La historia de Chavolo y su Casa Azul circula en la Isla
La vida y legado de Salvador Rodríguez Malave, pionero del comercio insular, comenzó a ser contada por Antonio Defitt Martínez y a su ausencia, el testigo lo tomó Francisco Suniaga.
Karla Marval Esteves | @kmarval
Entre familiares y amigos fue bautizado el libro que narra la historia de un hombre que contribuyó al desarrollo de Nueva Esparta. /Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ
SOL DE MARGARITA, 25 Jul, 2016 | La historia de Salvador Rodríguez Malave “Chavolo” ya fue contada. Luego de años intentando narrar la vida y legado de este hombre nacido en Paraguachí, en lo que ahora se conoce como Antolín del Campo, la meta fue alcanzada por la familia Rodríguez Salazar.
En un emotivo acto en el Teatro Municipal de Mariño, familiares y amigos de “Chavolo” recordaron las acciones que llevaron a este hombre a ser partícipe y pionero del desarrollo del comercio en el estado.
El hijo de “Chavolo”, Osmel Rodríguez, relató que la idea de publicar este libro inició hace décadas. En un comienzo el escritor Antonio Deffitt Martínez (†) inició el trabajo del manuscrito, pero a su muerte, Francisco Suniaga toma en sus manos este proyecto de la familia Rodríguez Salazar, para dar a conocer y enaltecer la historia de un hombre sencillo que se abrió paso en el mundo de los negocios con su dedicación al trabajo.
Para Rodríguez su padre era “hombre de muchas inquietudes, y con la vista en el horizonte del mar”. El comienzo de “Chavolo” fue en una pulpería en su pueblo natal, donde vendía la cosecha de su padre, de allí se fue a El Tirano, donde también montó un emprendimiento. Finalmente, se instaló en Porlamar y, como el marino que tiene los ojos llenos de azules, instaló su “Casa Azul”, negocio que creció y abrió nuevos espacios para el comercio.
Siempre “Chavolo”, según Rodríguez, tuvo un criterio puro, cristalino y limpio, que lo mantuvo alejado de vivir del contrabando.
Entrega
Los primeros mil ejemplares de “Chavolo y su Casa Azul” serán distribuidos gratuitamente entre amigos y las bibliotecas de las escuelas y universidades de la entidad. La familia no ha decidido aun si lo comercializarán, pero de llegar a tomar este camino sería para que lo recabado sea destinado a los niños con cáncer.
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