Alfredo Salgado:
A
pesar de su larga cháchara de más de 20 años, lo que en verdad persiguieron fue
la venganza.
¿De
qué se querría vengar Hugo Chávez, qué odiaba, qué le agredía? Vaya a Ud a saberlo.
Descifrar eso caería en la categoría del exorcismo.
Lo
cierto es que a pesar de la avalancha de estadísticas falsas y vacías, con las
que los medios del Estado Rojo Rojito nos aburren, Venezuela es hoy una
sociedad más injusta o tan injusta como lo era en 1992, cuando comenzó esta
demencia hecha poder, que no gobierno.
Si nos
asomamos a nuestras ventanas, balcones o puertas, podremos darnos cuenta de que
las estadísticas que se citan a cada rato en las televisoras y emisoras
adquiridas por los revolucionarios con los dineros del pueblo, son falsas, son
pura coba, puro cuento y cacareo.
Los
servicios públicos no funcionan, las calles todas son un basural y repletas de
huecos por todos lados, ninguna instancia de gobierno le responde a los
ciudadanos sus requerimientos, pero sí responde a los caprichos de los
poderosos purpurados; las leyes que se emiten no se acatan, ni siquiera
aquellas impregnadas del absurdo revolucionario; el despilfarro, las colitas en
aviones, las propiedades encaletadas, la invocación a votos de pobreza mientras
los signos exteriores nos dicen que se han enriquecido, son todos ellos parte
de la faz del momentum revolucionario que se vive.
Ese
ímpetu vengativo, que no de justicia ni de recuperación del orden en Venezuela,
a la cabeza de la personalidad más carismática y llamativa del siglo XX
venezolano, siempre se me asemejó a las fuerzas desatadas por el primer
caudillo democrático de nuestro país, al decir del intelectual del siglo XIX
Juan Vicente González: José Tomás Boves.
El
chavismo no es el bolivarianismo restaurado. El chavismo es una mezcla nefasta,
grotesca, entre los propósitos de venganza y destrucción de José Tomás
Boves, y la sensualidad por los dineros públicos y la concentración del poder
del impresentable Jaime Lusinchi.
Por
eso insisto con toda la crudeza posible, que esta locura no es el socialismo
del siglo XXI.
Esto
es el lusinchismo del siglo XXI. Es decir, Lusinchi y Boves.
Si
ellos en su ignorancia lo quieren llamar socialismo, bien. Así se le da por la
cabeza también a ese ensayo fallido de laboratorio, que en donde quiera que se
ha intentado, ha volado por los aires el laboratorio completo o se tiene la
explosión contenida, como en Cuba y Corea del Norte.
Entonces,
a esta odiosa visión del mundo, de la vida, de la sociedad, del gobierno, a
esta odiosa cosmovisión, y digo odiosa porque está inspirada en un fuerte
resentimiento; a esta extraña cosa hecha poder, no se le puede anteponer el
odio y la locura.
Mientras
escribo, soy atormentado por los chillidos de una comiquita que ve mi pequeño
niño. Y como una revelación, Kick Butowsky, Medio Doble de Riesgo, dice –La
locura no se combate con locura, porque produce más locura.
La
oposición venezolana ha estado inspirada por la rabia y el rechazo.
Dentro
de su brillante estrategia por conquistar y conservar el poder, Hugo Chávez,
personalidad singular y fuera de lo común sin duda alguna, se definió exasperar
al adversario, molestarlo, producirle una gran arrechera y rechazo, e impedir
de este modo, que pensaran con lucidez.
Los
líderes políticos tradicionales de este país, fueron burlados por Chávez en
cada trance. Se los vaciló, se reía en sus caras, hizo que lo subestimaran, que
lo creyeran manejable, un soldadito más que ni siquiera a gorila llegaba.
Chávez
fue mucho más que eso. Fue mucho más que ellos. Chávez fue un formidable
generador de ideas, absurdas y destructoras, mientras la oposición rumiaba su
rabia y se burlaba del mal gusto del chavismo, de sus peinados, de su forma de
vestir y de hablar.
Con la
rabia que ha exhibido la oposición en contra del chavismo tal vez se podrá
derrotar al gobierno, pero no se podrá hacer un gobierno.
Diciéndolo
más claramente, la arrechera no es un programa de gobierno.
PDVSA
no se recuperará por la rabia que se le tenga al chavismo, ni la CVG , ni las empresas privadas,
ni fluirán las inversiones locales y extranjeras, ni se podrá entrompar al
hampa, ni se devolverá la paz a los hogares venezolanos, ni mucho menos
colocaremos a Venezuela en el espacio de sus fortalezas y ventajas, sacándola
del nicho lastimoso y vergonzoso en el que nos colocó deliberadamente el
chavismo.
Es
necesario que la oposición, con la posibilidad muy cierta de obtener una
victoria electoral crucial en diciembre, le hable al venezolano acerca del futuro,
de qué le ofrecen a Venezuela, de cómo ven esta tierra dentro de 20 años,
de cómo pasar de la fase de destrucción chavista a una de construcción
democrática con la participación de todos los venezolanos.
Pero
recuerden a Kick Butowsky: La locura no se combate con locura, porque produce
más locura.
La
apuesta, el desafío, el horizonte, el objetivo supremo, deben ser la cordura,
la racionalidad, el orden y la madurez.
Si no
se dedican los líderes opositores a este esfuerzo en el poquito tiempo que se
tiene por delante, mejor ni imaginemos la perspectiva que los venezolanos
tendremos por delante a partir de diciembre de 2015.
¿Lo
hacen o no lo hacen?
El
joropo.07-07-2015
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