¿Cuándo podemos decir que hay una dictadura en Brasil?
Para los revolucionarios todo pensamiento contrario a ellos es fascista y terrorista porque sustentan un discurso violento y de odio contra la paz y la tranquilidad que su modelo de vida establece
Podemos analizar el modelo de vida revolucionario brasileño describiendo alguno de los aspectos que lo caracterizan para responder esta pregunta.
El modelo de vida revolucionario brasileño lo plantea el PT y sus satélites, los cuales componen una oligarquía heredera del legado golpista de 1889. Ellos proponen su modelo como la alternativa al modelo de vida cristiano occidental. Se basan en la ausencia de Dios y por ende en la relativización de la existencia del hombre, lo que podemos percibir como una alienación del hombre cristiano. Y con base en este individuo que compone lo social, se establecen nuevos mecanismos de convivencia colectiva para la vida ambivalente, es decir, una vida donde se promete la libertad sin responsabilidades ni consecuencias, al mismo tiempo que solo ella es posible en el marco de la justicia y la opinión que dicte la revolución. A primera vista pudiera decirse que es una contradicción, una vida sin límites pero controlada, pero es así la neolengua revolucionaria: todos los significantes someten sus significados a la revolución.
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Eso aplica también para lo que se concibe como democracia. Para los revolucionarios, la democracia es el régimen que establece mecanismos controlados de participación popular para legitimar políticamente a los representantes de la oligarquía que rige el rumbo del país. Esta oligarquía permite la participación de las personas mediante lo que han llamado partidos políticos, los cuales son creados y aprobados según las reglas y las instituciones que controla esta oligarquía. Estos partidos son financiados con el dinero de los ciudadanos bajo las reglas y mecanismos que han definido los oligarcas.
Para los revolucionarios todo pensamiento contrario a ellos es fascista y terrorista porque sustentan un discurso violento y de odio contra la paz y la tranquilidad que su modelo de vida establece. En este sentido, la justicia revolucionaria debe ejercer nuevos mecanismos de investigación que actúen prontamente contra cualquier conspiración o tentativa de golpe de Estado contra lo que ellos llaman la Constitución. ¿Pero no es la Constitución brasileña precisamente la que establece que ningún diputado o senador pueden ser presos por sus opiniones? ¿Por qué han detenido al diputado Daniel Silveira? Es que la justicia revolucionaria está por encima de la Constitución, en Brasil o en cualquiera de los países controlados por la revolución.
Otro aspecto revolucionario, es el conteo público de los votos en el sufragio. Para los oligarcas es mejor que la máquina cuente los votos, porque es más rápido, por lo que se exige a los votantes tener fe en el resultado porque es seguro y confiable ¿Por qué la gente tendría que dudar de los oligarcas y sus instituciones? Dudar de la buena fe de ellos es considerado un acto de traición a la patria, pues ellos están allí para garantizar que los resultados sean verdaderos y justos. ¿Cómo se les ocurre pensar que los miembros del Supremo Tribunal Federal o del Tribunal Superior Electoral pueden siquiera pensar en beneficiar algún candidato u otro en una elección? Estos pensamientos extremistas y fascistas deben ser controlados, perseguidos, porque fomentan el odio. Por eso es que la justicia revolucionaria es tan importante.
Por último, pensemos en Nicolás Maduro y lo que dijo Lula sobre él. No solo dijo que es víctima de narrativas, sino que es un ángel como persona. Si Nicolás Maduro es una referencia para los revolucionarios ¿Acaso usted, lector, no debería también verlo de esta forma? ¿Es una exageración de los fascistas decirle dictador a ese sujeto? Si esto es así ¿Cuándo, bajo el gobierno de los oligarcas, se podrá decir que en Brasil hay una dictadura? Ya usted tiene la respuesta.
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