DENUNCIAS
Y MÁS DENUNCIAS SOBRE TORTURAS A LOS PRESOS POLÍTICOS
El
29 de enero de 2021 el dirigente político en el exilio, Leopoldo López, denunció
ante la comunidad internacional desde Madrid, España, en su cuenta en Twitter los
tratos crueles que reciben en los recintos carcelarios de la narcodictadura los
presos presos políticos civiles y militares.
Así
lo registró entre otros medios el portal La
Patilla.
El
entonces comisionado presidencial del gobierno interino de Juan Guaidó, citó de
manera especial el caso del capitán de navío Luis De La Sotta, documentado en
el informe de la ONU correspondiente al año 2020, quien “ha sido golpeado con pales y asfixiado con bolsa de
plástico llenas de gas lacrímogeno”.
El 10 de febrero de 2021 el portal La Patilla dio a conocer el reportaje de
Scott Smith, de Asociated Press,
sobre la pesadilla que vivió Carlos Marrón cuando regresaba de Miami, luego de
enterarse del secuestro de su padre.
-En
el aeropuerto a las afueras de Caracas, -indicó el despacho-agentes de una
temida fuerza de seguridad del Estado detuvieron a Marrón. Sin ninguna
explicación, dijo, lo llevaron rápidamente a su cuartel general.
Marrón
dijo que el interrogatorio comenzó en una celda del sótano. Los agentes le
exigieron que confesara operar un sitio web que publicaba el tipo de cambio del
errático bolívar venezolano por dólares estadounidenses en el mercado negro,
algo que el gobierno socialista consideró un delito.
Cuando
lo negó, dijo Marrón, comenzaron las torturas, golpes y asfixia.
Siguieron dos días de intenso abuso,
el comienzo de casi dos años en la cárcel venezolana. Fue acusado de delitos
financieros pero nunca juzgado; finalmente, fue liberado por razones que no
están claras.
Seguidamente
la fuente apuntó:
-La
historia de Marrón fue citada el año pasado en un informe del Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas que concluyó que el gobierno del
presidente Nicolás Maduro había cometido crímenes contra la humanidad, una
conclusión que el gobierno negó.
Ahora,
en una entrevista exclusiva con The
Associated Press, Marrón ha hablado públicamente sobre su terrible
experiencia por primera vez. Su objetivo, dijo, es limpiar su nombre y exponer
los abusos que presenció.
“Quiero
que el mundo sepa lo que está sucediendo hoy en Venezuela”, dijo Marrón. “La
tortura continúa bajo la dictadura”.
La
AP no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones de Marrón, pero su
nombre y las denuncias se incluyen en el informe de Naciones Unidas del 16 de
septiembre. Los detalles que proporcionó a AP coinciden con los que los
investigadores de la ONU reunieron en entrevistas con él, otros exdetenidos y
oficiales que trabajaban en el centro de detención.
Después
recordó:
-Un
decreto presidencial de 2010 declaró ilegal la publicación de cualquier cosa
que no fuera el tipo de cambio oficial, y las autoridades acusaron regularmente
a los “especuladores” de difundir información falsa para su propio beneficio
personal a expensas de la nación.
Horas
después del arresto el 11 de abril de 2018, el principal fiscal de Venezuela y
aliado de Maduro, Tarek William Saab, anunció en la televisión estatal que las
autoridades habían capturado a Marrón, un “terrorista financiero” empeñado en
socavar el sustento de los venezolanos comunes para su beneficio personal. Los
cargos, dijo, incluían la publicación de información falsa y lavado de dinero.
“Quizás esté dispuesto a destruir a
más de 30 millones de venezolanos”, dijo Saab, comparando las acciones de
Marrón con el “asesinato en masa”.
Y
sus carceleros lo trataron como tal.
-Dijo
que lo golpearon con una porra de metal, golpeándole los hombros, las rodillas
y la planta de los pies. Le pusieron una capucha sobre la cabeza y la empaparon
con agua para crear la sensación de que se estaba ahogando.
Te
asfixian hasta que empiezas a perder el conocimiento”, dijo Marrón. “Una vez
que ven que te estás desvaneciendo, se relajan”.
El
despacho de AP publicado por La Patilla
señaló también que “En una sesión de
interrogatorio, un carcelero preguntó si su padre necesitaba una medicina
especial porque parecía estar al borde de la muerte” y agregó: “Fue entonces
cuando Marrón dijo que sabía que su padre había sido secuestrado por agentes
para que sirviera de cebo para atraer a Marrón de regreso a Venezuela”.
