¿Puede el régimen hacer fraude?, por Freddy Núñez
TCDX: @nm_freddy
María Corina Machado es un fenómeno político como jamás se había visto en Venezuela. Ni siquiera cuando Hugo Chávez ganó las elecciones en diciembre de 1998.
Hay una diferencia fundamental en las campañas de ambos personajes, la del Teniente-coronel se cimentó en el odio, en el resentimiento, en la venganza, en la intención perversa de dividir a los venezolanos entre los buenos (sus seguidores) y los malos (todos los demás).
En el caso de MCM, adalid de la candidatura de Edmundo González Urrutia, el mensaje político que siembra por todos los rincones, es la necesidad de unirse para sacar adelante a la familia venezolana y al país.
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Venezuela está literalmente destruida, en 25 años de desgobierno han convertido a las empresas del estado en chatarra y destruido la economía privada. Han tenido que irse del país casi 8 millones de compatriotas a buscar el futuro que el régimen les niega, son casi el 25 % de los venezolanos. Solo se constata el hambre, la miseria generalizada y la corrupción.
Es pues imperativo salir de este régimen para poder cambiar a Venezuela. Lo que se está viviendo está a la vista de todos -sin ninguna posibilidad de engaño porque se muestra de manera directa, en tiempo real- es la expresión de una esperanza poderosa, de una voluntad de cambio que emerge de la Venezuela profunda.
María Corina y la dirigencia política que la acompaña, no se ha limitado a las grandes concentraciones en las capitales de los estados, no, ha ido a encontrarse con la gente en los más recónditos confines de la patria donde permanecen victimas del olvido y la desidia oficialista.
El país está estremecido hasta sus cimientos, María Corina Machado es un revulsivo que ha puesto en pie de lucha a un país que estaba postrado por la desesperanza. Y es que 25 años de mentiras, de saqueo, de enriquecimiento inmoral a costa del pueblo, de violaciones a los derechos humanos, no podía continuar impunemente.
Jorge Rodríguez afirmó recientemente que la oposición se estaba preparando para cantar fraude en las elecciones, a eso respondemos que deben prepararse ellos para entender que la Venezuela de hoy, no Caracas, el país todo, sabrá enfrentar cualquier intento de desconocer el triunfo apabullante de Edmundo González Urrutia.
Y es bueno recordar algunas verdades al país. Este régimen convirtió a la mentira en política de Estado. Son en sí mismo un fraude, pues violan a diario la Constitución Nacional y las leyes de la república. La manipulación de los poderes del Estado hasta convertirlos en oficinas de Miraflores, les ha permitido cometer todo tipo de tropelías a lo largo de ¼ de siglo.
Nos queda el acto formal de ejercer el derecho al voto en las urnas electorales, pues las calles de toda Venezuela están abarrotadas de venezolanos que sin distingos de ninguna naturaleza muestran su hastío por el régimen y la férrea voluntad de seguir hasta el final el liderazgo de María Corina Machado.
OJO, señor Amoroso. No es que va a darse el lujo de inventar como hizo en el ridículo consultivo, 10 millones y medio de votos que nadie vio, que no existieron. No es que va a aparecer anunciando el triunfo de Edmundo González Urrutia por un pequeño porcentaje, no, señores del régimen, lo que viene es un verdadero tsunami electoral de venezolanos dispuestos a defender ese triunfo.
Sobran testimonios del histórico ventajismo de todo orden que ustedes han utilizado en los procesos electorales hasta llegar al propio fraude como se lo dijeron sus antiguos amigos de Smarmatic luego de la irrita elección de la constituyente de 2017, al señalar que «al menos un millón de esos votos eran producto del fraude».
Hasta ahora han cometido vilezas de todo tipo para tratar de impedir, primero las primarias y ahora la candidatura opositora. De un régimen antidemocrático, sin ética alguna, se puede esperar cualquier cosa, pero la disposición a defender los votos existe poniendo énfasis en el cuidado de los cuadernos electorales.
La Fuerza Armada Nacional tiene un papel que jugar, hacer respetar la Constitución, su cúpula no está por encima de ella.
Veamos pues si se atreven a intentar un fraude contra el país.
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