Los escuálidos son otros
ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
miércoles 9 de diciembre de 2015 12:00 AM
No vamos a tratar el tema de los números obtenidos por la oposición en las pasadas elecciones parlamentarias. Es materia de tratamiento general y hasta con lupa lo hace la gente. Ya se sabe que el gobierno, el oficialismo, los Castro, el comunismo, el Foro de Sao Paulo, el eje del ALBA; todo ese saco de destructores de naciones y arruinadores de países, salió con los pies adelante de esa contienda electoral del domingo 6 de diciembre. Lo que viene ahí es rigor mortis. Hay un cambio decidido y una transición en marcha. Es cosa de ver los detalles. Igual pasaba con las señales de fracaso antes de las elecciones. No las veían. Ya estaban en caída libre y no las veían.
Tampoco las vio Hinterlaces. No la vieron los más altos líderes del oficialismo y no decimos chavismo porque sencillamente, como hemos venido afirmando, ese mito está despareciendo de manera violenta y decidida. En eso el actual gobierno, los sucesores, han sido de gran ayuda. Especialmente el heredero. Es la máxima autoridad del PSUV, recibió al partido en una cota porcentualmente mayoritaria y dura, con poder, y a esta fecha no es más que un remedo. Son, ahora mismo, los escuálidos de la partida. Los nuevos escuálidos, diría el fallecido comandante, el que antes era invicto, ahora un perdedor de récord mundial.
Pero lo más curioso es cómo van cambiando los términos en tan poco tiempo. En cosa de días. En momentos. El glosario que por 17 años impuso el chavismo y los cubanos está liquidado, muerto, extinguido, raspado, disuelto. Veamos lo que está ocurriendo. Solo basta escuchar. Y mirar.
Escuálido, término acuñado a la oposición por el comandante muerto para hacer énfasis en el carácter minoritario de sus rivales. Hoy, el escualidismo es rojo rojito y en franco proceso de agonía política.
Colectivo. Ya no tiene carácter político o social. Lo primero que se evoca en un montón de motorizados, armados y haciendo lo que hacían los malos en las películas de vaqueros.
Vive y Vive. Después de la derrota del domingo, siendo el candidato principal, Chávez quedó eliminado para próximas elecciones. Está obviamente inhabilitado.
Chavismo invicto. Esa derrota, que en realidad fue una bestial paliza, no significa una pérdida normal. Es el comienzo del fin.
Comandante supremo y eterno. Eso era válido para un personaje de la historia querido, seguido e indispensable en la mente y favoritismo de la gente. Pues, la gran mayoría votó en su contra. Le dijeron no. Luego, ya no es ni eterno ni supremo. Recordar que el oficialismo mandaba a votar por Chávez y la gente de Chávez. La gente, no obstante, dijo no. Claramente no.
Bolivariano. Antes quería decir que la persona era seguidora de Bolívar, especialmente durante el apogeo chavista, revolucionario y comunista. Hoy en día, significa fracaso, ruina. El oficialismo destruyó el término.
Que un militar de alto rango diga a gritos que es chavista, revolucionario, socialista y cualquier cosa de esas tan cubanas, quedó como prueba en los videos. Ya no lo dicen. Cambiaron el discurso.
Vienen otros tiempos. Eso está muy claro. Comienza una era, mientras termina otra. Ojalá todo se produzca en santa paz y para bien de todos los venezolanos.
erojas@eluniversal.com / Twitter: @ejrl
Tampoco las vio Hinterlaces. No la vieron los más altos líderes del oficialismo y no decimos chavismo porque sencillamente, como hemos venido afirmando, ese mito está despareciendo de manera violenta y decidida. En eso el actual gobierno, los sucesores, han sido de gran ayuda. Especialmente el heredero. Es la máxima autoridad del PSUV, recibió al partido en una cota porcentualmente mayoritaria y dura, con poder, y a esta fecha no es más que un remedo. Son, ahora mismo, los escuálidos de la partida. Los nuevos escuálidos, diría el fallecido comandante, el que antes era invicto, ahora un perdedor de récord mundial.
Pero lo más curioso es cómo van cambiando los términos en tan poco tiempo. En cosa de días. En momentos. El glosario que por 17 años impuso el chavismo y los cubanos está liquidado, muerto, extinguido, raspado, disuelto. Veamos lo que está ocurriendo. Solo basta escuchar. Y mirar.
Escuálido, término acuñado a la oposición por el comandante muerto para hacer énfasis en el carácter minoritario de sus rivales. Hoy, el escualidismo es rojo rojito y en franco proceso de agonía política.
Colectivo. Ya no tiene carácter político o social. Lo primero que se evoca en un montón de motorizados, armados y haciendo lo que hacían los malos en las películas de vaqueros.
Vive y Vive. Después de la derrota del domingo, siendo el candidato principal, Chávez quedó eliminado para próximas elecciones. Está obviamente inhabilitado.
Chavismo invicto. Esa derrota, que en realidad fue una bestial paliza, no significa una pérdida normal. Es el comienzo del fin.
Comandante supremo y eterno. Eso era válido para un personaje de la historia querido, seguido e indispensable en la mente y favoritismo de la gente. Pues, la gran mayoría votó en su contra. Le dijeron no. Luego, ya no es ni eterno ni supremo. Recordar que el oficialismo mandaba a votar por Chávez y la gente de Chávez. La gente, no obstante, dijo no. Claramente no.
Bolivariano. Antes quería decir que la persona era seguidora de Bolívar, especialmente durante el apogeo chavista, revolucionario y comunista. Hoy en día, significa fracaso, ruina. El oficialismo destruyó el término.
Que un militar de alto rango diga a gritos que es chavista, revolucionario, socialista y cualquier cosa de esas tan cubanas, quedó como prueba en los videos. Ya no lo dicen. Cambiaron el discurso.
Vienen otros tiempos. Eso está muy claro. Comienza una era, mientras termina otra. Ojalá todo se produzca en santa paz y para bien de todos los venezolanos.
erojas@eluniversal.com / Twitter: @ejrl
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