Además
indicó:
-Mucho
más tarde, Marrón se enteró de que su padre fue liberado de la misma cárcel
cuatro días después de su propio arresto.
Si
bien el peor abuso se produjo en los primeros dos días, Marrón dijo que más
tarde sufrió una “tortura suave”, confinamiento en una celda estrecha con
varios otros hombres. Tuvieron que defecar en botellas o bolsas de plástico que
podían vaciar cada pocos días. Recibieron poca comida y bebieron agua corriente
contaminada que les causó enfermedades digestivas. Marrón dijo que perdió 66
libras (30 kilogramos).
Tamara
Taraciuk Broner, subdirectora interina para las Américas de Human Rights Watch,
con sede en Nueva York, dijo que el encarcelamiento de Marrón fue típico en la
Venezuela de Maduro, donde los civiles a menudo son detenidos arbitrariamente
por fuerzas de inteligencia militar y sujetos a abusos y procesamientos sin el
debido proceso.
Según
esa informante, que habló con AP bajo condición de anonimato, temiendo por la
seguridad de sus familiares en Venezuela Marrón fue “víctima del perverso
sistema que Maduro y sus compinches han puesto en marcha para silenciar a
cualquiera que publique información crítica o incómoda para el régimen”.
La
detención de la víctima fue hecha por funcionarios de la siniestra Dirección
General de Contrainteligencia Militar, que responde directamente a Maduro como
comandante en jefe de las fuerzas armadas, registró el informe de la ONU.
Las
autoridades finalmente otorgaron a Marrón una liberación condicional en enero
de 2020, cuando se relajaron los estrictos controles sobre el dólar.
-Las
autoridades –precisó la AP- lo obligaron a entregar su pasaporte y aceptar no
salir del país, pero tramó su fuga de Venezuela en coordinación con
diplomáticos estadounidenses en Bogotá. Condujo a través del país hasta la
frontera con Colombia y, a pie, se dirigió a encontrarse con los funcionarios
estadounidenses, quienes lo ayudaron a regresar a Florida y a su esposa y sus
dos hijos.
El
27 de enero de 2021 Julio Borges, para esa fecha comisionado
presidencial para las Relaciones Exteriores de Venezuela del régimen interino
de Juan Guaidó reiteró este sábado que los militares detenidos en los últimos
años por el régimen de Nicolás Maduro están siendo torturados.
En
su cuenta en Twitter el también dirigente de Primero Justicia escribió también:
-Nuestros
oficiales institucionales de la Fuerza Armada, que están presos por defender la
Constitución, son torturados y sometidos a las peores condiciones de reclusión….Pedimos
que las organizaciones de derechos humanos alcen su voz y presionen al régimen
para garantizar la vida y libertad de nuestros militares.
De igual modo Borges denunció que el
régimen adelanta estas acciones junto a su aliado Cuba con la intención de
“destruir” la Fuerza Armada de Venezuela.
“Por eso persigue y encarcela a
quienes son ejemplo dentro de la institución. El mundo no puede permitir ni un
atropello más, exigimos la libertad plena de todos los militares que están
injustamente detenidos”, apuntó.
Por
otro lado, según registró El Nacional,
de acuerdo con la ONG local Foro Penal Venezolano, al menos 123 militares
permanecen tras las rejas por oponerse al régimen de Maduro.
-Uno
de ellos, -precisó El Nacional- de
acuerdo con el recuento que hace el Foro Penal, es el coronel del Ejército
Johnny Mejías Laya, quien fue detenido el 30 de enero de 2019 sin que hasta
ahora se conozcan los detalles de su caso.
Los
familiares de este uniformado han denunciado que durante el tiempo que ha
permanecido detenido y bajo custodia del Estado ha sido sometido a torturas
físicas y psicológicas.
María
Gabriela de Mejías, esposa del militar preso, denunció que al militar se le
niega la atención médica y los fármacos que necesita para atender algunas
dolencias.
La
denunciante, que usó su cuenta en Twitter para visibilizar esta anomañia, escribió
también:
-Hace
más de 8 días (que) a mi esposo, el coronel Johnny Mejías Laya, no le entregan
unas pastillas que se le envió porque está orinando sangre.
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