Armando Barrios
GLORIA DEL MOVIMIENTO
PLÁSTICO NACIONAL
-Pinta desde
niño y ha expuesto en
las salas más
importantes del mundo
-Pudo haber
sido un músico talentoso
si se lo
hubiera propuesto
-Desempeñó en
una ocasión la
Dirección del
Museo de Bellas Artes
D |
e no haber sido más fuerte la vocación pictórica que la musical,
seguramente que Armando Barrios, el gran maestro de la pintura, sería en los
actuales momentos un cantante lírico de mucha relevancia.
Fue la esposa del pintor, la poetisa Reyna
Rivas, su gran colaboradora, la que le reveló al periodista esta faceta de
Barrios, que no por desconocida deja de ser importante.
-Armando –reconoce- tiene una excelente voz
de barítono. Él se graduó en canto en la Escuela Superior
de Música. Por esta razón en la mayoría de sus obras se refleja mucho su
espíritu musical, bien en los nombres o en los temas de las pinturas.
Precisamente Juan Röhl,
quien ha seguido las huellas del artista desde que era apenas un muchacho de
doce años “de fisonomía adusta y concentrada, encogido por una modestia
encubridora de su innata timidez”, que luego recogió en una excelente
biografía, refiere sobre esta nueva inquietud artística de Armando Barrios:
-En su espíritu
politécnico, la música se hermanaba armoniosamente con sus ideales pictóricos.
Ambas artes se entrelazaban en un mismo sentido espiritual y tendían a
idénticos fines. Desde entonces en todo el conjunto de su obra se sienten
vibrar sugerencias musicales, a veces intuitivas, pero siempre presentes. Serán
temas preferidos los conjuntos orquestales, los artistas ejecutando música de
cámara y las composiciones coreográficas con bailarinas en poses de descanso
que nos recuerdan a Degas.
Ahora si entiende el
periodista por qué cantó el pintor en el homenaje que se tributó a Pablo
Picasso en París en la oportunidad en que recibiera el Premio Nóbel de la Paz. Por cierto, nos
contó que en esa ocasión Pablo Picasso (en el homenaje estaba también el otro
Pablo glorioso, Neruda), que era una humorista genial, ante el acecho de los
buscadores de autógrafos hizo como que se retiraba a su residencia.
-Al comprobar que
los inoportunos se habían retirado –recuerda- regresó. En esa ocasión canté
música venezolana que a Picasso le gustó mucho.
También le relató al periodista una de las
tantas anécdotas del genial pintor español, verídica, según aseguró.
-Porque –aclara- a Picasso le han atribuido
muchas anécdotas, la mayoría de ellas fruto de la imaginación de la gente, al
igual que esa presunta tacañería suya. Pues bien, en una oportunidad un famoso
imitador de cuadros le mostró una imitación que había realizado de una de sus
pinturas. Picasso la observó detenidamente y luego le manifestó al autor: “Está
tan bien hecha que parece mía. Te la firmaré”.
POCO CONOCIDO
EN VENEZUELA
Casi toda la obra de Armando Barrios, sin embargo, ha sido realizada en
el exterior. Ello no quiere decir que haya perdido la perspectiva del país
donde nació el 21 de agosto de 1920. Al contrario, en toda su obra es posible
captar la presencia de la patria que abandonó transitoriamente no por no sentir
orgullo de ella sino para aprender nuevas técnicas pictóricas, para hacer
circular su nombre en los grandes salones mundiales de exposición.
Tenía el pintor doce
años cuando ingresó a la
Escuela de Artes Plásticas de Caracas y simultáneamente al
colegio “Manuel María Echeandía” dirigido por Santiago Schnell, quien no sólo
le estimula la vocación sino que le proporciona todas las facilidades para que
pueda cumplir con ambos compromisos. De esta época se cuenta que durante los
asuetos se quedaba en el aula haciendo dibujos con tiza en el pizarrón para
ejercitar las manos.
De la Escuela de Artes Plásticas
egresó en 1937. De esta gloriosa promoción de pintores formaron parte también
Pedro León Castro, Gabriel Bracho, Héctor Poleo, César Rengifo y muchos otros
importantes artistas pictóricos.
-En esa época
–recuerda el maestro Armando Barrios- había que tener una bien acentuada
vocación para dedicarse a la pintura, pues no existían alicientes económicos.
Tuve como profesores a Marcos Castillo, Rafael Monasterios, Pedro Ángel
González y Rafael Ramón González, entre otros.
Con Antonio Edmundo
Monsanto, quien revolucionó los estudios de Artes Plásticas al sacarlos del
academicismo imperante hasta el momento de asumir la Dirección de la Escuela y enrumbarlos
hacia las vertientes modernas, entró en contacto con maestros de la talla de
Van Gogh, Lautrec, Manet, Braque, Picasso y muchos otros que le abrirían nuevos
horizontes artísticos.
-Más que director
–revela Barrios- Antonio Edmundo Monsanto era un guía y un hombre
extraordinario.
Precisamente de
esta etapa es “Retrato de Mina la
Modelo”, que le valió un premio en la Escuela de Artes Plásticas
durante un concurso interno para una obra ejecutada en el término de 60
minutos, el cual era de tendencia impresionista. Le sigue “Autorretrato”, obra
de extraordinaria importancia, por cuanto marca un hito trascendental en su
vida artística: la primera incursión en el Cubismo.
UN PINTOR A
TIEMPO COMPLETO
Toda una vida dedicada a la pintura,
efectivamente. En 1941 participó en el Salón Oficial del Museo de Bellas Artes
con el cuadro “Niña en Azul”, obteniendo una Mención Honorífica. Cuatro años
después realizó, en el mismo museo, su primera exposición individual, contrae
nupcias con la escritora Reyna Rivas, quien se convertirá desde entonces en una
brillante colaboradora suya, y efectuó un corto viaje de estudios a los Estados
Unidos. Allí se encontrará con uno de sus profesores en la Escuela de Artes
Plásticas, Luis López Méndez, quien ostenta el cargo de Cónsul en Nueva York.
-En 1958
–relata luego-realicé mi segunda exposición personal, igualmente en el Museo de
Bellas Artes, integrada por cuarenta obras realizadas con las más diversas
técnicas: óleo, pastel, acuarela y témpera. Al año siguiente viajé a París.
Sobre esta
época dice Juan Röhl, biógrafo del pintor:
-Un cambio en
su técnica simplifica las masas y purifica más las gamas de su paleta. Los
trazos de la figura humana comienzan a esfumarse, hasta llegar a ser
desapercibidos.
Y
añade:
-Se siente impresionado por el
Abstraccionismo y asiste, en París, al Taller de Arte Abstracto dirigido por
Jean Dewasne y Edgard Pillet, con quien
entabla lazos de amistad.
Mucho antes, en 1947, el pintor había recibido el Premio Boulton en el
Salón Oficial. Y en Valencia, con el pastel “Bailarina”, logra el Premio
“Arturo Michelena”.
En esta época de
transición en París concurrió al Salón de Mayo y presentó dos grandes telas en
el “Salón de la
Realite Nouvelle”. También expuso en la Casa de la América Latina y el
Museo de Arte Moderno.
-¿Qué
significado tiene esta estancia en París?
-Mi
iniciación al Abstraccionismo.
LA VUELTA A
CARACAS
En París estuvo
hasta 1951. Regresó a Caracas y montó una exposición en el Museo de Bellas
Artes con los mejores cuadros realizados en la capital francesa. Es entonces
cuando por encargo de Carlos Raúl Villanueva realiza varios proyectos de
murales con destino a la Ciudad Universitaria. Dos de estas obras son
colocadas en el Stadium Olímpico y otras en la Plaza del Rectorado. En Barquisimeto pintó otros
murales destinados al Hotel Nueva Segovia y la Feria Exposición.
Permanece en Caracas hasta 1956.
-Ese año –recuerda-
volví a París y realicé la segunda exposición personal en la Galería San Agustín.
Estando allí me llegó el nombramiento de Director del Museo de Bellas Artes.
Permaneció en ese
cargo sin atractivos económicos, hasta finales de 1958. Su esposa fue designada
Coordinadora Ad honorem. Realizó, con su gran colaboradora, una labor eficaz.
Durante esos dos escasos años efectuó la reestructuración del museo, logró
integrar la Sociedad
de Amigos, la construcción de un Teatro de Cámara y pabellones de Exposiciones
Temporales; asimismo la publicación de un Catálogo General de las Obras del
Museo, el acondicionamiento del Taller de Restauración, la creación de una
biblioteca especializada y la edición de una revista llamada “Visual”.
De esta función
pública posiblemente la única desempeñada fuera de cargos como docente en
institutos de Educación Media, el pintor recordó algunas anécdotas.
-Se necesitaba un
piano –revela- y la situación le fue planteada al Ministro de Educación, quien
se negó a solucionarla porque consideró que el Museo no debía competir con la Escuela de Música. Este
incidente, sin embargo, no nos amilanó ni a mí ni a Reyna. Estábamos decididos
a adquirirlo. Y a través de la
Sociedad de Amigos del Museo se hizo una colecta lográndose
reunir cuarenta mil bolívares,
coincidencialmente la misma cantidad asignada anualmente a la
institución para la adquisición de obras.
Ese año, tras haber
efectuado exposiciones en el citado museo y en Nueva York, viajó nuevamente a
Europa.
-Italia concretamente –expresa- con la idea
de pasar una larga temporada en ese país, muy semejante al nuestro, y realizar
un mural en mosaico, tipo cerámica.
El año siguiente
expuso otra vez en París.
-En la Galería Galanis
–precisa- y a fines de ese año realicé una exposición en Lund, Suecia, que
repetí parcialmente en Londres. En 1960 llevé a cabo la primera exposición
individual en Roma, en la
Galería del Obelisco. Regresé a Caracas en 1961, por una
corta temporada, suficiente para exponer en el Museo de Bellas Artes. Ese mismo
año regresé a Roma. Y desde el 61 al 64 estuve entre París y Roma. Volví a Caracas
en 1965 a
inaugurar una exposición en la Galería Acquavella, donde también expuse en los
años 1970, 1973 y 1975. En 1967 había realizado una exposición personal en la Galería Mendoza.
En su país
natal Armando Barrios recibirá el Premio Nacional de Pintura y será honrado con
la Orden
“Andrés Bello”.
EL MOVIMIENTO
PLÁSTICO VENEZOLANO
Atento,
sin embargo, al quehacer pictórico venezolano pese a sus largas ausencias, el
pintor Armando Barrios confió al periodista que el movimiento plástico nacional
está considerado como uno de los más importantes de la actualidad.
-Y lo más notable –advierte- es que este
movimiento pictórico está localizado no solamente en Caracas sino igualmente en
el interior, donde existen verdaderos núcleos de formación. El Complejo
Cultural “Rómulo Gallegos”, aquí en Porlamar, es uno de estos importantes
centros.
-¿Y los
pintores jóvenes?
-Hay jóvenes
con mucho talento que constituyen verdaderos valores dentro del movimiento
plástico nacional. Nos hemos empeñado en separar a los jóvenes de la sociedad y
olvidamos que todos fuimos jóvenes alguna vez.
El Sol, 20-12-76, p. 24.
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