Últimas palabras de Teresa y testimonios | Si no me quieren, ¡peor para ellas! | | | Puesta en situación | Teresa recuerda una historia de su infancia sobre la «directora de un internado», una mujer encargada de educar a las niñas de clase media. Tenía el arte de no ofender a ninguna de las niñas que se le confiaban, para conservar su estima... y la de sus padres. | | | Teresa me habla | «Era yo todavía muy pequeña cuando nuestra tía me dio a leer un cuento que me extrañó mucho. Pues en él se alababa a una directora de internado porque sabía salir airosamente de cualquier apuro, sin herir a nadie. Me fijé sobre todo en esta frase: «A ésta le decía: tú no tienes la culpa; a aquélla: tienes razón!». Yo pensaba para mí: eso no está bien. Aquella directora no debería haber tenido miedo de nada y tendría que haber dicho a las niñas que habían actuado mal, cuando era así. Hoy no he cambiado de opinión. Me cuesta mucho actuar así, lo confieso, pues siempre lo más fácil es echar la culpa a los ausentes, y eso aplaca enseguida a la que se lamenta. Sí, pero... yo hago todo lo contrario. Si no me quieren, ¡peor para ellas! Yo digo siempre toda la verdad; si no quieren saberla, que no vengan a buscarme» | (CJ 18.4.3) | | | Comprendo | Teresa nunca pactó con la mentira. Su rectitud de corazón nunca la abandonó y le impidió caer en la lógica de la seducción inútil. Teresa no buscaba agradar, sino amar de verdad. Por eso denunció nuestra tendencia a atenuar a veces la verdad por razones equivocadas. Por supuesto, no toda la verdad es buena para decirla, y hay que saber discernir. Pero quien no se atreve a decir la verdad en el momento oportuno corre el riesgo de ser prisionero de su propia cobardía. | | |
| ¿Dicen mis allegados que digo toda la verdad? Si no es así, ¿cómo puedo crecer en la verdad, con la oración de Teresa? |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario