Bochornoso
Este es quizás el calificativo más benigno que se le puede asignar al caso de los “narcosobrinos”.
Al iniciarse el diálogo, el ilegítimo le exigió a la oposición que cese “las falsarias campañas de desprestigio contra Venezuela que en su opinión ‘atentan contra la integridad, la independencia y la soberanía de Venezuela, malcolocando el gentilicio, la identidad y la integridad de nuestro país”.
¿Este señor cree que la oposición tiene el poder, los recursos, el peso, para movilizar a los gobiernos y los medios internacionales de comunicación y generar una “falsaria campaña de desprestigio contra Venezuela”?
Evidentemente, figuras destacadas de la oposición han viajado a diversos países para dar a conocer a sus gobiernos “la realidad política, económica, social y moral” que vive nuestro país. Pero los periódicos, revistas, noticieros de radio y televisión del mundo no necesitan ser movilizados. Les basta la información que reciben de sus corresponsales, o lo que les llega por Twitter o Facebook. La crisis venezolana no necesita ser revelada y mucho menos difundida. Las colas para comprar alimentos, las escenas de hombres, mujeres y niños hurgando en la basura para buscar qué comer, las noticias de personas fallecidas por falta de medicamentos, los atropellos de la Guardia Nacional, la persecución y el hostigamiento de figuras políticas, la prisión de líderes de la oposición, Leopoldo López en primer lugar, están a la vista del mundo. Al parecer, los únicos ciegos que no la perciben, o simulan que no la ven, son el propio ilegítimo y sus serviles acólitos.
Pero el escándalo de los “narcosobrinos” es el chorro que rebasó el balde (lleno no de agua, sino de inmundicias). La noticia de la sentencia emitida por el tribunal en Nueva York recorrió el mundo en segundos. Los medios de comunicación social de todos los países presentaron en primera plana le decisión que declaró culpables a los dos sobrinos de la pareja presidencial.
Es, sin duda alguna, un caso sin precedentes. Se sabía desde hace mucho tiempo, desde la época del gobierno del fallecido dictador predecesor y tutor del actual heredero, que el régimen venezolano apadrinaba el tránsito de la droga a través del territorio nacional para ser conducida a Norteamérica y Europa. La historia del cartel de los soles es vox populi. Nadie se come el cuento de que el führer y el ilegítimo no estaban enterados de lo que hacían los generalotes corruptos de sus entornos. En el juicio de los “narcosobrinos” ha trascendido que el número dos del régimen estaba o está involucrado en el negocio. Esto no lo digo yo, lo revelaron durante el juicio los descendientes de la pareja real, perdón, de la pareja presidencial.
No sería raro que el ilegitimo acuse también a la oposición de desencadenar una falsaria campaña de desprestigio divulgando la decisión del jurado que declaró culpables a los “narcosobrinos”. Lo cierto es que una situación como esa en la cual dos descendientes directos de quienes dirigen los destinos de un país no se da todos los días.
Lo que es sorprende y también bochornoso es que los tíos de los “narcosobrinos” han pretendido ignorar ese escándalo. Han asumido la actitud de los tres monos: no oigo, no veo, no hablo. Es la típica actitud de quien “se hace el loco”, como si el caso no les afectara. Y si se aplica la regla de que quien calla otorga, están reconociendo que conocían las andanzas del sobrino y los encubrieron antes y durante el juicio. Dicen que los honorarios de los abogados los ha pagado un magnate cuya fortuna proviene de lo que ha robado del erario público, pero no sería extraño que ese personaje sea un simple intermediario que actúa como agente de la pareja presidencial
Según relata el diario ABC de España, los “narcosobrinos” tienen la posibilidad de reducir la condena que les impondrá el tribunal si delatan a otras personas implicadas en sus delitos. ¡Qué bueno sería que cantaran y dieran los nombres de todos sus cómplices! El periódico ABC sugiere que entre estos figura “Nicolasito” el hijo del ilegítimo, y no sería extraño que hasta sus propios tíos tengan algo que ver. Uno se los “narcosobrinos” dijo que parte del dinero que obtendrían del negocio que les frustró la justicia americana iba s ser destinado a financiar la campaña electoral de su tía, “la primera combatiente”, quien aspira a ser gobernadora.
El asco que nos da a todos los venezolanos esta podredumbre lo debe sentir igual todo el mundo en todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario