¿Una luz al final del túnel cambiario?
HERBERT HUDDE | EL UNIVERSAL
martes 22 de marzo de 2016 12:00 AM
El 10-3-16 El Universal entrevistó a Miguel Pérez Abad (MPA), actual Vicepresidente del área económica, en relación al Dicom del nuevo sistema cambiario, y éste me sorprendió con las siguientes declaraciones que cito, no con sus propias palabras, sino con las mías.
- Vienen cambios dramáticos positivos.
- En el nuevo sistema ya no hay control de cambio.
- Vamos hacia un solo tipo de cambio.
- El que quiera importar una materia prima para producir lo puede hacer con total libertad.
- Todos vamos a poder comprar o vender divisas en ese mercado.
- Insistió en que la determinación de la tasa de cambio será hecha por la oferta y demanda del mercado.
- La flotación del Sicom será limpia, aunque el Gobierno (léase el BCV), podrá intervenir cuando haya "aceleraciones", que interpreto como "distorsiones", cosa que se hace normalmente en los países serios (acotación mía).
Al día siguiente El Nacional publicó que según fuente extraoficial (que viniendo de Blanca Vera Azaf, bella periodista siempre bien informada, es muy creíble), "el sector bancario privado participa junto con el Banco Central de Venezuela en el diseño y adaptación de la nueva plataforma tecnológica del Sistema de Divisas Complementario (Dicom) para las importaciones".
Lo de "para las importaciones" no cuadra con lo que dijo MPA, así que asumo que la nueva plataforma es para todas las operaciones del Dicom.
De resultar cierto lo anterior, estaríamos en presencia de la primera vez en 17 años y pico que el chavismo toma una medida cambiaria que apunta en la dirección correcta, es decir, un milagro.
¿Por qué?
Pues porque lo que declaró MPA a El Universal, conjuntamente por lo publicado por El Nacional, significa que el sistema cambiario sería uno libre, sin control de cambio, en el que todo el mundo podrá comprar y vender dólares tranquilamente en los bancos (que es donde eso debe hacerse, y se hace en todos los países civilizados), y en el cual simplemente habría unos dólares preferenciales para ciertos rubros esenciales, como medicamentos, alimentos, insumos para la producción de esos dos rubros, etc.
Este sistema, que es el que vengo proponiendo desde hace tiempo como primer paso hacia un cambio único y totalmente libre, es el que debería haber adoptado el Gobierno desde hace añales, para que sea el mercado venezolano el que libremente, y no el de Cúcuta (es decir, DolarToday), el que diga cuánto vale un dólar en Venezuela. Pero inexplicablemente, y por ese loco afán de controlarlo todo, herencia de Giordani y Chávez, es que el Gobierno ha venido repitiendo una y otra vez la barbaridad que ya estamos cansados de ver, que no solo evita que sea el mercado nacional el que establezca el valor de su dólar, sino que además ha trancado totalmente la economía productiva.
Además, y esto es lo de Ripley, con tal sistema le clavarían el rejón de muerte a DolarToday, pues éste ya no tendría ningún sentido para la economía venezolana, sino que si queda, sería solo para la región fronteriza, que sin negar su importancia, no es lo representativo de la economía nacional. Este es un asunto que nunca he podido entender, pues el Gobierno y los voceros del chavismo tienen años diciendo que DolarToday es el culpable de todos los males que aquejan a Venezuela, y lo han conservado allí tranquilito, cuando con un sistema cambiario como el que se describe aquí, que espero sea de verdad verdad, hubiera muerto hace años.
La explicación que yo mismo me doy, es la de que el Gobierno ha preferido que DolarToday haya seguido tan campante como hasta ahora lo ha hecho, para tener alguien a quien echar la culpa de todo, que es lo que a ellos les gusta.
Demás está decir que con solo establecer un sistema cambiario, aunque no perfecto, pero sí un siglo mejor que la bazofia que hemos tenido hasta ahora, no se va a transformar esto en un paraíso, pero por lo menos pudiéramos decir, parafraseando a Teodoro, que "estamos terriblemente mal, pero vamos alguitobien".
Espero que el Gobierno no nos vuelva a engañar de forma abominable por enésima vez, con el ofrecimiento de un sistema cambiario libre y flotante, que cuando se implementa no resulta ni libre ni flotante, lo cual me irritaría (ustedes saben que la palabra es otra) considerablemente.
Amanecerá y veremos.
- Vienen cambios dramáticos positivos.
- En el nuevo sistema ya no hay control de cambio.
- Vamos hacia un solo tipo de cambio.
- El que quiera importar una materia prima para producir lo puede hacer con total libertad.
- Todos vamos a poder comprar o vender divisas en ese mercado.
- Insistió en que la determinación de la tasa de cambio será hecha por la oferta y demanda del mercado.
- La flotación del Sicom será limpia, aunque el Gobierno (léase el BCV), podrá intervenir cuando haya "aceleraciones", que interpreto como "distorsiones", cosa que se hace normalmente en los países serios (acotación mía).
Al día siguiente El Nacional publicó que según fuente extraoficial (que viniendo de Blanca Vera Azaf, bella periodista siempre bien informada, es muy creíble), "el sector bancario privado participa junto con el Banco Central de Venezuela en el diseño y adaptación de la nueva plataforma tecnológica del Sistema de Divisas Complementario (Dicom) para las importaciones".
Lo de "para las importaciones" no cuadra con lo que dijo MPA, así que asumo que la nueva plataforma es para todas las operaciones del Dicom.
De resultar cierto lo anterior, estaríamos en presencia de la primera vez en 17 años y pico que el chavismo toma una medida cambiaria que apunta en la dirección correcta, es decir, un milagro.
¿Por qué?
Pues porque lo que declaró MPA a El Universal, conjuntamente por lo publicado por El Nacional, significa que el sistema cambiario sería uno libre, sin control de cambio, en el que todo el mundo podrá comprar y vender dólares tranquilamente en los bancos (que es donde eso debe hacerse, y se hace en todos los países civilizados), y en el cual simplemente habría unos dólares preferenciales para ciertos rubros esenciales, como medicamentos, alimentos, insumos para la producción de esos dos rubros, etc.
Este sistema, que es el que vengo proponiendo desde hace tiempo como primer paso hacia un cambio único y totalmente libre, es el que debería haber adoptado el Gobierno desde hace añales, para que sea el mercado venezolano el que libremente, y no el de Cúcuta (es decir, DolarToday), el que diga cuánto vale un dólar en Venezuela. Pero inexplicablemente, y por ese loco afán de controlarlo todo, herencia de Giordani y Chávez, es que el Gobierno ha venido repitiendo una y otra vez la barbaridad que ya estamos cansados de ver, que no solo evita que sea el mercado nacional el que establezca el valor de su dólar, sino que además ha trancado totalmente la economía productiva.
Además, y esto es lo de Ripley, con tal sistema le clavarían el rejón de muerte a DolarToday, pues éste ya no tendría ningún sentido para la economía venezolana, sino que si queda, sería solo para la región fronteriza, que sin negar su importancia, no es lo representativo de la economía nacional. Este es un asunto que nunca he podido entender, pues el Gobierno y los voceros del chavismo tienen años diciendo que DolarToday es el culpable de todos los males que aquejan a Venezuela, y lo han conservado allí tranquilito, cuando con un sistema cambiario como el que se describe aquí, que espero sea de verdad verdad, hubiera muerto hace años.
La explicación que yo mismo me doy, es la de que el Gobierno ha preferido que DolarToday haya seguido tan campante como hasta ahora lo ha hecho, para tener alguien a quien echar la culpa de todo, que es lo que a ellos les gusta.
Demás está decir que con solo establecer un sistema cambiario, aunque no perfecto, pero sí un siglo mejor que la bazofia que hemos tenido hasta ahora, no se va a transformar esto en un paraíso, pero por lo menos pudiéramos decir, parafraseando a Teodoro, que "estamos terriblemente mal, pero vamos alguitobien".
Espero que el Gobierno no nos vuelva a engañar de forma abominable por enésima vez, con el ofrecimiento de un sistema cambiario libre y flotante, que cuando se implementa no resulta ni libre ni flotante, lo cual me irritaría (ustedes saben que la palabra es otra) considerablemente.
Amanecerá y veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario