¿El populismo arruinó al Club Atlético Boca Juniors?
La gestión política del club, asociada con el kirchnerismo, no da pie con bola. Las advertencias de Milei.
Desde hace tiempo, la política y el fútbol en Argentina están entrelazados. Muchos proyectos que involucran la unión de estos aspectos llegaron hasta las directivas dentro de los clubes, así como también hay casos en los que desde los equipos salieron dirigentes para la política nacional. Mauricio Macri, antes de ser jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la Nación, tuvo a su cargo una exitosa gestión en Boca Juniors.
Luego de que el expresidente argentino ya no se encontraba al frente del club, Boca no repitió los éxitos deportivos que consiguió entre 1995 y 2007. Lo cierto es que Macri tampoco pudo lograr el mismo performance como político en el país. Sin embargo, más allá de procesos de luces y sombras, el presente actual del xeneize es lamentable.
Este miércoles, cayó contra Vélez Sarsfield por 4 a 3 en la semifinal de la Copa Argentina, un certamen que, más allá de garantizar el acceso a la Copa Libertadores de América, era como un “premio consuelo” para los dos equipos grandes del país, en caso de no conseguir la liga o un torneo internacional. Sin embargo, desde hace más de dos años, Boca no gana absolutamente nada. Como si fuera poco, sigue con poca suerte ante su histórico rival, River Plate, que, en los últimos años, viene imponiéndose en los “clásicos”.
A finales de 2023, Boca fue a las urnas y se impuso Juan Román Riquelme, que se venía desempeñando como vicepresidente del club. Su lista le ganó a la de Andrés Ibarra y Mauricio Macri, que proponía el retorno del “macrismo” a la directiva. Sin embargo, Riquelme se había empoderado en el club y pudo ejercer una influencia definitiva en el patrón electoral de los socios. Inclusive, antes de las elecciones, la dupla Ibarra-Macri presentó reclamos legales por esta cuestión.
Sin embargo, por más poder político que haya cosechado el exjugador y estrella del club, seguramente, si esos comicios se repitieran, Riquelme los perdería por paliza.
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Luego de un primer semestre de muy baja calidad y proyectos fallidos desde la dirección técnica del equipo mayor, Riquelme se decidió por un pleno. Trajo a otro exjugador para dirigir al equipo, en el marco de una decisión riesgosa. Optó por Fernando Gago, un exvolante que tuvo sus años de buen juego, pero que fue afectado por lesiones que nunca terminó de superar.
Su última etapa en Boca fue para el olvido. Justamente, en el marco de la discusión política del club, el actual presidente argentino, Javier Milei, se manifestó en contra de la contratación de Gago por considerarla “populista”. Tan enojado estaba el libertario con el fichaje, que en el marco de la final con River en Madrid, apenas ingresó a la cancha el exjugador del Real Madrid, se decidió por hinchar por el rival de toda la vida. Lo que podía sonar una locura, a los pocos segundos de Gago en el campo de juego se transformó en una cuestión profética. Cuando entró se cayó solo y se rompió los ligamentos.
Anoche, con la bochornosa descalificación de la Copa Argentina, volvió a viralizar un tuit de Javier Milei en contra del “farsante” de Gago. ¿La fecha del mismo? Mayo de 2017.
Ya como presidente, Milei fue a votar en las últimas elecciones, luego de apoyar a la dupla Ibarra-Macri. Un sector de la barra del club, en sintonía con Riquelme, lo abucheó al llegar al club. Unos meses después, el clima ya había cambiado por completo. El mandatario argentino mostraba una gestión eficiente, mientras que en Boca pasaba todo lo contrario.
Los que sí festejan a la dupla Gago-Riquelme son los hinchas de River, que piden que ambos se queden para siempre en el club rival. Sin embargo, la platea de Boca está que arde. Piden elecciones anticipadas y la salida inmediata del director técnico. Aunque, como siempre, hay críticas para el equipo, el presidente (vinculado para la opinión pública con el kirchnerismo) se lleva todas las críticas. El nuevo DT, que ya quedó afuera de la lucha por el campeonato y descalificado de las copas que jugó, viene detrás.
Las acusaciones, en sintonía con lo que sucedió en la política nacional, tienen que ver con el supuesto “populismo” de un exjugador que, aunque brilló en la cancha, no parece contar con el talento para la dirigencia.
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