Bolívar tiene una crisis social igual a la que ocasionó los saqueos en 2016, aseguran comerciantes
A un año del estallido social que dejó más de 500 comercios saqueados en cuatro municipios del estado Bolívar, gremios y comerciantes que lograron levantar nuevamente sus negocios confiesan el temor por una posible réplica, ante la agudización de la crisis económica
De acuerdo con Fedecámaras Bolívar, 538 comercios fueron saqueados entre el 16 y el 18 de diciembre de 2016, la mayoría de ellos pertenecientes a empresarios chinos | Foto: Oriana Faoro
Ciudad Bolívar.– La huella de los saqueos masivos en cuatro municipios del estado Bolívar no se borra. Este 16 de diciembre se cumple un año del estallido social que dejó 646 comercios saqueados, más de 200 personas detenidas y un fallecido. El paso del tiempo si bien trajo el renacer de la mayoría de los negocios, no contiene mejoras económicas que impidan la repetición de un hecho como este, sin precedentes en la historia local.
“Lo más triste es que, a un año de los saqueos, estamos en una crisis social igual: En 2016 fue por lo del billete de 100 bolívares, ahora es porque la gente no tiene dinero para comprar y tampoco hay mucho qué vender”, consideró César Martínez, dueño del supermercado Súper Baratón de Ciudad Bolívar, uno de los 538 negocios que fueron asaltados entre el 16 y el 18 de diciembre en la capital del estado.
Martínez logró reabrir su negocio luego de seis meses de haber perdido todo. Recomenzar en un clima de zozobra no ha sido fácil: “Había un rumor en la ciudad de que el 12 de diciembre (2017) venía un saqueo generalizadoporque el pueblo no aguanta más la crisis”, confesó. De acuerdo a su observación, los tickets Valeven que dio el gobierno nacional como “Bono Niño Jesús”, la semana pasada, calmó los ánimos de las personas. A los comerciantes no les queda más que esperar.
El 11 de diciembre de 2016, el presidente Nicolás Maduro ordenó la súbita salida de circulación del billete de 100 bolívares, al que le dio vigencia de 72 horas. Para el 15 de diciembre, ningún comercio ni banco nacional aceptaba el papel moneda y el descontento popular, frente a un billete sin valor, minó todas las ciudades del país.
Aunque el 15 de diciembre en la noche Maduro anunció una nueva prórroga, ya el daño estaba hecho. Ante la imposibilidad de usar los billetes y sin una sede del Banco Central de Venezuela a la que acudir, el 16 de diciembre la ira colectiva se transformó en los primeros saqueos a negocios chinos de El Callao. Entre el 17 y 18 de diciembre llegaron a Ciudad Bolívar, Guasipati y Tumeremo.
Un año después, trasincalculables pérdidas económicas y la muerte de un adolescente de 15 años, el billete de 100 bolívares sigue vigente gracias a una enésima prórroga gubernamental. El nuevo cono monetario, que debía aplicarse desde enero de 2017, todavía no circula en su totalidad en el estado Bolívar, y la nación acumula la más grande inflación de toda su historia.
El Súpermercado Súper Baratón logró reabrir sus puertas el 16 de junio de 2017 con la mayoría de su personal, sorteando la inflación, la inseguridad, y recuperó su clientela | Foto: cortesía César Martínez
Comenzar desde cero
El vicepresidente de Fedecámaras Bolívar, Austerio González, quien al momento de los saqueos presidía la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar, reveló el balance final de 538 establecimientos saqueados en la localidad. Esto representó un duro golpe económico, pues se afectó a más del 10 % del total de 4.200 negocios existentes en el municipio Heres, y toda la cadena involucrada.
Al igual que en los tres municipios del sur, los más aquejados en Ciudad Bolívar fueron los comercios chinos, que manejan el 80 por ciento de la venta de alimentos y víveres. Muchos locales fueron desmantelados completamente y hasta quemados después de los saqueos, como Comercial La Amistad, ubicado en la avenida 17 de diciembre.
Los venezolanos también fueron afectados. Martínez vio desaparecer en tres horas de saqueos el trabajo de 30 años en el Súper Baratón, ubicado en la conocida redoma de El Psiquiátrico. Decenas de personas cargaron con comida, hortalizas, mobiliario y hasta griferías y cableado eléctrico.
Ante la inacción de los cuerpos de seguridad, incapacitados para atender una emergencia similar en Bolívar, la respuesta del Estado fue proveer créditos al 12 % de interés a todos los empresarios afectados para que pudieran reponer inventarios. Según el vicepresidente de Fedecámaras Bolívar, estos se liquidaron a un 90 % de los negocios.
El Súper Baratón fue uno de ellos, pero en tiempos de hiperinflación y escasez, recomenzar no fue tan fácil. A parte del golpe emocional, que sintieron también los clientes y trabajadores del supermercado, estuvo la dificultad de conseguir el mobiliario. “Nos tocó ir a Caracas a recorrer porque aquí en la ciudad no hay nada… Nos daban presupuestos que tenían validez de 48 horas… Y así fuimos, poco a poco”, dijo Martínez, quien reabrió las puertas de su negocio al público, nuevamente, el 16 de junio de 2017.
