El valor de la palabra
¿Cuánto vale la palabra del oficialismo?
El pasado 15/octubre la presidente del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, celebraba la firma del acuerdo de reconocimiento a los resultados electorales del 6-D, propuesto por el Partido Socialista Unido de Venezuela.
La prensa nacional –y la historia– recogieron sus palabras: “Celebramos con gran entusiasmo las organizaciones políticas que quieran firmar, como dijimos es un acto voluntario (...) Creo que es un mensaje hermoso que nos va a garantizar la tranquilidad y paz después de las elecciones”.
Once días después, el 26/octubre, Nicolás Maduro acudía a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) para firmar el acuerdo en reconocimiento a los resultados del proceso de elecciones a la Asamblea Nacional, que tendría lugar el 6-D.
Tras firmar el compromiso, Maduro aseguró que su acción “no era individual” sino que representaba a millones de venezolanos que quieren la paz. “Es un compromiso, de respetar y hacer respetar la voluntad popular en las elecciones. Quien gane, ganó y quien pierda, perdió”, dijo.
Adicionalmente, Nicolás Maduro expresó su respaldo a Tibisay Lucena. “Es una mujer venezolana que merece respeto y es objeto de ataques bastardos, machistas (...) mucha fuerza”, dijo. Asimismo, calificó de “repudiables y vomitivas” las declaraciones que ponen en duda la imparcialidad del ente electoral.
Posteriormente, casi un mes después, el día 22/noviembre, en el programa de TV José Vicente Hoy, Diosdado Cabello, entre otras cosas, decía lo siguiente: “La palabra es un documento”. Según Cabello es un requisito indispensable “tener palabra” para un entendimiento con la oposición. “El diálogo no es un problema para nosotros, el diálogo es problema para ellos” (la oposición).
Continuaba Cabello: “Nuestra mano está tendida (para el diálogo), siempre lo hemos dicho. Lo único que hemos pedido es un poquito de palabra. Inclusive estaríamos dispuestos a explorar si son capaces de sostener su palabra en el tiempo algunos sectores de la oposición. Ojalá comiencen por reconocer que el 6-D los resultados los debemos respetar todos. Ese sería un buen primer paso, que el 6-D los resultados son para la paz del país y no para llamar a asesinar gente”. Terminó ratificando que reconocerían los resultados así pierdan “por un voto, pero si ganamos por un voto vamos a hacer que la oposición respete los resultados”.
Amigos lectores, la palabra define la credibilidad y la moralidad y establece si quien habla es digno de confianza.
Más allá del “ensayo y error” –la única estrategia política que domina a la perfección el oficialismo– las conductas manifestadas por Maduro y Cabello luego de la derrota electoral sufrida por el oficialismo el 6-D revelan el poco valor que le dan a la propia palabra.
c.e.tinoco.g@gmail.com
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