El Papa llama a la esperanza y a la solidaridad en misa en Nueva York
Una procesión por Central Park fue la anteúltima actividad del Sumo Pontífice argentino en Nueva York, luego de su discurso en la ONU, un servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre y una visita a un colegio católico en Harlem.
El papa Francisco llega en procesión al Madison Square Garden de Nueva York (AP)
EL UNIVERSAL
viernes 25 de septiembre de 2015 07:13 PM
Nueva York, Estados Unidos.- El papa Francisco cerró este viernes su visita a la ciudad de Nueva York llamando a la esperanza y la solidaridad en una misa en el emblemático Madison Square Garden ante 20.000 personas, algunas emocionadas hasta las lágrimas.
Tras un día y medio de intensa actividad en la ciudad más grande de Estados Unidos, tierra de adopción de millones de inmigrantes, el Papa habló en español para rendir homenaje a la diversidad de las metrópolis, pero subrayando también sus "desafíos", señaló AFP.
"En las grandes ciudades, bajo el ruido del tránsito, bajo 'el ritmo del cambio', quedan silenciados tantos rostros por no tener 'derecho' a ciudadanía, no tener derecho a ser parte de la ciudad, los extranjeros, los hijos de éstos (y no solo) que no logran la escolarización, los privados de seguro médico, los sin techo, los ancianos solos", dijo el Santo Padre.
En ese sentido, invitó a los neoyorquinos a salir al encuentro de sus prójimos: "Vayan, una y otra vez, vayan sin miedo, sin asco, vayan", afirmó.
Algunos fieles habían esperado horas para poder asistir a la misa a raíz de las draconianas medidas de seguridad.
Pero la atmósfera era de euforia, como en cada etapa de la agenda del papa de 78 años, recibido por una multitud entusiasta el jueves por la tarde en la Quinta Avenida y ovacionado por unas 90.000 personas en una procesión en Central Park este viernes.
En el Madison Square Garden, dio una vuelta en un vehículo de golf antes de la misa deteniéndose para bendecir a algunas personas.
Procesión por Central Park
Decenas de miles de personas, incluyendo ancianos, discapacitados y no católicos, ovacionaron al papa Francisco en una procesión por Central Park que conmocionó a la ciudad.
Agitando banderas amarillas y blancas del Vaticano, algunos vestidos con camisetas con la leyenda "I love Pope Francis" (Amo al papa Francisco), la gente, entre ellos muchos latinos, se reunió en un clima carnavalesco esperando horas bajo el sol.
"¡Es mi sorpresa de cumpleaños! Es el papa del pueblo. Llega a todos", dijo Indira Fraser, una contadora que fue invitada por un amigo que ganó dos billetes en la lotería organizada por la alcaldía para elegir a los 90.000 afortunados para la procesión del Sumo Pontífice, el argentino Jorge Mario Bergoglio.
"No soy católica, estoy aquí porque el papa llama a servir a la comunidad y soy voluntaria. Es mi forma de dar a cambio y también ser testigo de esta historia", agregó esta mujer que emigró de Guyana a Estados Unidos 30 años atrás.
El perímetro del célebre parque neoyorquino fue vallado y una enorme cola de gente se acumuló en la entrada.
En la multitud podían verse banderas de varios países latinoamericanos, así como camisetas de la selección argentina de fútbol.
Marilyn Ballie, que vive en Queens (noreste de Nueva York) y trabaja en el departamento de Educación de la ciudad, indicó que había dejado de ir a la iglesia a raíz del escándalo de abusos sexuales de menores que involucró a miles de sacerdotes católicos.
"¡Excitada! Esperando que él pueda hacer cambios y que la iglesia lo apoye", respondió cuando se le preguntó cómo se sentía.
Responsable de un servicio de adopción en Long Island (este de Nueva York), Cristina Louis fue una de las que ganó dos entradas en el sorteo. "Me dije 'Dios mío, no es cierto'. Pensé que era imposible", explicó.
Cristina quedó particularmente emocionada por la homilía del Papa en español en la Catedral de San Patricio el jueves por la noche al llegar a Nueva York.
"Es un latino. Habla mi lengua. Eso vuelve las cosas especiales", admitió.
La procesión por Central Park fue la anteúltima actividad del Sumo Pontífice argentino en Nueva York, luego de su discurso en la ONU, un servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre y una visita a un colegio católico en Harlem.
Tras sus pasos por Washington y Nueva York, el Papa concluirá su gira estadounidense el fin de semana en Philadelpia.
Tras un día y medio de intensa actividad en la ciudad más grande de Estados Unidos, tierra de adopción de millones de inmigrantes, el Papa habló en español para rendir homenaje a la diversidad de las metrópolis, pero subrayando también sus "desafíos", señaló AFP.
"En las grandes ciudades, bajo el ruido del tránsito, bajo 'el ritmo del cambio', quedan silenciados tantos rostros por no tener 'derecho' a ciudadanía, no tener derecho a ser parte de la ciudad, los extranjeros, los hijos de éstos (y no solo) que no logran la escolarización, los privados de seguro médico, los sin techo, los ancianos solos", dijo el Santo Padre.
En ese sentido, invitó a los neoyorquinos a salir al encuentro de sus prójimos: "Vayan, una y otra vez, vayan sin miedo, sin asco, vayan", afirmó.
Algunos fieles habían esperado horas para poder asistir a la misa a raíz de las draconianas medidas de seguridad.
Pero la atmósfera era de euforia, como en cada etapa de la agenda del papa de 78 años, recibido por una multitud entusiasta el jueves por la tarde en la Quinta Avenida y ovacionado por unas 90.000 personas en una procesión en Central Park este viernes.
En el Madison Square Garden, dio una vuelta en un vehículo de golf antes de la misa deteniéndose para bendecir a algunas personas.
Procesión por Central Park
Decenas de miles de personas, incluyendo ancianos, discapacitados y no católicos, ovacionaron al papa Francisco en una procesión por Central Park que conmocionó a la ciudad.
Agitando banderas amarillas y blancas del Vaticano, algunos vestidos con camisetas con la leyenda "I love Pope Francis" (Amo al papa Francisco), la gente, entre ellos muchos latinos, se reunió en un clima carnavalesco esperando horas bajo el sol.
"¡Es mi sorpresa de cumpleaños! Es el papa del pueblo. Llega a todos", dijo Indira Fraser, una contadora que fue invitada por un amigo que ganó dos billetes en la lotería organizada por la alcaldía para elegir a los 90.000 afortunados para la procesión del Sumo Pontífice, el argentino Jorge Mario Bergoglio.
"No soy católica, estoy aquí porque el papa llama a servir a la comunidad y soy voluntaria. Es mi forma de dar a cambio y también ser testigo de esta historia", agregó esta mujer que emigró de Guyana a Estados Unidos 30 años atrás.
El perímetro del célebre parque neoyorquino fue vallado y una enorme cola de gente se acumuló en la entrada.
En la multitud podían verse banderas de varios países latinoamericanos, así como camisetas de la selección argentina de fútbol.
Marilyn Ballie, que vive en Queens (noreste de Nueva York) y trabaja en el departamento de Educación de la ciudad, indicó que había dejado de ir a la iglesia a raíz del escándalo de abusos sexuales de menores que involucró a miles de sacerdotes católicos.
"¡Excitada! Esperando que él pueda hacer cambios y que la iglesia lo apoye", respondió cuando se le preguntó cómo se sentía.
Responsable de un servicio de adopción en Long Island (este de Nueva York), Cristina Louis fue una de las que ganó dos entradas en el sorteo. "Me dije 'Dios mío, no es cierto'. Pensé que era imposible", explicó.
Cristina quedó particularmente emocionada por la homilía del Papa en español en la Catedral de San Patricio el jueves por la noche al llegar a Nueva York.
"Es un latino. Habla mi lengua. Eso vuelve las cosas especiales", admitió.
La procesión por Central Park fue la anteúltima actividad del Sumo Pontífice argentino en Nueva York, luego de su discurso en la ONU, un servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre y una visita a un colegio católico en Harlem.
Tras sus pasos por Washington y Nueva York, el Papa concluirá su gira estadounidense el fin de semana en Philadelpia.
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