Cotufa today
La devaluación del Bolívar acelera el empobrecimiento del país y devora cualquier mejora salarial que implemente el ejecutivo
Hoy hablaremos en modo figurado, obligados por la censura, refiriéndonos a mundos paralelos que le producen urticaria a los mentores de guerras económicas, universos paralelos que las verdades oficiales no aceptan, a pesar de que establecen la realidad de los precios del mercado.
La cotufa cuesta 56 mil bolívares today, un pelincito menos que la barrera de los 60 que marcó esta semana cierta referencia innombrable, esa con la que suelen calcularse los valores de casi todos los bienes que nos toca adquirir a los mortales sin CLAP que nos reusamos a sacar carnets de la patria para mendigar subsidios al estilo cubano
Advertencia: este comentario lleva una pequeña trampa* y propongo leerlo hasta el final para no sacar conclusiones anticipadas. (*Dentro de 5 párrafos aparecen explicados los parámetros de funcionamiento del “COTUFA TODAY”.)
Este miércoles me tocó buscarle medias blancas a uno de mis hijos, medias de esas deportivas específicas para acompañar el uniforme escolar y la primera referencia de precios que tuve fue de 208 mil bolívares en un paquete de 3 pares, importados, marca Fruit of the Loom.
Ese precio, sin anestesia, significa que cada par cuesta 69 mil bolos, una cifra que me hizo pensar en la imagen de los pies del chamo forrados en billetes hasta calzar 35 mil maravedíes en cada extremidad.
Hablando de extremos, también observé en una farmacia una crema dental pequeña, de 90 ml, que estaba marcada en 46.400 bolívares.
La misma marca, pero incluso con más pasta, 150 ml, era vendida a 4.600 en la esquina, es decir 41.800 bolos menos, que nunca podrán explicarse por más empaque ecológico de cartón reciclado que contenga ese producto. Regulado 4.600. Liberado 46.400.
¿Será eso a lo que el gobierno llama guerra económica? La cola para comprar la crema dental a 4.600 o la harina de maíz a 2.130 ya deben imaginarse a dónde llegaba. Imaginen también que no me calé ni esa fila, ni el medio día perdido dentro del enjambre de bachaqueros para comprar en medio de la rapiña.
Hay quienes se lo toman con soda y hay quienes la pasamos con sal, cotufas en este caso, en medio de un cine, intentando evadirnos de realidades tan absurdas. El combo grande de palomitas de maíz acompañado de 2 refrescos está costando 56 mil bolívares today, es decir casi los 61 mil en los que cerró el innombrable el 15 de noviembre.
La película seleccionada en el cine no hablaba de deudas externas ni de default. ¡Zape gato! La cartelera todavía guardaba alguna comedia romántica para distraernos de una semana informativa muy cargada de asuntos que acrecientan nuestro empobrecimiento como nación: refinanciaciones de deuda chimbas, devaluación de la moneda, una exasperante escasez de efectivo y el hampa apretando cada vez más fuerte.
La escapada al cine tuvo un doble final feliz para mí: el de la película seleccionada y una estupenda vitrina de tienda infantil que atraía con aquello de “OFERTAS”. Tenían paquetes de 3 pares de medias a Bs. 15 mil cada uno. Quedaban 4. Decidí comprarlos todos. Pagué 60 mil bolos por la docena de pares, menos que el valor de una lechuga imperial. Lastimosamente esa “golilla” refleja el cierre de otro comercio, tienda en quiebra que se está viendo obligada a liquidar su mercancía para minimizar las pérdidas de otro naufragio económico en pequeña escala. Ese final, tristísimo, fue la parte de la historia que no me gustó, culpable al sentir que "me estaba aprovechando" de las desventuras de otro particular, dispuesto como dijo, a emigrar en breve para eludir la crisis venezolana.
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