¿Cuál es la controversia que rodea al Chinatown de Santiago de Chile?
El desorden en esta zona de Santiago desencadena una extrema delincuencia. El homicidio de un ciudadano chino en un edificio del Barrio Meiggs, donde funcionaba un casino clandestino y un prostíbulo, dejó cuatro detenidos de esta nacionalidad en octubre por porte de armas, al igual que destapó la presencia de las mafias chinas en Chile.
La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, encabezó la inauguración de un pórtico en la intersección de las calles Grajales y San Alfonso, ubicadas en el barrio Meiggs. Esta estructura, que cuenta con dos estatuas de los míticos leones de Fu y tiene 12 metros de altura, pretende “incentivar la multiculturalidad” con una emulación de la arquitectura tradicional china. Sin embargo, este monumento, que costó 400 millones de pesos (cifra que se asemeja a más de 420.000 dólares), se ha convertido en un símbolo de controversia en la capital chilena.
La razón de la polémica es que la zona donde se erigió la construcción alusiva a Pekín destaca por su alta conflictividad comercial entre establecimientos formales e informales. Incluso, existe un marcado patrón de inseguridad. El hacinamiento de más de 3000 vendedores ambulantes en 16 cuadras, de los cuales solo 300 cuentan con los permisos municipales correspondientes, ha derivado en asaltos con armas, amenazas a locatarios y robos a clientes. Los tres delitos son comunes en el lugar que ahora promueven como el “oasis de Meiggs”.
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Si bien los barrios chinos son destinos turísticos para quienes buscan encontrar o acercarse a China a través de la gastronomía o productos que promueven las familias migrantes oriundas de la nación asiática, este espacio que se denominó como “Chinatown de Santiago” desentona con tal propósito. De hecho, el diario La Tercera lo llama “el barrio bravo”. Las estadísticas confirman esta “furia”, pues la curva de incidentes desde 2013 solo va en ascenso. Cifras de Carabineros arrojan que en 2023 se contabilizaron 749 robos.
El desorden en esta zona de Santiago desencadena una extrema delincuencia. El homicidio de un ciudadano chino en un edificio del Barrio Meiggs, donde funcionaba un casino clandestino y un prostíbulo, dejó cuatro detenidos de esta nacionalidad en octubre por porte de armas, al igual que destapó la presencia de las mafias chinas en Chile.
Las pesquisas policiales después del asesinato confirmaron que cuatro organizaciones chinas, las cuales se dieron a conocer como 14K, Shui Fong, Sun Yee On y la Bang de Fujian, actualmente están operando en el país austral. Sus negocios abarcan desde cultivo de marihuana con un sofisticado sistema de granjas guiadas por el calendario asiático, tráfico de personas, extorsión, hasta el blanqueo de capitales en casinos.
Los grupos son llamados “tríadas asiáticas” por representar organizaciones del crimen organizado que realizan cualquier actividad que les aporte grandes sumas de dinero. Un reporte de El Mercurio sostiene que la Bang de Fujian tiene su centro de acción en la zona sur de la Región Metropolitana. Desde ahí, ha coordinado el ingreso irregular de, al menos, 200 migrantes chinos, a través de Temuco, una ciudad al sur de Santiago a cambio de un pago de 2500 y 8000 dólares a cada uno.
El caos en Meiggs es agudo si se agrega que a finales de mayo se reportó la detención de 13 carabineros por extorsión en la zona. Los acusados eran señalados de brindar protección a comerciantes chinos a cambio de jugosos pagos. Asimismo, el tránsito de las unidades de los Bomberos es prácticamente imposibles, donde tampoco las ambulancias tienen garantías de circulación.
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