Aurelio Concheso: ¡Pobre Venezuela!
En su edición del 25 de julio, la prestigiosa revista inglesa The Economist intenta explicarle a los ciudadanos del mundo racional del que son parte sus lectores, la insania económica que está sufriendo Venezuela. Después de un loable esfuerzo por explicar lo inexplicable, a The Economist no le queda otra que concluir su artículo diciendo ¡Pobre Venezuela! Conmiserándose así con los 30 millones de seres humanos que sufrimos los efectos de un ensayo de destrucción económica, quizás único en los anales de las economías modernas.
La semana pasada veíamos como todo esto no tenía por qué ser así, y que con una dosis de sentido común en las decisiones políticas, esta pesadilla podría desvanecerse en un tiempo relativamente corto. Hoy veremos lo que nos espera si lo que se impone es un tedioso más de lo mismo, acicateado por el deseo de mantener el control de los resortes del poder a como dé lugar, inmovilizándose en aras del temido costo político.
Las proyecciones que hace Econométrica de lo que le espera a la economía venezolana, no son nada halagüeñas. Claro que, en su descargo, se debe decir que sus proyecciones asumen que seguiremos teniendo los mismos con las mismas. Es decir, políticas monetarias, cambiarias y fiscales populistas con ajuste aquí, una devaluacioncita allá, pero nada que llegue al meollo del problema. En fin, la encarnación gubernamental perfecta de Eudomar Santos.
De ser eso así, lo que podemos esperar para el año 2016, según Econométrica, es una inflación de entre 295% -si se va a un esquema de cambio dual- y 425% -si se mantiene el actual sistema-. Y para 2017, en el remoto supuesto de que alguien haya tomado algunas medidas de ajuste medianamente sensatas, una inflación de “sólo” 131%. Como quiera que en éste año 2015, nadie salva al país de una inflación cercana al 200%.
Con las perspectivas de esos resultados tan tenebrosos, se pregunta uno: ¿qué les induce a pensar a los gobernantes que imprimiendo alegremente más dinero “porque se está en un ciclo electoral”, van a recibir la aprobación popular en las urnas?. A no ser que, por supuesto, estén pensando limitar el acceso a esas urnas de la misma forma que hoy se limita el acceso a divisas preferenciales.
Venezuela ya ha descendido a los últimos puestos de casi todas las listas de análisis de desempeño económico a nivel mundial. Seguir por el mismo camino, corre el riesgo de volvernos el país más irrelevante del Continente por varias décadas. Es verdad, The Economist tiene razón: ¡Pobre Venezuela!.
01-08-2015
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