PASIONARIA
Rodulfo González
Cultivé para ti, tierna amada, en el huerto
de mi cariño, una planta de pasionaria para que comas del fruto que tanto te
gusta o prepares un delicioso jugo que yo no probaré por las razones que tú
conoces.
¿Sabías, amada del alma, que hay más de 500 tipos de esta trepadora, capaz de
equilibrar la tensión, abatir el ansia e inducir al sueño?
¿Sabías, amada llena de encantos, que el nombre de esta planta se originó en la
pasión de Jesucristo, el Hijo de Dios que entregó su vida para que tus pecados
y los míos y los de toda la humanidad fueran perdonados?
Los componentes de esta flor color rosa, blanco y malva, portentosa
amada, describen cada uno de los sufrimientos del Señor cuando ascendió a los
cielos, por proclamar la verdad que desde hace dos mil años ha nutrido de
alimento espiritual a millones de seres de toda la faz de la tierra.
Tú y yo, amada indescriptible, hemos alimentado nuestras almas de esa verdad
eterna.
Sus filamentos, amada, evocan la corona de espina que para humillarlo colocaron
en su frente quienes lo sacrificaron.
Los estambres, amada, simbolizan las cinco heridas que las lanzas de sus
verdugos hicieron en su venerable cuerpo.
Los tres estilos, amada, representan al
igual número de clavos que se hundieron en su dos manos y en sus pies.
Y los pétalos, amada, simbolizan a los doce apóstoles que lo acompañaron en su
breve estadía real en la tierra, pero inconmensurable espiritualmente.
Inclusive Judas Iscariote, que entregó a Jesús a los soldados romanos con un
beso en la frente
Y también Pedro, el que lo negó tres veces, y a pesar de ello el Maestro
le encomendó la tarea de dirigir el predicamento del Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario