CIDH solicita proteger a jóvenes detenidos en "La Tumba" de Caracas
El organismo interamericano precisó que la salud física y mental de Lorent Saleh y Gerardo Carrero estarían en riesgo; ONG Provea asegura que el gobierno debe cumplir la medida por mandato constitucional.
EL DIARIO EXTERIOR.COM, 6 marzo 2015
Belén Marty
Los jóvenes venezolanos Lorent Saleh (26 años) y
Gerardo Carrero (26 años), detenidos en la prisión conocida como “La
Tumba”, en Caracas, serán protegidos por medidas cautelares que dictó este lunes la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En un comunicado, el
organismo interamericano destacó la necesidad de preservar “sus derechos a la
vida, salud e integridad personal”.+
La abogada Tamara Suju, de la ONG Foro Penal Venezolano —que
defiende los derechos humanos en el país suramericano—, había
pedido a la CIDH el 8 de julio de 2013 que tomara las medidas
pertinentes para proteger la integridad física y psíquica de Saleh, primero, y
luego la de su compañero Carrero.+
La CIDH expresó a través de la resolución
6/2015 que Saleh y Carrero “se encuentran en una situación de gravedad
y urgencia”, y establece que el Gobierno venezolano debe pronunciarse al
respecto dentro de los 15 días de comunicadas las medidas cautelares.+
“La Comisión solicita a Venezuela que: a) Adopte las medidas
necesarias para preservar la vida y la integridad personal de Lorent Saleh y
Gerardo Carrero. En particular, proporcionar la atención médica adecuada, de
acuerdo a las condiciones de sus patologías; b) asegure que las condiciones de
detención de Lorent Saleh y Gerardo Carrero se adecuen a estándares
internacionales, tomando en consideración su estado de salud actual; y c)
concierte las medidas a adoptarse con los beneficiarios y sus representantes”,
cita el comunicado.+
Saleh, imputado en 2010, es un opositor al régimen de
Nicolás Maduro y fue acusado por el Gobierno de mantener una conexión con
el expresidente de Colombia, Alvaro Uribe. Está imputado por
la presunta comisión de los delitos de intimidación e instigación al
desorden público, y divulgación de información falsa.+
El 19 de febrero de 2014, en el marco de las protestas
ocurridas entre febrero y julio de 2014, y que dejaron al
menos 40 muertos y cientos de heridos, Saleh se fue a
Colombia con una visa de actividades académicas no formales. Tras el
vencimiento del permiso de estancia, y su supuesta incursión en actividades
proselitistas, el 4 de septiembre Colombia lo deporta a
Venezuela, junto con su compañero, Gabriel Valles, y lo entrega al
Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Ese mismo mes se le acusó en
su país de conspiración, por instigar a las protestas de ese año.+
En Colombia, detractores del Gobierno actual señalaron como
negativa la decisión. Álvaro Uribe incluso responsabilizó al
gobierno de lo que le sucediera a Saleh en manos del gobierno chavista.
Pero Néstor Humberto Martínez, ministro de Presidencia de Colombia, aseguró en
septiembre que Saleh y Valles, no eran “unos angelitos”.+
“Hay quienes los visten con túnicas blancas y no con
uniformes camuflados, tienen alitas pero aparecen con fusiles”, precisó
Martínez, en declaraciones en la ciudad de Baranquilla. Además,
expresó: “es evidente que estos venezolanos no estaban en actividades
pacifistas sino contrarias a las leyes de inmigración”.+
Carrero finalizó el pasado 22 de febrero una huelga de hambre de 15 días para exigir ser trasladado fuera de “La Tumba”. (Twitter @GerardoCarrero7)
El otro estudiante para quien la CIDH pide protección, Gerardo Carrero,
permanece desde agosto en la prisión subterránea de “La Tumba” por protestar a
favor de la liberación de los entonces estudiantes detenidos. Lo detuvieron,
junto a otros 242 venezolanos el 8 de mayo de 2014, mientras se encontraba en
un campamento de protesta frente a la sede de la Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Caracas.+
Por haber comenzado una huelga de hambre lo esposaron a una
reja por 12 horas y, con las muñecas protegidas por papel periódico para
evitar las marcas, le pegaron con una tabla. Después de eso, fue llevado a “La
Tumba”, en donde, según ha trascendido, la
tortura es la regla.+
Tras otra huelga de hambre de 15 días, en la cual perdió
entre 10 y 12 kilos de peso, el pasado 22 de febrero Carrero fue
trasladado a otros calabozos del Sebin, donde se le prometió un mejor
trato a cambio de que suspendiera el método de protesta.+
Las medicas cautelares son de “obligación constitucional”
Inti Amaru Rodríguez, coodinador de Investigación de la ONG
Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) comentó aPanAm
Post que le parece relevante el pronunciamiento de la CIDH. “Refleja
el nivel de preocupación de los organismos internacionales en la protección de
derechos humanos sobre el deterioro de estos derechos en el país”.+
Además indicó que el comunicado muestra “algo que nosotros
venimos denunciando: que el Gobierno esta actuando de espaldas a los estándares
de protección de las personas privadas de libertad. Estas dos personas han
estado detenidas en recintos policiales no adecuados y han sido incomunicadas
de sus abogados y familiares”.+
Comentó asimismo que “lamentablemente” hasta ahora la
práctica gubernamental ha sido desoír y desconocer las recomendaciones de
organismos internacionales. “Pero el Gobierno está obligado constitucionalmente
por los tratados a los cuales ha suscrito a cumplir con esas recomendaciones”.+
Rodriguez indicó que “la lista general de detenidos por los
cinco meses de protesta en 2014 fue de 3.500 personas” y que “la inmensa
mayoría (más de 2.000) está sujeta a
procesos penales”.+
“La Tumba”, una pesadilla de prisión
“La
Tumba” es un grupo de siete celdas incomunicadas, ubicadas cinco pisos
bajo tierra. La luz natural no llega, ni existe ventilación natural. El único
sonido es de los trenes del Metro, que pasan de manera continua al lado de las
instalaciones, ubicadas en la sede del Sebin en Plaza Venezuela, en el centro
de la capital venezolana.+
Las angostas celdas, de 2×3 metros, tienen pared y piso de
color blanco con rejas grises. Los detenidos no salen al exterior en ningún
momento del día y son monitoreados por cámaras y micrófonos. Tampoco tienen
noción del tiempo, porque no hay relojes.+
Los familiares denuncian que los estudiantes han sufrido de
diarrea, fiebre, vómitos y deshidratación, así como de déficit de vitamina
D por no recibir luz natural.+
Editado por Elisa Vásquez.
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