Tradiciones
Me gusta pensar que cuando san Francisco de Asís danzó con la figura del Niño Jesús en sus brazos, la misma que formó parte del que se considera el primer pesebre de la historia, esta sí cobró vida por un instante ante la reverente mirada de quienes presenciaban tan extraordinaria escena, aunque carece de relevancia si ello realmente ocurrió o no dado que lo sustantivo es lo que para cientos de millones de personas en todo el mundo implica lo que aquel pequeño gran hombre inició con esa prístina representación de uno de los sucesos más trascendentales para la humanidad.
He allí precisamente la importancia de las tradiciones, ya que de manera significativa contribuyen a generar, en aquellos que las comparten, sentidos de identidad y de pertenencia que los impulsan a trabajar y luchar por ese hogar común que es su patria, por lo que aspectos como la unidad y el desarrollo nacional dependen en gran medida de la preservación de tales elementos culturales.
En la turbulenta Venezuela de hoy es imperativo que esto no se pierda de vista en virtud de que será imposible la construcción del futuro que tanto se anhela si primero no se restauran y fortalecen las bases capaces de sostenerlo, lo que a su vez solo podrá lograrse a través del rescate de las mejores tradiciones del país para la recomposición de su tejido social.
Sin duda, una tarea nada sencilla si se toma en cuenta que la actual cotidianidad transcurre entre incontables dificultades para satisfacer –con frecuencia sin éxito– las necesidades más básicas, pero es justamente por ello que los esfuerzos para tal rescate deben ser realizados, además de sin dilación, de un modo consciente y sistemático.
Por tal motivo hago votos para que en cada familia venezolana esta temporada decembrina se constituya en el punto de partida de la edificación de un muy diferente y mejor porvenir mediante una benéfica reconexión con nuestras ricas y profundas raíces.
¡Feliz Navidad!
@MiguelCardozoM
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