Referencial / Asesinos-en-serie
(03 de abril de 2017. El Venezolano).- Los niños de Venezuela, cada vez se le trunca aún más su futuro, y es que algunos de ellos, cambian cuadernos y lápices, para salir a la calle con puñales y cuchillos, con el fin de abrirse al mundo de la delincuencia, ellos creen que esta una manera, de callar su estómago ante el hambre.
De acuerdo a lo reseñado por El Norte, “son unas mentes asesinas” atrapadas en cuerpos de niños. No demoraron mucho tiempo en demostrarlo. Fueron autores intelectuales y materiales de aquel doble asesinato de la madrugada del 18 de marzo que conmocionó la opinión pública, pues dos sargentos del Ejército venezolano Yohan Miguel Borrero Escalona y José Andrés Ortiz se quedaron pequeños para aquellos “hampitas de calle”.
Andaban de civil y desarmados cuando salieron de la tasca El Colosseo, de la avenida Los Jabillos del bulevar. Los tragos demás que se habían tomado producto de la efusividad de la noche quizá los volvieron vulnerables para aquella jauría que los cercó en la penumbra.
La saña de aquel espeluznante hecho estremeció a los venezolanos. Aún cuando funcionarios policiales tuvieron cocimiento de la conformación de este grupo hamponil, que reiteradamente ha robado a más de un transeúnte, no procedieron. No buscaron herramientas para “meterlos en cintura”. Los dejaron ganar terreno, tomar mayor poder para delinquir a sus anchas.
La supuesta banda conformada por niños y adolescentes que desde hace mesestomó posesión del Bulevar de Sabana Grande en Caracas, capital de Venezuela, se hizo sentir con fuerza, con sangre, con resentimiento y sin miedo.