La última oportunidad para la democracia VenezolanaVenezuela dejó de fingir. El mundo también debería hacerlo
Destacado Suscriptor, Las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela se desarrollan en un contexto de profunda crisis política y humanitaria. A medida que se acerca la fecha clave, el régimen de Nicolás Maduro ha escalado la represión contra la disidencia, expulsando observadores internacionales y aumentando las detenciones arbitrarias de líderes opositores. ¡Gracias por leer Destacadas! Suscríbete gratis para recibir nuevas publicaciones y apoyar nuestro trabajo. En este complejo panorama, la líder opositora María Corina Machado encabeza la candidatura unitaria para devolverle la voz al pueblo venezolano mediante comicios transparentes. Sin embargo, su camino está plagado de trabas y amenazas por parte del oficialismo. A continuación, analizaremos a fondo las tácticas de Maduro para perpetuarse en el poder, las maniobras para impedir la candidatura de Machado e imponerle una oposición "de paja", así como el incierto rol de la comunidad internacional en esta crucial contienda electoral. Equipo Destacadas El año 2024 ha sido especialmente difícil para los venezolanos, ya que el régimen de Maduro ha escalado la represión y el miedo mientras el país se prepara para celebrar elecciones presidenciales. En tan solo tres meses, el régimen ha intensificado sus acciones represivas contra la oposición, con un marcado aumento en las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de líderes de la sociedad civil y ONG, como Rocío San Miguel. Asimismo, expulsó a los miembros de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) en Venezuela y orquestó el asesinato del ex militar venezolano Ronald Ojeda en Chile, a manos del grupo delictivo leal al régimen: Tren de Aragua. La estrategia de Maduro para minar la participación electoralSiguiendo el libreto del dictador, Maduro ha perseguido estas acciones para crear desesperanza y generar apatía política, contribuyendo a un entorno donde la migración se convierte en la única opción. Esto ha resultado en un aumento de una de las mayores crisis de desplazamiento, con casi 8 millones de migrantes venezolanos -casi el 10% de los cuales han llegado a Estados Unidos- dispersos por todo el mundo. Maduro también busca distraer a los ciudadanos de la vía electoral, motivándolos a abstenerse y creando divisiones políticas y polarización más profundas en la sociedad. Venezuela dejó de fingir. El mundo también debería hacerlo - (Publica esta frase en X) María Corina Machado: La incansable luchadora por la democraciaSin embargo, la candidata unitaria de la oposición, María Corina Machado, ha hecho todo lo posible para mantener a los venezolanos enfocados en restaurar la democracia a través de elecciones presidenciales libres y justas. Participó en unas primarias, donde obtuvo un aplastante 93% de los votos; presentó un recurso judicial para anular la prohibición arbitraria de ejercer cargos públicos; nombró a la intachable Corina Yoris como su sucesora para la candidatura presidencial cuando se hizo evidente que el régimen no le permitiría enfrentar a Maduro; y ha mantenido una ejemplar unidad en la tradicionalmente fracturada oposición para continuar trabajando en la estrategia electoral. De hecho, el desarrollo más notable es que todas las críticas habituales a la estrategia opositora parecían no aplicarse en este ciclo electoral. En cambio, Machado ha catalizado un torrente de apoyo al cambio, previniendo la fragmentación opositora. Hablando con fluidez el inglés, Machado también ha construido bases de apoyo clave en Washington, forjando la confianza de los formuladores de políticas estadounidenses y explicando sus planes de gobierno en caso de ser electa. Una campaña bajo constante amenazaMachado se ha mostrado como una incansable defensora y una disciplinada candidata, luchando contra los obstáculos y la represión del régimen, incluidos el secuestro de miembros de su equipo de campaña, para recorrer el país con su mensaje esperanzador. Esta no ha sido una campaña normal, ya que miembros clave de su equipo (Magalli Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Omar González y Humberto Villalobos) han sido perseguidos políticamente por el régimen y se encuentran en la clandestinidad, mientras que otros (como Henry Alviarez, Dignorah Hernandez, Juan Freites, Guillermo Lopez, Luis Camacaro, Joe Villamizar y Emill Brandt) han sido desaparecidos forzosamente por el régimen. Maduro incluso ha calificado a Vente Venezuela, el partido de Machado, como un grupo terrorista. La vida de Machado corre peligro; incluso el ex presidente de Colombia, Iván Duque, alertó a la comunidad internacional sobre el riesgo de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) también atentara contra su vida. Cuando se acercaba el plazo para inscribir candidatos en las elecciones presidenciales de Venezuela, muchos temían el desenlace eventual: Maduro cerrando el paso a la principal plataforma opositora, que consistía en nueve partidos respaldando a la clara vencedora de las primarias, así como a su sustituta Corina Yoris, avanzando hacia otra elección amañada con solo candidatos opositores de paja permitidos para competir. Mientras el reloj se acercaba a la medianoche, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por Maduro, continuaba inscribiendo candidatos, pero no a Machado ni a Corina Yoris. Con 20 minutos restantes, el CNE anunció que había aceptado a otro candidato. Se había producido una defección dentro de la Plataforma Unitaria de la oposición; uno de los partidos, Un Nuevo Tiempo, se había escindido para inscribir a su líder, Manuel Rosales, el actual gobernador del estado Zulia, visto como un acomodaticio y antiguo figurante de la oposición. Para muchos venezolanos, las maquinaciones de medianoche parecían un cruel microcosmo de su destino político bajo 25 años de chavismo. Muchos especularon que la inscripción de Rosales era el plan del régimen de Maduro desde el principio. Al amañar el sistema electoral y mantener el control sobre el CNE, Maduro pudo apegarse a la característica definitoria del chavismo en las últimas dos décadas: no solo el régimen gana todas las elecciones, sino que también elige a quién pierde frente a ellos. Al final, un candidato nominalmente considerado "oposición", que optó por no participar en las primarias de la oposición en octubre de 2023, logró inscribir su candidatura, mientras que ni la abrumadora vencedora de ese proceso ni su sustituta elegida pudieron inscribirse. Pero un candidato elegido por Maduro nunca será un candidato del pueblo. La línea de fondo es que Machado se ha mantenido en el curso electoral, no ha llamado a la abstención y continúa denunciando la falta de condiciones electorales, incluidas las dificultades de la masiva diáspora para inscribirse para votar. Una respuesta firme de Estados Unidos: Hasta el finalMachado está haciendo todo lo posible para superar los hercúleos obstáculos que el régimen ha impuesto para impedir su candidatura presidencial y restaurar la democracia en Venezuela. Sus esfuerzos han continuado incluso después de que el Tribunal Supremo Electoral, controlado por el régimen, reafirmara su prohibición arbitraria de ejercer cargos públicos. Lamentablemente, el apoyo de la administración Biden no ha estado a la altura del desafío impuesto por Maduro. La política estadounidense hacia Venezuela se ha caracterizado por conceder los mayores deseos de Maduro: el regreso del financista del régimen Alex Saab, la liberación de los "narco sobrinos" de la primera dama Cilia Flores y el levantamiento de sanciones sobre el petróleo y el oro, entre otros. La política de Estados Unidos perderá la poca credibilidad que le queda si no se compromete firmemente con el reinicio de las sanciones el 18 de abril, su fecha límite autoimpuesta para revisar el alivio ofrecido en octubre a través del acuerdo de Barbados. Abundan las irregularidades electorales, la represión es argumentablemente la más alta de todos los tiempos y el endeble acuerdo de Barbados apenas logra mantenerse como una mera letra. Como mínimo, Estados Unidos debería revocar la Licencia General No. 44, que permite a las empresas petroleras operar en Venezuela, el 18 de abril para mostrarle a Maduro que hay consecuencias por robarse otra elección. Como tituló un analista a raíz de las acciones del régimen: "Venezuela dejó de fingir. El mundo también debería hacerlo". |
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