Hablando sobre el compromiso –determinante- del Papa Juan XXIII por la paz, Monseñor Battista Angelo Pansa recuerda lo que contaba la hija de Kruschev:
En ocasión de la reunión (memorable) en el Vaticano, el Papa le había regalado dos Rosarios para sus hijos. Más tarde, cuando ella visitó la Casa Blanca, cual fue la sorpresa de Rada Kruschev, quien se convirtió en la esposa de Alexandre Adjoubei, en ese entonces Redactor en jefe de Izvestia, cuando encontró el mismo Rosario colgado en la habitación de Carolina Kennedy, hija del Presidente.
Evocando la profunda devoción del Buen Papa Juan a la Virgen María “Él quería reunir el oriente y el occidente por el Rosario” comentó Monseñor Battista Angelo Pansa.
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