¿Rebeldía adolescente tardía o colgarse de Milei para algo de notoriedad?
"Dum Chica" logró llegar a las noticias y algo de fama. No por su música irritante sino por un "mensaje político" berreta.
Marcelo Duclos PANAM POST 
Dum Chica no era ni por asomo la atracción principal (ni una de las principales) del festival Lollapalooza 2025 en Buenos Aires. Para darse una idea, el grupo está en el puesto número 58 del flyer general que ordena los artistas por orden de relevancia. Ayer, que se presentaron en uno de los escenarios, fueron la atracción número 22 de los 27 espectáculos del día. Sin embargo, se las arreglaron para viralizar en las redes sociales y en las noticias.
¿Cómo hicieron? Fácil. Muy fácil. En la pantalla gigante que se encuentra detrás del escenario, proyectaron un video de un Javier Milei, con la banda presidencial y la cara ensangrentada, con cuernos símil diablo. Luego de unos movimientos histriónicos, al supuesto presidente argentino le estalla la cabeza.
Noticias Relacionadas
Mientras eso salía proyectado, la banda sonaba con su pobre propuesta musical: dos jóvenes con pretensión de rebeldía de adolescencia tardía, una imagen poco original que remite a un punk inventado hace casi medio siglo y un intento fallido de emular algo parecido a la impronta de Debbie Harry de Blondie, pero con alaridos similares a los de la cantante de B´52s, en versión de sustitución de importaciones. Todo en el marco de efectos de distorsión en la voz y el bajo para llenar los espacios.
Ah, y un baterista varón al que casi ni muestran en las notas y las fotos de la banda, que, musicalmente, es lo más profesional del dúo/trío. Claro que, como era de esperar, tiene todo el look de “aliade” del mundo. Una melange que pretende reeditar el estilo y aprovechar el espacio vacío que dejó El otro yo, otra banda “progre” cancelada por los reiterados casos de abuso sexual de su vocalista, Cristian Aldana, condenado a más de dos décadas de prisión.
REPUDIABLE: La banda kirchnerista Dum Chica pasó en las pantallas de su recital un vídeo de Javier Milei siendo asesinado. Después se llenan la boca diciendo que otros son “los dictadores y malos”. Estos tipos tienen que ser denunciados en la justicia. pic.twitter.com/CKLmhVemU8
— Marcos Palazzolo (@marcalpalazzolo) March 23, 2025
- Lea también: El mileísmo japonés y el antimileísmo de cabotaje
- Lea también: Spinetta y los incómodos rockeros independientes que no se someten al progresismo estatal
Lógicamente, con el tema en el debate de las redes sociales, mucho se discutió durante el día sobre libertad de expresión, sus eventuales límites y la agresividad en la discusión política. Pero, más allá de estas cuestiones, hay un punto que debe ser puesto en relevancia.
La gente de esta banda, hasta hoy desconocida para la gran mayoría de los argentinos, apeló al típico vicio parasitario de los pseudoprogresistas de izquierda: “colgarse” de lo ajeno para el propio beneficio. Lo que hacen permanentemente los que se rasgan las vestiduras cuestionando al egoísmo.
Luego del escándalo que generó la proyección en cuestión, “Dum Chica” emitió un comunicado “aclarando” que nada tienen que ver los realizadores del festival ni sus sponsors con su “manifestación” política. Esto es más que evidente, pero de poco valen las disculpas ante el hecho consumado. Aunque muchas personas hoy cuestionan a las empresas, incluso a Samsung que puso la pantalla donde se emitió el video, hay que reconocer que todo fue realizado por engaño y a traición. Si esta banda hacía lo mismo en un pequeño espectáculo propio, sin ser teloneros de artistas ya consagrados, nada de todo esto hubiera sucedido. Fue un plan premeditado, que les brindó algo de relevancia.
Por lo que se aprecia de su música, no van a estar en condiciones de mantenerlo por demasiado tiempo. Que lo disfruten. Algún día les contarán a sus hijos que salieron en las noticias por explotarle en un video de fantasía la cabeza a Milei. Difícilmente el futuro les depare más “logros” relevantes.
— Dum Chica (@dumchica) March 23, 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario