Guerras de palabras
Para una campaña electoral que apenas comienza
¿Vienen los gringos?
¿De dónde son los golpistas?
Navidad o Nada da
Maduro habla de guerra económica y esta vez la denuncia viene acompañada de aumentos de sueldos y de resoluciones para bajar precios.
La Oposición denuncia la guerra sucia del Gobierno y sus militantes y la justifican en los videos donde llegan a pasarse por encima de todas las normas de un CNE autista e ineficiente, a la hora de hacer respetar sus propias regulaciones de campaña electoral.
En la MUD no acaban de entenderse con los grupos paralelos que, según algunos de los opositores, son infiltrados de la otra guerra sucia.
Y la otra guerra es la de los sueldos y salarios.
El Presidente grita 30 y hasta 90% con la cesta ticket “socialista”. Y Capriles grita fraude porque la inflación ya se tragó esos bolívares frente a un dólar incontrolable, que genera la misma ecuación, aumento del bolívar débil, más aumento del dólar fuerte, igual al mismo salario mínimo.
Francisco Faraco, economista y sin pelos en la lengua lo grita.
¿Es que quieren que abramos las piernas como si fuéramos de la vida alegre? Se pregunta. Para concluir, aquí no ha ocurrido ningún aumento.
Y otro economista como Ronald Balza, lo sigue para advertir que lo único que aumentó es la inflación, que ya se desliza hacia el 180% y abrazarnos en Año Nuevo.
Ángel Agudo, un comerciante de El Valle, le pregunta al Presidente: ¿Qué precios vamos a bajar si no hay productos ni siquiera para bajarlos de los anaqueles?
Aquí lo único que baja son las utilidades de estos negocios y como resultado, las oportunidades de empleo.
En medio de estas guerras aparece el ministro de la Defensa, Padrino López, para alertar que los marines del imperio norteamericano, llegaron ya. Y llegaron bailando el cha cha cha, diría el viejo general Jiménez.
Esa guerra es una paranoia belicista muy de la propaganda cubana, comenta el viejo Socorro.
Aquí la única guerra es la que me declara mi mujer cada vez que llego tarde, porque me he calado unas colas y para colmo no le llevo ni un poco de harina.
Así anda mi país, mientras la campaña se distrae en si el diputado tal se opuso a los aumentos de salarios, o si el que mientan Chuo perdió el pelo, para que no lo denuncien como el gran pelucón de la comarca opositora.
Más pelucón o bigotudo será el que como siga con su guerra, terminará perdiendo ante el Cabello, declara el hombre de la MUD.
Tampoco somos golpistas y en eso el Gobierno gana de calle.
Todos los días el pobre pueblo recibe el golpe parejo de la delincuencia y de la escasez y su único delito es su desesperación para conseguir aunque sea uno de los tres golpes nutricionales.
Esa es la guerra, guerra por el pan, guerra por la harina, guerra por la carne, guerra por el pollo y guerra por la vida.
Una guerra para la cual no necesitamos generales.
La pregunta no es de dónde son los golpistas, sino dónde están mis tres golpes. Y llega la Navidad o Nada que da.
L.J. Hernández, QUINTO DÍA, 27-11-2015.
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