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“Virgen Guaiquerí” recibe homenaje del pueblo indígena neoespartano


Desde las cuatro de las mañana, el pueblo guaiquerí de El Poblado dio inicio a las fiestas para celebrar su idiosincrasia indígena y como muestra de la ternura que sienten hacia su patrona, la “Virgen Guaiquerí”, al ritmo de la música “cañonera”, típica de antaño.

Los fuegos artificiales resonaban en los cielos y anunciaban el paso de los 90 niños y niñas que encabezaban la procesión, con el estandarte de la imagen de la Virgen hacia la Basílica Menor en El Valle del Espíritu Santo.

Katiuska Velazquez pertenece a la cuadrilla que acompañó el estandarte y a la Virgen. Con su mantilla bordada y vestida de blanco, habló de su devoción a la Madre de Dios y detalló que ese sentimiento es el que la mueve desde hace dos años para realizar el recorrido.

En las plazas y calles de El Poblado abundaban flores, globos azules y blancos, así como muchos detalles marianos. El entusiasmo de quienes no pudieron asistir a la misa del pasado miércoles 8 en la Basílica no se vio opacado, pues la comunidad estaba esparcida a lo largo de la calle principal.

En los ojos de hombres, mujeres y niños, fieles de corazón y con la sangre guaiquerí corriendo por sus venas, se observa un brillo único al hablar de su Patrona.

A las puertas de la iglesia Nuestra Señora del Valle en la calle principal de El Poblado se hallaba Pedro Carreño, a quien le faltaban las palabras al hablar de la Madre de Dios. Para él es “una emoción que no puede describir”.

Wendimar Rodríguez pertenece a la Sociedad Favorecedora al Culto de Nuestra Señora del Valle, y para ella no es simplemente una festividad. “Es algo sentimental, una devoción desde hace años que se lleva en la sangre”.
El transcurrir de las horas no debilita el ánimo festivo; al contrario, lo hace crecer porque con cada segundo llegan más personas que sienten, vibran y se emocionan por la Virgen.

Grupos musicales transitaron por la calle principal y se detuvieron frente a la iglesia con tambores, trompetas, charrascas y, con su voz, estos feligreses entonaron el “Cumpleaños feliz” para hacerle un homenaje a su Patrona.

¡Llegó la hora, llegó la hora!, gritaron los presentes para anunciar la salida de la Virgen del santuario. Eran las seis de la tarde y el sonar de las campanas marcó el inicio de la procesión. Los fieles a las puertas del templo la recibieron con pétalos de rosas, aplausos, llanto y entonando su himno, el prez y Gloria.

Fuente: Karla Marval Esteves. Sol de Margarita, 10-9-2010.