Universitarios de cartón
Continúa el calvario de los jóvenes cuyas carreras fueron clausuradas por el Consejo Nacional de Educación (Cones). En efecto, esta institución había cerrado el Instituto Superior Latinoamericano, 15 filiales del Interregional, así como 32 filiales de la Universidad Autónoma del Sur (Unasur). También clausuró 56 carreras de ciencias de la salud (Medicina, Enfermería, Obstetricia, Radiología. Nutrición, Fisiología y Farmacia) de diversas entidades “educativas”, entre las que figura la Universidad Privada del Guairá, que cuenta con nada menos que 82 filiales.
Desde hace tiempo se viene cuestionando la indiscriminada apertura de seudo universidades, en cualquier punto del país, las que llegaron a denominarse precisamente por su falta de rigurosidad como “universidades de garaje”, porque son habilitadas en cualquier parte. No es casual que tantas carreras clausuradas tengan que ver con la salud, pues las cuotas percibidas por cursarlas son las más altas, es decir, las más lucrativas para los inescrupulosos mercaderes académicos que ponen en peligro la vida de la gente al lanzar al mercado profesionales de muy dudosa preparación académica.
Al disponer la clausura se solicitó también al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) que suspenda los registros de los títulos expedidos por las carreras de grado y de posgrado, es decir, aquellos que acudieron durante cinco o más años pagando mensualmente una cuota, ahora se quedarán con un cartón inservible.
Se llegó a esta situación por la perniciosa Ley N° 2529/04, que permitió al Congreso crear universidades e institutos superiores sin atender el dictamen del Consejo de Universidades. Así aparecieron muchos parlamentarios comerciantes, quienes comenzaron a abrir a discreción institutos para comerciar títulos universitarios.
Aquí existe una enorme irresponsabilidad del Estado que dejó que estas instituciones continúen durante tantos años estafando a los jóvenes que aspiran a un futuro mejor y poniendo en peligro a toda la sociedad, al lanzar al mercado “egresados” que no están preparados para ejercer una profesión. Pero también existe una responsabilidad compartida de aquellos que para evitar casas de estudios más exigentes optan por ingresar a estos institutos de dudosa reputación en la creencia de que más fácilmente obtendrán el “cartón” que los convierta en “profesionales”, para acceder a algún puesto público, o para aumentar su puntaje en el escalafón. La formación universitaria en el país está absolutamente degradada, porque de las casas de estudios, supuestamente de prestigio, todavía siguen saliendo “profesionales” que no pueden expresar por escrito una idea coherente. Hay abogados, jueces y licenciados que no pueden redactar una oración sin un error ortográfico.
Es muy plausible que por fin el Cones decida llamar la atención sobre esta aberración, y que esto también sirva de llamado de atención a aquellos jóvenes que acuden a las “aulas” solamente en busca del título, el cartón, porque si no exigen calidad en esas instituciones, finalmente se quedarán con eso, solamente con un cartón inservible.
http://www.vanguardia.com.py/2017/06/02/universitarios-de-carton/
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