Buenos días, pitaceros. La detención arbitraria de Héctor Hidalgo exhibe la perversión de un sistema judicial que presenta a ciudadanos inocentes como "terroristas". ¿Qué Estado de Derecho puede proclamarse cuando dos hermanos comerciantes son convertidos en presos políticos por el simple acto de reparar una motocicleta? La fabricación de cargos por "terrorismo" e "incitación al odio" revela el modus operandi de un aparato represivo que criminaliza no solo la protesta, sino la mera existencia en espacios públicos. El caso Hidalgo muestra todos los elementos del terror de Estado: detención por civiles armados, acusaciones fabricadas, y un proceso judicial que se burla de los derechos humanos más básicos. Este caso no es un error del sistema; es el sistema funcionando exactamente como fue diseñado: para quebrar voluntades, destruir familias y sembrar el miedo como herramienta de control social.
¿O no? |
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