Los bancos de sangre del país ya no están en riesgo de paralizarse por la falta de reactivos. Ahora es por la ausencia de personal. Desde mediados de 2018, las enfermeras hemoterapistas (capacitadas para el tratamiento de la sangre) empezaron a abandonar los centro de salud públicos y privados.
Las instituciones ahora trabajan a media máquina, con la mitad del personal que tenían para principios de año o incluso menos.
“Actualmente estamos bien de reactivos, pero ahora el problema es el éxodo del personal. Estamos trabajando con 25% del total de empleados que necesitamos. Solo quedamos ocho personas”, afirma el doctor Arfilio Mora, jefe del banco de sangre del Hospital Central de San Cristóbal.
Hasta septiembre de este año, la mayor preocupación del doctor Mora era cuál reactivo faltaba en el banco de sangre. Ahora es cuántos trabajadores quedan para continuar prestando el servicio en el principal centro asistencial del estado Táchira.
“Entre junio y agosto tuvimos la mayor fuga de personal. Teníamos enfermeras que renunciaban una tras otras”, dice. La fecha coincide con el inicio de la huelga del gremio de enfermería, que el pasado 25 de junio se declaró en paro para exigir sueldos justos. Al no ver sus demandas materializadas, muchas optaron por marcharse del país.
La vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Hematología (SVH), la doctora Maribel Meléndez, estima que la falta de personal en los bancos de sangre asciende a 50% y compromete severamente la operatividad de los centros.
“Este año ha habido una renuncia masiva en los bancos de sangre y este no es un problema fácil de solucionar, a diferencia del de los reactivos. Si no hay serología, la compras y listo. Con el personal no es así. Las hemoterapistas tardan dos años en formarse y no hay aspirantes para cursar la carrera de Enfermería“, lamentó la médico hematólogo.
Meléndez detalló que hay centros públicos y privados en los que los horarios de los bancos de sangre se han reducido por la falta de personal, hasta el punto de suspender las cirugías electivas ciertos días porque no hay quien trate la sangre.
“Hay clínicas y hospitales que dicen hoy no trabajamos porque no tiene quién cubra esos turnos”, detalla.
Sin hemoterapistas, no hay quién practique las pruebas, atienda a los donantes o fraccione la sangre en sus distintos componentes.

Más problemas

Además de la falta de recursos humanos, Meléndez también denuncia que la ausencia de bolsaspara la recolección de la sangre atenta contra estas instituciones. En algunos casos, los bancos están utilizando bolsas vencidas o próximas a vencer, lo que podría poner en riesgo a integridad del tejido.
“En algunos casos ha funcionado (utilizar bolsas vencidas) y en otras hemos perdido la donaciónporque las bolsas han alterado la sangre. Se coagula y hemos tenido que descartarla”, lamenta Meléndez.