“No es buen momento para que la dictadura desate otra Primavera Negra”
CubaNet entrevista a dos de sus colaboradores, exprisioneros políticos de la Primavera Negra: la economista Martha Beatriz Roque Cabello y el escritor y periodista Jorge Olivera.
LA HABANA, Cuba. – En la madrugada del 18 de marzo de 2003, el Gobierno cubano desató una ola de arrestos y allanamientos domiciliarios a lo largo de todo el país. La escalada represiva culminó el día 20 con el saldo de 75 detenidos, entre periodistas independientes, bibliotecarios, sindicalistas, activistas pro derechos humanos y miembros de la oposición pacífica.
Dos semanas después de las detenciones masivas, las autoridades de la Isla llevaron a cabo juicios sumarios contra las víctimas, condenadas a penas de entre seis y 28 años de privación de libertad.
Lo que se ha catalogado como un “error de cálculo” en la política represiva del fallecido gobernante Fidel Castro, se le conoce como la Primavera Negra de Cuba: la peor ola de violencia oficial contra la sociedad civil.
La economista Martha Beatriz Roque Cabello y el escritor Jorge Olivera Castillo formaron parte del grupo de los 75 condenados. Tras 18 años de la Primavera Negra, los dos colaboradores de CubaNet permanecen en la Isla junto a otras seis personas procesadas durante la ola represiva. No obstante, la mayor parte de los presos políticos de la Primavera Negra se vieron obligados a exiliarse, tras las negociaciones entre la Iglesia Católica, el Gobierno de España y el régimen de la Isla.
En 2023, se extinguirá de manera natural la sanción de 20 años de cárcel impuesta a Martha Beatriz Roque. Mientras, este 18 de marzo acaba la condena de 18 años contra Jorge Olivera.
“Cuando me arrestaron llevaba 10 años en el activismo prodemocrático. Primero fui sindicalista, y en el año 1995 comienzo en el periodismo independiente”, dijo a CubaNet mediante una videollamada Olivera Castillo, quien se encuentra en la Universidad de Harvard como beneficiario de una beca.
“Nunca esperé esa arremetida, al menos con tal magnitud”, asegura. “Después del arresto me llevaron a Villa Marista (sede de la Seguridad del Estado), donde pasé 36 días. En ese tiempo ocurrió el juicio, yo pude ver a mi abogado 10 minutos antes de comenzar la vista oral que fue una farsa mal montada. En realidad no pensé en la absolución; nos enjuiciaron porque abogábamos por el tránsito hacia la democracia, y en mi caso, por hacer periodismo independiente”.
“Fueron bastante crueles en todos los momentos del proceso”, dijo a CubaNet Roque Cabello, la única mujer del grupo de los 75.
A los seis meses de cárcel, la economista sufrió un ataque cardíaco. El Gobierno se negó a certificar el infarto bajo la presión del repudio internacional originado por la Primavera Negra.
“Me trasladaron para una sala del Hospital Militar de Marianao, monitoreada por la policía política. El 22 de julio de 2004 me dieron la libertad extrapenal (…). Yo fui la única de los 75 a la que el cardenal Jaime Ortega no le propuso la salida del país como condición para ser excarcelada”, explica Roque Cabello.
“No crítico a quienes se hayan marchado; sabemos que fue un momento difícil porque Fidel Castro decidió acabar con la disidencia en Cuba”.
En 2003, la oposición se extendía por todas las capitales provinciales y municipios de la Isla, apoyada por el auge de la prensa independiente. Castro intentó usar la invasión a Irak, comandada por EE. UU., para ocultar la magnitud de la escalada represiva contra la disidencia interna.
“Escogió ese momento preciso pensando en tapar un suceso con otro, pero pagó un alto costo político. Muchas personas amigas del régimen rompieron relaciones por la injusticia que se cometió con nosotros y por las largas condenas arbitrarias”, advierte Roque Cabello.
Otra “Primavera Negra”
En respuesta a la Ley Helms-Burton de 1996, el Gobierno cubano promulgó la Ley 88, en 1999. La también conocida como “Ley Mordaza” fue anunciada como la protectora de la independencia nacional y la economía de Cuba. Pero, en realidad, no es más que el marco legal creado y usado para condenar a todos los que el régimen considerara “mercenarios”.
Con el tiempo, a la “Ley Mordaza” se han agregado varios decretos considerados “azotes” contra la libertad de expresión: todo un engendro jurídico que ha permitido el aumento de la represión contra la sociedad civil y la prensa independiente.
En medio del creciente descontento popular, la administración del gobernante Miguel Díaz-Canel ha aumentado la represión y promovido campañas mediáticas que apelan a la aplicación de la Ley 88. La aparente intención de ahogar las voces de las nuevas generaciones de la sociedad civil ha sido interpretada como la señal de otra Primavera Negra.
“Estos grupos vinculados con el arte (Movimiento San Isidro y 27N) indiscutiblemente han tenido ideas que superan las que tuvimos nosotros”, dice Roque Cabello.
“No se puede hacer comparación entre un momento y otro: no es lo mismo Fidel Castro en el poder que Raúl Castro, y mucho menos Díaz-Canel, que es conocido como ‘el puesto a dedo’. Ellos (el Gobierno) van a continuar con los cercos en las casas, los encarcelamientos individuales, los actos de repudio, los hostigamientos y las multas. No creo que sea un buen momento para que la dictadura desate otra Primavera Negra”, termina la economista.
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