Funcionarios de Protección Civil alertaron del avistamiento de presuntas manchas de petróleo en la playa de Bahía Marina, en Catia La Mar (estado Vargas). 

Nelson González, coordinador del grupo de rescate Los Delfines, informó para La Verdad de Vargas que dieron indicaciones a los bañistas para evitar la zona que se presume que está contaminada. Sin embargo, también denunciaron que es posible que la mancha de petróleo se expanda por toda la playa. 

Foto: José Ángel Maicabares

Los habitantes de la zona presumen que la espesa mancha de combustible pudo haber aparecido luego de que un barco estuviera descargando “material” cerca de la zona el pasado sábado 18 de septiembre. Así lo hizo saber Simón Morfe, encargado de playa Bahía Marina, quien lamentó que esta sea la segunda vez que ocurre el avistamiento de manchas de petróleo en el mar. 

A través de las redes sociales, un usuario compartió un video en el que se puede apreciar que el crudo ya se ha esparcido por la costa. 

Miembros de Protección Civil y otros organismos del Estado actualmente estarían evaluando la situación, además de verificar la procedencia de los rastros del petróleo.

8 de febrero: ocurrió un derrame similar 

Pescadores alertaron en febrero de 2021 de una fuga de combustible que se había producido afectando a más de 100 pescadores y la fauna del sitio. La contaminación  se esparció por las playas del oeste de la costa como Tacoa, Arrecife, Las Salinas y Playa Wenke.

Foto: La Verdad de Vargas

De acuerdo con lo denunciado por los pescadores, el derrame se produjo por la ruptura de una tubería submarina que pertenece a la Planta Termoeléctrica de Tacoa. Como respuesta al hecho, los trabajadores de la empresa instalaron una barrera flotante que no logró contener la fuga del combustible. 

Los lugareños se quejaron que la magnitud del desastre no los dejó trabajar por semanas. Alegaron que la poca gasolina que podían conseguir la utilizaban para lavar las redes y el motor de las lanchas. 

De esta situación tuvo conocimiento el Ministerio del Ambiente y el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (Insopesca). Los pescadores solicitaron apoyo monetario para reponer todas los instrumentos de pesca que se dañaron por la fuga del crudo. A pesar de esto, nunca obtuvieron una respuesta. 

Derrames son un factor recurrente en las playas venezolanas

Además de los daños materiales que afectan, principalmente, al comercio en las costas venezolanas, las fugas y rupturas de las tuberías submarinas están matando poco a poco a la fauna y la biodiversidad que todavía sobrevive en la zona. 

Es común los llamados de atención por la contaminación en el Lago de Maracaibo, en las costas de Carabobo y Falcón todavía quedan las secuelas de manchas negras en la arena y en Vargas la situación también se propaga rápidamente. 

El esparcimiento de combustible contamina una fuente importante de alimentación para la población local y para la fauna que allí habita. Derrames como los reportados en 2020 y 2021 generan un impacto en las especies que viven en el ecosistema. La mayoría de los peces y otros animales no son capaces de detectar cuando un alimento está contaminado por petróleo. Al consumirlo, mueren, y los que sí sobreviven pueden terminar siendo capturados para su venta y consumo en las poblaciones aledañas. 

Foto: La Verdad de Vargas

De acuerdo con el Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP), en 2020 hubo más de 20 derrames petroleros solo en el Lago de Maracaibo, Zulia.

La bióloga Yurasi Briceño explicó en una entrevista para El Diario que cuando caen esos desechos al mar, se hunden y se apelotonan en el fondo. Una parte es llevada por las corrientes hasta la orilla, otra se evapora, y otra porción flota y es trasladada por los vientos, pero que siempre permanece en el agua.

Por otra parte, las labores de saneamiento, que deberían ser inmediatas, pueden tardar de seis meses hasta un año. Las autoridades de la industria petrolera venezolana tienen la responsabilidad de generar un informe cada vez que ocurre un derrame para determinar el origen, el tipo de crudo y el volumen del mismo, de esta manera, se puede determinar las acciones que se deben implementar en las zonas afectadas. Sin embargo, los correctivos o esfuerzos por contener estos derrames son escasos, casi inexistentes.