AL BORDE DEL PRECIPICIO

Para el gobernador Morel Rodríguez Avila, ya se llegó al precipicio y por lo tanto hay que rectificar el camino.
En una Nota de Prensa llegada a la redacción de noticiasdenuevaesparta "No cabe duda que el gobierno central implementa estrategias dirigidas a la desaparición de las alcaldías y gobernaciones, y para concretar esta pretensión, viola la Constitución de Venezuela, sin lugar a dudas, llegó ya al borde del precipicio, denunció".
Adicionó que "con la fabricación de leyes que sin revisar le aprueba la Asamblea Nacional, el presidente lo que busca es implantar de una vez por todas un sistema de gobierno igual, en ideología y métodos, al que implantaron en Cuba los hermanos Fidel y Raúl Castro", e indicó de seguidas "que la sustitución de las gobernaciones y alcaldías por los consejos comunales, que en lo adelante –según la propuesta comunista- serán quienes manejen los asuntos de gobierno, demuestra que al gobierno chavista lo mueven sólo intereses ideológicos, y en su propósito nunca ha estado el verdadero crecimiento social y económico del pueblo venezolano·.
Más adelante advirtió que“Lo que acontece en nuestro país, está siendo visto con mucha preocupación por el entorno internacional, alarmados como se encuentran los pueblos y los gobiernos que se rigen por un sistema de libertades, como consecuencia de la entronización en Venezuela de un régimen que las limita y viola la legalidad flagrantemente”.
De acuerdo con su criterio, esta penosa situación puede ser revertida siempre y cuando los venezolanos terminen de entender que se encuentran en riesgo, verdadero, la democracia, la paz y el progreso; y decidan acudir a sufragar para defenderla el venidero 26 de septiembre.
“Sólo de este modo, -dijo-, podrá detenerse la avalancha que al país se le aproxima, y que si dejamos proseguir su alocada marcha terminará sepultándolo. Repito, llegamos al borde del precipicio. Está de nuestra parte, votando por una nueva Asamblea Nacional, detener o no la caída. Esa es la disyuntiva”.
Al final Rodríguez Ávila sentenció "que salvar la democracia es salvar también la república, lo que debe aceptarse como un reto ineludible para todos, incluyendo los vestidos de rojo, a los cuales se les advierte que en los regímenes comunistas siempre las “purgas” terminan desapareciendo a los incómodos, que son aquellos que tienen la valentía de reconocer errores y demandar soluciones", enfatizando que
“Nadie puede llamarse a engaños ya. El país anda mal, eso no lo puede negar nadie. Ni el propio gobierno que ya no sabe cómo disimularlo. Las regiones, a la deriva y, ahora, amenazadas con la implantación de un auténtico desorden administrativo y financiero, en una decisión realmente populista y demagógica, están francamente a la deriva. De allí que votar, y mayoritariamente para comenzar a rectificarle el camino a Venezuela, es una obligación de todos”.