Señal de la cruz
Que nuestros corazones se abran y expandan para que el buen humor del Cielo entre y permanezca allí. Que esta novena nos haga querer más difundir el amor a nuestro alrededor, como un anticipo de lo que experimentaremos en el Cielo.
Acto de contrición
Dios mío, siento mucho haberte ofendido, porque eres infinitamente bueno, infinitamente amable y el pecado te desagrada. Tomo la firme resolución, con la ayuda de vuestra Santa Gracia, de no volver a ofenderos y hacer penitencia.
Meditación de la Palabra de Dios
Lectura del Evangelio de Jesucristo según San Marcos (16, 1-7)
Pasado el sabbat, María Magdalena, María, madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamar el cuerpo de Jesús. […] Al entrar en el sepulcro, vieron sentado a la derecha a un joven vestido de blanco. Fueron invadidas por el miedo. Pero él les dijo: "¡No temáis! ¿Estáis buscando a Jesús de Nazaret, el Crucificado? Ha resucitado: no está aquí".
Extracto de los manuscritos de Laus
«Durante la visita al paraíso, Benita vio un trono redondo, sembrado de piedras preciosas, elevado sobre todos los demás, de inestimable brillo y esplendor, sin palabras para expresarlo, que la deslumbró y le quitó la vista. […] Cuando pasó la Madre de Dios, todos los bienaventurados se levantaron de sus asientos y la saludaron».
Oremos para que no tengamos miedo a la muerte. Que nuestra esperanza en la belleza de lo que nos espera en el Cielo sea más fuerte que todos nuestros miedos.
Rezar diez Avemarías
Canto
Invocación
Nuestra Señora de Laus, Refugio de los pecadores, ¡Ora por nosotros!
Oración de Laus
Señor, lleno de ternura y misericordia, eres bendito por tu Hijo Jesús que nos dio Laus, refugio de los pecadores. Eres bendito por María, nuestra madre, que vino a este refugio para visitar a los hombres y sus sufrimientos. Eres bendito por Benita Rencurel, por su testimonio y por los 54 años de escucha de la Bella Señora. Además, Señor, por intercesión de María, morada del Espíritu Santo, transforma nuestros corazones de piedra en corazones de carne. Que nosotros, siguiendo a Benita, nos dejemos transformar para vivir hoy y mañana la fidelidad al Evangelio, en la Iglesia y en el mundo. Amén.
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