Es como el que va perdiendo en el dominó y tira los dados, por Beltrán Vallejo
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La humanidad toda vuelve a ser sacudida por el megalómano de Moscú con esa, su amenaza de utilizar su arsenal nuclear, porque él tiene que defender a su Rusia, así tenga que incendiar a medio planeta con su bomba atómica.
¿La humanidad merece escuchar estas amenazas? ¿Yo merezco enterarme de que alguien que está a miles y miles de kilómetros de mi hogar está dispuesto a acabar con mi vida y la vida de mi familia porque los efectos de esa explosión se sentirán en todo el planeta? ¿Usted, que me lee, merece ser amenazado por un dictador histérico de esa manera?
A Putin le está yendo mal en esa guerra que diseñó. Pensó que invadir una nación soberana en plena Europa era pan comido porque era el machote, porque tiene un poderoso ejército, porque EEUU y Europa son unos pendejos y, como los que tiene al frente son un atajo de cobardes, pues pa’ lante. Montó su guerra porque quiere convertir a Ucrania en otra provincia rusa, pues se equivocó en todo lo anterior; y él, muy a pesar de su soberbia, lo está reconociendo.
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Pero es una fiera acorralada y reacciona decretando una movilización de reservistas, lo que comprendería llevar a otros 300 mil rusos a ese matadero en que se está convirtiendo Ucrania.
Putin llama a la convocatoria de unos porquerizos referendos de las tierras ucranianas que él ha invadido con el fin de anexionarlas a Rusia (adivinen quién ganará esos referendos en unos territorios bajo los fusiles, tanques y misiles rusos). Y la cereza del helado es su amenaza de utilizar todo el armamento que tenga, dizque que para defender la integridad de su Rusia.
¿Por qué esta histeria belicista de Putin? Porque está frenado en Ucrania; porque está perdiendo la guerra; porque, gracias a Dios, los rusos están despertando de su letargo de sumisión y están tomando las calles de ese país para decirle no a la locura invasora de Putin.
Incluso, hasta en los sectores afines al dictador Putin comienzan a aparecer fisuras, debates, acusaciones, búsqueda de responsables de la desastrosa campaña bélica en Ucrania, ya que se pensó que iba a ser un paseo triunfal y resulta que los ucranianos han dado la pelea con el apoyo militar y tecnológico de EEUU y del mundo occidental.
Y Putin habla como si él fuese el único con arsenal nuclear. La OTAN (EEUU, Francia e Inglaterra) tiene bombas atómicas, pero no ha tenido la bocaza de alardear con el uso irresponsable de ese armamento. Quizás el adjetivo irresponsable es una pequeñez, pues un ataque nuclear puede significar la extinción de la raza humana. Si Putin utiliza su arsenal, la respuesta de Occidente será de la misma magnitud y se acabó la especie humana.
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Sé que en Venezuela hay sobrados motivos para protestar; pero, en estas condiciones donde el destino de la humanidad está en juego, es pertinente que se agregue otro tema de lucha y se organicen protestas donde se exija que se acabe la carnicería en Ucrania y se rechace la locura bélica de Putin. Debemos los demócratas de Venezuela acompañar la protesta mundial en repudio al dictador ruso.
Protestar contra Putin en las calles de Venezuela también es protestar contra Maduro, que es vasallo del imperio del Kremlin. Venezuela es un satélite del eje moscovita y demás ajedrez de piezas tiránicas. Maduro es un Putin caribeño que entregó nuestra nación en las garras de los intereses imperialistas de Rusia.
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