“El guiso” del Centro Refinador de Paraguaná no solo es de los gerentes
Las contratistas pagan vacunas para lograr obtener el contrato con la petrolera y durante la ejecución del mismo a diferentes ramos de la industria petrolera
En Paraguaná están ubicadas las dos refinerías Amuay y Cardón que pertenecen al Centro Refinador de Paraguaná (CRP), que por muchos años fueron reconocidas como las más grandes del mundo; luego de la explosión de Amuay esta imagen cambió y con los años se ha ido deteriorando ante la falta de mantenimiento que han expuestos los sindicatos de trabajadores.
Sin embargo muchas contratistas han nacido en medio de esta vertiente y que son de empresarios altamente conocidos en la zona por dedicarse a prestar algún servicio en el CRP y con ello el crecimiento de sus empresas. Debido a la competencia que existe entre las contratistas para lograr la licitación de Pdvsa, desde hace unos años los dueños han tenido que acudir al soborno para poder lograr la contratación.
Primeramente el negocio es aprobado por el gerente y luego pasa al estimador de costos que muchas veces orienta a la contratista cuánto dinero debe pedir para lograr la licitación. Ante ello, la empresa estudia los números y saca presupuestos basados en lo argumentado por el trabajador de Pdvsa e incluye los márgenes de pago para los que le firman la licitación que pueden ir desde el 30% del monto total, hasta lo que desee el trabajador petrolero.
Una fuente ligada a talento humano de una reconocida contratista que presta servicios en la ciudad, reconoció que trabajar con el ramo petrolero no es nada fácil ya que “siempre hay alguien a quien pagarle”. La paga de vacuna no termina en la firma del contrato, sino que una vez que se comienza el siguiente proceso los demás departamentos van poniendo trabas “y ahí se sabe que hay que bajarse de la mula”, refirió.
En la contratista para la que laboró hasta hace unos dos meses, salían cheques de las cuentas personales de los dueños quincenales y todos eran por pagos de vacunas. “Las mayoría los retira personalmente, mientras que otros los mandan a buscar”.
Todos estos montos no salen solo del costo del trabajo que cobre la empresa al CRP, sino que incluso se doblan los números de los salarios de los trabajadores para engordar el presupuesto y así poder sacar todas las vacunas correspondientes que se van agregando mientras se concluye el trabajo.
Además hay empresas que licitan por varios trabajos y solo llegan a cumplir la mitad de uno, meten y sacan los trabajadores a su conveniencia según sea el número de ganancia estipulado. “Ya la empresa sabe cuánto le debe quedar por cada parada, por ello el juego empieza una vez que se logra la licitación”.
Aseguró que las detenciones que van hasta ahora son simples, “Solo están volando las cabezas de arriba, falta investigar un poquito más para darse cuenta del descaro de los trabajadores petroleros para otorgar las licitaciones a las contratistas”, afirmó.
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