Así se celebra la Navidad en Venezuela
Si algo tienen los venezolanos son tradiciones de sobra en Navidad: las hallacas preparadas en familia, las gaitas con acento zuliano, el encendido de la Cruz en el cerro El Ávila, esperar la llegada del Espíritu de la Navidad, comer dulce de lechosa, las ferias para comprar presentes a los más queridos, así como también las patinatas en espacios públicos, son tan solo algunas de las costumbres que le dan ese toque auténtico a las festividades más esperadas del año, y que suelen ser memorables para aquellos que están fuera del país.
Pueblito chiquito, tradición grande
En pequeñas localidades de diferentes regiones del país, se conservan tradiciones que reavivan las festividades año tras año, pero que en las grandes ciudades, aunque se hagan esfuerzos por rescatarlas, suelen pasar de largo en medio del ajetreado día a día.
Por ejemplo, el primer domingo de diciembre, comienzan las celebraciones en los estados Aragua y Carabobo con una fiesta llamada “Velorio, Danza o Romería de los Pastores del Niño Jesús”. A partir de la celebración de la Misa, se desarrollan vistosas procesiones, animadas por complicadas y alegres danzas en la calle y la iglesia, acompañadas con música, para rendir homenaje al Niño Dios, lo irreverente del asunto es que todos los celebrantes son hombres pero muchos de ellos visten con atuendos femeninos ya que deben bailar en parejas.
En la región andina (Táchira, Mérida y Trujillo), entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero se realiza la “Paradura del Niño”, una fiesta emblemática que se celebra en las casas, donde la devoción se transmite a través de complejos y elaborados pesebres y que se basa en pasear al Niño Jesús, con cantos y procesiones.
El anhelado día de la celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan coplas pidiendo al Niño Dios que bendiga las casas y los campos. Posteriormente cuando termina el paseo, el Niño regresa al Pesebre.
En algunas poblaciones, una persona simula robar la imagen, escondiéndola por tres días, entonces en medio de la ceremonia se negocia con un cortejo de niños interpretando la Virgen, San José, los Reyes Magos, pastores y ángeles, a quienes se suman las autoridades de la localidad.
Esta simpática celebración se llama “Robo y búsqueda del Niño”. Todas las acciones se acompañan con aguinaldos, y alegre música en vivo alusiva a las fiestas.
El gentilicio a través de la sazón
En cuanto a la comida, cada región le da un sabor especial a la Navidad haciéndolo único al resto del país y del mundo. El caso de la hallaca bien puede explicar este delicioso fenómeno que complace hasta los paladares más exigentes, ya que varía dependiendo la región donde se prepare.
Comencemos por la región más fría y a la vez más cálida de Venezuela, Los Andes, que comprende Táchira, Mérida y Trujillo: tiene la particularidad que se prepara con el guiso crudo y se le añade garbanzo.
En los estados Apure, Barinas, Guárico, Cojedes y Portuguesa, donde se nace bailando joropo, las hallacas incluyen todos los tipos de carnes y su sabor es un poco picante.
Por otro lado, en Anzoátegui, Sucre, Monagas y Bolívar, al oriente del país, donde se habla rapidito y se disfruta del sol de verano los 365 días del año, este platillo se identifica por las rodajas de papa y huevo sancochado que se utilizan como adorno. También es muy típico en la Isla de Margarita que se prepare con pescado.
Aunque la gastronomía navideña venezolana hace parte esencial de diciembre, también es muy tradicional la decoración de los espacios con adornos alusivos a la festividad.
No obstante, la hallaca suele presentarse en la mesa acompañada por la popular ensalada de gallina, que comúnmente es de pollo desmechado, mayonesa, junto a trozos de papa y zanahoria. Algunos le agregan guisantes tiernos, cebolla o perejil, mientras que los paladares más “atrevidos” suelen colocarle cuadritos de manzana verde para darle un toque especial. Otra tradición culinaria es el jugoso pernil; y el consentido pan de jamón, infaltable en la mesa.
Una comida sin postre es como un traje sin corbata
Y como bien señala el dicho, no podía faltar un dulcito de lechosa para hacer la sobremesa, la apetecida torta negra que se presta hasta para una meriendita con una taza de café o hasta el reconocido panetón, el cual ha sido adoptado en la mesa navideña criolla desde hace mucho tiempo, y que según cuenta una de tantas leyendas con respecto a su origen, en Milán las personas empezaron a acudir en gran volumen a la pastelería a pedir el “pan de Toni”, así se llamaba el ayudante, y de ahí viene el nombre de “panettone”.
Todo a tu paso te recuerda que es Navidad
Por otro lado, aunque la gastronomía navideña venezolana hace parte esencial de diciembre, no es lo único, también es muy tradicional la decoración de los espacios con adornos alusivos a la festividad.
Existe una delgada línea entre decorar y sobre cargar. En los hogares, por ejemplo, es muy usual que se cruce esa frontera imaginaria y se utilicen todo tipo de adornos alusivos a estas fiestas, se estila desde la típica alfombra de “Bienvenidos” en la entrada, pasando por los alegres juegos de baño, la vajilla y vasos de Papá Noel, el pesebre principal y los secundarios, posicionados en varios lugares de la casa; las guirnaldas con luces y accesorios en los marcos de pasillos o puertas, el arbolito de Navidad repleto de luces y con todo tipo de detalles, tiernos peluches a la espera de visitas para ser contemplados y apapachados, luces vibrantes con diferentes formas y colores en las ventanas, cientos de adornitos en la mesita de centro, y hasta las clásicas bufandas y prendedores rojos o verdes que anuncian en nuestro closet que llegó la Navidad.
La hora más esperada, la de los regalos
Aunque se sabe que el día de Navidad es el 25 de diciembre, los venezolanos nos anticipamos y disfrutamos de la compañía de familiares y amigos desde el 24, esperando ansiosamente, adultos y niños, la media noche para darnos un fraternal abrazo por la llegada del Niño Jesús y posteriormente abrir los regalos que por tradición se ubican al pie del colorido árbol de Navidad.
Dichos regalos suelen darle vida a la creencia religiosa de ser un obsequio de “El niño Jesús”, o del mismo “San Nicolás”, que cumple con el pedido de regalos que días antes los niños hacen a través de una carta. Otra forma de recibir presentes es gracias al tradicional juego “amigo secreto” que consiste en repartir entre un grupo de amigos o familiares el nombre de todos los participantes escrito en papelitos, para luego elegir uno al azar y mantener en secreto hasta el día del intercambio de obsequios a quién se le regala.
Similar a éste último, es el conocido como “amigo robado” el cual consiste en acumular los regalos en un mismo lugar, repartir papelitos con números a todos los participantes, por orden de números seleccionar al azar algún regalo, destaparlo y el próximo participante puede tomar la decisión entre “robar” el regalo elegido por la persona anterior o tomar uno del cúmulo de obsequios.
@TitaBeltran
primeraaaaaaaaa weeeeee
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