Sortearon también la inseguridad. En seis meses de remodelación les robaron dos veces las consolas de los aires acondicionados. “Así, con la decepción moral y todo, salimos adelante”, prosiguió Martínez. Lograron rehabilitar el 75 % de la infraestructura original del Súper Baratón, que actualmente está repleto de clientes.
Austerio González reveló que, aunque la inmensa mayoría de comercios saqueados logró abrir sus puertas de nuevo, muchos decidieron alquilarlos a otros negociantes o cambiar de rubro. “No fue fácil ver cómo tus propios vecinos saquearon tu negocio. La ciudad todavía se está recuperando de esto”, dijo, en referencia a una explosión en la que robaron tanto supermercados como ferreterías, licorerías y hasta farmacias.
Para diciembre de 2017 el desabastecimiento es más crítico que nunca, de acuerdo con el gremialista y el empresario consultados. El presidente de la Cámara de Comercio de Sifontes, Erick Leiva, coincide. “Aquí no llega suficiente comida, no hay efectivo, no hay seguridad, todo esto es un caldo de cultivo para que vuelva a suceder un estallido”, alertó.
En el sur de Bolívar
El balance final de los saqueos en los municipios del sur de Bolívar fue de 38 negocios asaltados en Guasipati, 34 en Tumeremo y 36 en El Callao, donde falleció el adolescente de 15 años.
En Tumeremo, de 34 negocios saqueados, 31 eran chinos. Pese a esto, la oleada de repudio contra los empresarios asiáticos no significó que dejaran de manejar la mayoría de ventas de alimentos. De hecho, Leiva reveló que reabrieron los 31 negocios, y a los que se sumaron seis inauguraciones de nuevos comercios.
Los sucesos de diciembre de 2016 comenzaron en el sur de Bolívar, poblados rurales de tradición minera —donde ahora se enclava el Arco Minero del Orinoco—, cuyas transacciones comerciales son casi exclusivamente en efectivo. La anulación del billete de 100 significaba, prácticamente, la quiebra de la población.
Los poblados no se recuperan del golpe. “Aquí en el sur también hay rumores de saqueo todos los días y los cuerpos de seguridad no están en capacidad de atender una emergencia como la del año pasado porque, por ser una zona alejada, no tienen como mantener aquí a tantos oficiales”, precisó el presidente de la Cámara de Comercio de Sifontes.
Tanto en Ciudad Bolívar como en el sur de la entidad han mejorado las comunicaciones entre los empresarios, las alcaldías y los cuerpos de seguridad desde 2016. Lo que no ha cambiado en el país son las medidas ni el modelo económico.
Futuro incierto
La zozobra ante los rumores de nuevos saqueos persiste, y un resquicio de seguridad se mantiene hasta que haya algo que vender en los anaqueles.
En el Súper Baratón “tenemos los inventarios casi en cero. Quizás duremos a final de año pero en enero no sé cómo vamos a hacer. El Gobierno lo sabe, esta es una época muy difícil que estamos viviendo”, reflexionó Martínez, quien asegura que los cuerpos de seguridad se mantienen patrullando la zona como medida de prevención.
En el Súper Baratón “tenemos los inventarios casi en cero. Quizás duremos a final de año pero en enero no sé cómo vamos a hacer. El Gobierno lo sabe, esta es una época muy difícil que estamos viviendo”, reflexionó Martínez, quien asegura que los cuerpos de seguridad se mantienen patrullando la zona como medida de prevención.
En Sifontes ocurre lo mismo. Leiva denunció que, por decisión del nuevo gobernador de Bolívar, Justo Noguera Pietri, se ha reducido la cantidad de camiones con mercancía hacia los poblados mineros, debido al descontento que generaba en el norte del estado la cantidad de rubros presentes en las minas. “Esto ha perjudicado al minero, al empresario y al poblador. Ahora los productos están mucho más caros que en otras ciudades, porque aquí hay pocos puntos de venta y el efectivo lo venden con hasta 80 y 150 % de comisión”, lamentó.
El reemplazo del billete de 100 bolívares fue un falso positivo. No solo sigue vigente, sino que es el de mayor circulación, tanto así que en el comercio informal, los precios de venta son más económicos si el cliente paga con efectivo y no con débito, y aún más baratos si lo hace con el nuevo cono monetario: otro ingrediente para el descontento popular.
Las grietas de una economía socavada por años de precios controlados, y las heridas de un estallido social que acabó con décadas de trabajo y dedicación, hacen que continuar trabajando en Venezuela sea una hazaña. Martínez, desde el Súper Baratón, aseguró que cree en el país, aunque “trabajamos más esperanzados en la protección de Dios que en la de los cuerpos de seguridad y las autoridades”.
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