“La Iglesia no puede callarse ante la violación de los DD HH”
El monseñor Ovidio Pérez Morales destacó que cuando un gobierno pretende saltarse compromisos de la Constitución, como las elecciones, denota su carácter autoritario
El monseñor Ovidio Pérez Morales lamentó que en Venezuela todo el que disiente del gobierno sea atacado violentamente.
El obispo emérito e integrante de la Conferencia Episcopal Venezolana afirmó: “Es un proyecto en el cual la disidencia no tiene cabida. Monseñor Diego Padrón acaba de hacer referencia al Plan de la Patria, proyecto de construcción de un Estado socialista en el que coherentemente tienden a eliminar toda discrepancia, eso es lo más grave”.
En entrevista en Unión Radio, el prelado señaló que la opinión del presidente de la CEV, Diego Padrón, refleja lo que es la posición de la institución que rechaza la raíz del problema: el Plan de la Patria.
El monseñor explicó que siempre que la Iglesia asume posiciones que molestan al poder, se le acusa de meterse en un campo que le es ajeno, “pero la Iglesia, inevitable y necesariamente, como el evangelio y la fe, tiene implicaciones en el plano de la convivencia humana. No es lo mismo la injusticia que la justicia, la libertad que la esclavitud, la opresión o la tolerancia; eso no es nuevo”.
“La Iglesia no puede callarse ante la violación de los derechos humanos, la opresión contra un pueblo, la corrupción desatada o la delincuencia sin freno”, afirmó Pérez Morales.
Recordó que en 2007 cuando se intentó reformar la Constitución, la CEV puso de relieve que lo que se planteaba de convertir a Venezuela en un Estado socialista era moralmente inaceptable y que iba contra los principios fundamentales de la carta magna.
Recalcó que un poder concebido como omnímodo, “inevitablemente tiende a ir contra todo lo que signifique disidencia. Tratar de poner a la Iglesia en el cajón de la oposición es el expediente que siempre se saca cuando dice algo. No es nada nuevo, pero no podemos permitir que nos encajonen así por decir algo que está en la línea de la coherencia cristiana porque moralmente no se puede aceptar la violación de los derechos humanos ni tampoco que el Estado se conciba como el dueño de las personas”.
Destacó que cuando un gobierno no tiene palabra y pretende saltarse compromisos establecidos en la Constitución, como las elecciones, denota su carácter autoritario. “En ese sentido el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral obedecen al Plan de la Patria. Lo grave es que mucha gente no ha captado que ciertos pasos son lógicos y coherentes dentro de ese proyecto. Por eso la CEV propone un cambio en la dirección política del país”.
Apuntó que el “diálogo” siempre fue un instrumento para distraer, para dividir a la oposición y serruchar el prestigio de la Santa Sede. “Desde un comienzo una de las partes fue una cuestión para desarmar a la sociedad y enfriar al adversario”.
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