Buenos días, pitaceros. La alegría y esperanza del día de la votación en la parroquia caraqueña de Caricuao se tornaron rápidamente en decepción y frustración ante los resultados presidenciales anunciados. Lo que sus habitantes presenciaron en las urnas no coincidió con lo informado, de ahí que se desencadenaran protestas y represión en los días siguientes. La persecución y el miedo aún persisten en una comunidad que ansía respuestas a sus necesidades y ver reconocida su voluntad expresada en las urnas.
Cuestión de principios. |
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