A Scott Kieffer, director de discipulado en St. Joseph the Worker (San José Obrero), en Maple Grove, Minnesota, le quedan 29 lagos para cumplir su propósito de rezar un Rosario en cada uno de los 300 lagos del Área Metropolitana Urbana Gemela (Saint-Paul y Minneapolis).
Scott Kieffer se propuso este objetivo en 2017, cuando buscaba formas de conectarse con la naturaleza mientras rezaba. Esta actividad resultó ser una fuente de descanso y paz para él, quien describe la experiencia como un verdadero retiro espiritual personal.
“Sabía que la creación y la naturaleza podrían ser una de las formas de ayudarme a entrar en contacto un poco más con mi fe y abrirme más fácilmente a la oración”, explica el Sr. Kieffer, quien comenzó a navegar en kayak en el lago detrás de su casa y a orar allí. Y cuando fue a otro lago, pensó que también podría orar allí. “Luego comencé a ir a otros lagos y pensé que sería divertido probar otros nuevos y saber que había orado en cada uno de ellos”.
Scott Kieffer generalmente no usa un rosario físico en el lago, lo que le requeriría detenerse para rezar y estar en el agua mucho tiempo. En cambio, él cuenta cada avemaría haciendo presión sobre el remo con cada uno de sus dedos. De esta forma puede remar y seguir avanzando.
"Cuando estamos en la naturaleza, estamos en el mundo de Dios", dice. "Creo que Dios quiere que cada uno de nosotros tenga una relación rica con él y con nuestra fe. Deseo que todos encuentren una forma creativa de renovar su relación con Dios. Creo que hay muy buenas formas de llegar a Dios más fácilmente y depende de nosotros descubrirlas”, dice Scott Keiffer, quien espera que su experiencia inspire a muchos: “especialmente si sienten que su vida de oración está estancada”.
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