Revolución
El domingo 4 de febrero, se cumplirán 26 años de la intentona golpista liderada por el Comandante Hugo Chávez Frías, y que de acuerdo al oficialismo, fue el exordio del actual sistema de gobierno. Eso dicen.
Recuerdo, junto a todos los que vivimos ese fallido alzamiento, la frase emitida por el líder del fracasado movimiento militar “por ahora” y que de alguna manera lo hizo famoso. Pocos años después, por la vía democrática, el adalid de la fracasada maniobra castrense gana las elecciones, accede al poder y en él se mantiene hasta el día de su muerte, ocurrida en el Hospital Militar Carlos Arvelo el 12 de marzo de 2013 en horas de la tarde.
Pocos días antes, el hoy llamado Comandante Eterno, designó a Nicolás Maduro como su legatario y en una muy reñida elección, se acreditó el triunfo para seguir con la revolución.
También mantengo en la memoria los argumentos esgrimidos por el egregio Teniente Coronel para justificar el alzamiento, siendo el principal, la corrupción que azotaba al país y a la que dijo iba a pulverizar.
Tampoco puedo olvidar que el paladín del socialismo del siglo XXI señaló que antes de él la economía dictaba los parámetros de la política, y que, dada su condición de Presidente, invertiría esa situación, siendo que de ahí en adelante, la política dirigiría la economía.
Pues bien, algunos piensan que, al menos en esos dos sentidos, la herencia de Chávez ha fracasado, al menos por ahora, porque la corrupción sigue vivita y coleando, y la política, si bien dirige la economía, pareciera que no lo ha hecho en forma eficiente. Cualquiera que sea la causa del fracaso económico, nadie discute que, en efecto, estamos pasando más trabajo que morrocoy en pantano.
Y unos pocos señalamientos permiten aseverar que efectivamente así estamos, pues el sistema de control de cambio, que pareciera haberse instaurado de forma permanente, no ha podido con las indicaciones que, con relación a las divisas extranjeras, señala una página web.
Sería bueno entonces, que con motivo del próximo aniversario, los políticos hiciesen una introspección, para poder determinar qué es lo que realmente les corresponde hacer para solventar los múltiples problemas que ya no nos agobian, sino que nos matan.
La economía es una ciencia social que estudia los procesos de extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, y justamente, pereciera ser que en todos y cada uno de ellos el Socialismo del siglo XXI no da pie con bola.
Lo que extraemos de la madre tierra, como nuestro principal producto de exportación, ha ido menguando. Señalan los expertos que mientras no se actúe de la forma correcta y no se hagan las inversiones necesarias, la merma irá en aumento junto a sus consecuencias.
La fabricación, de lo que uno quiera, de lo que se nos ocurra, de todo, sin duda alguna, va palo abajo. En cualquiera de los sectores que antes eran productivos, como el petrolero, continuando por el acero, el aluminio, el cemento, todos ellos en manos del Estado venezolano, son un fiasco.
La materia agroindustrial sería mejor ni nombrarla, ya que todo, o casi todo debemos importarlo para poder medio alimentarnos, y lo mismo ocurre con la industria farmacéutica, cuya merma ha permitido que aparezcan enfermedades que casi no existían, como la difteria. Ni hablar del sufrimiento de los enfermos crónicos, dado que prácticamente no pueden seguir los tratamientos adecuados.
Para la distribución de alimentos el gobierno diseñó, luego de varios planes fracasados, el sistema de los CLAPS, que pareciera que pronto colapsará. Bueno señores, sigamos si quieren en revolución, pero enmienden por favor.
@gadeaperez
No hay comentarios:
Publicar un comentario