimañas. Tenemos mucho trabajo por delante para poder dar ese primer paso importante hacia el cambio que hoy la mayoría del pueblo venezolano reclama y para ello hace falta una unidad sin exclusión, y mucha disciplina y organización.
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