Ódiame, por favor
Si de algo se ocupan aquí es de ¡Oh! el Amor. Según el che “el revolucionario es guiado por grandes sentimientos de amor. Hay que endurecerse sin perder la ternura”
Yo te lo pido/ Ódiame con encono y sin clemencia... si lo canta cualquier funcionario la ciudadanía lo complace sin que se lo pidan pero quien así cantaba era Julio Jaramillo (qepd) Rey de la Rocola, lo que hoy día le valdría una condena por incitación al odio pues -entre otras novedades- aquí están disparando una Ley-Contra-El-Odio, aunque más bien parece a favor ante las cotidianas descalificaciones, amenazas, insultos, desprecios, insolencias, etc. que debe suponerse no contienen ni 1gr, ni 1mm, ni 1cc de odio sino Amor inmenso, glorioso, excelso, sublime y tierno como expresa la gaita La Grey Zuliana.
Si de algo se ocupan aquí es de ¡Oh! el Amor. Según el che “el revolucionario es guiado por grandes sentimientos de amor. Hay que endurecerse sin perder la ternura” ¿Alguna administración fue capaz de crear el ministerio-de-la-suprema-felicidad-del-pueblo? ¿Ah? ¿Y la-gran-misión-en-amor-mayor, que anima al ciudadano a pasar parte de su vida en colas para ver si consigue comida, medicina o puede retirar el escaso monto que el banco permita si es que tiene efectivo? Acabaron con la plata/ Y se echaron a reír/ Pero les puede salir/ El tiro por la culata... Acota La Grey Zuliana.
La plata escasea pero si el ciudadano-de-a-pie se porta bien, tiene “el carnet” y paga previamente, tendrá un combo con cuánto y qué decida alguien que le evita la molestia de elegir los productos que contiene, además, leyendo las etiquetas, aprenderá geografía de los países proveedores.
Las administraciones anteriores más o menos se ocuparon de industria, producción, sanidad, educación, vivienda, trabajo y de avanzar a un futuro mejor, que ahorita luce muy pero muy lejano porque no hay UNIDAD para concretarlo positivamente mientras, apaso de vencedores, la revolución pacífica pero armada involuciona hacia nuestros remotos antepasados que salían a cazar las “proteínas” que necesitaban. Lo que pasaba es que esas “proteínas” andaban en lo mismo y se los comían pero, si regresaban, ellos se entretenían con las pinturas rupestres de las cavernas, reemplazadas ahora por grafitis de ojos que miran de soslayo desde muros y ranchificios, indiferentes a los que sobreviven “cazando” en la basura no recogida mientras otros se enriquecieron ostentosamente. Odio prefiero a indiferencia: Allá tú, recordado Julio, pero lo que debeimperar es La Justicia y jamás esa democracia resignada a que En el fondo de la fosa/ Llevaremos todos la misma vestidura...
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