HABLA EL CORONEL ® LUIS ALFONSO DÁVILA GARCÍA
El 10 de noviembre de 2019 la periodista Sebastiana Barráez, del portal INFOBAE, dio a conocer la entrevista que
le hiciera al coronel ® Luis Alfonso Dávila García, quien como presidente del
ya extinto Congreso Nacional tomó el juramento de ley para asumir la
presidencia de la República a Hugo Chávez, el cual, irreverentemente, declaró
jurar ante la que calificó de moribunda
Constitución.
En su gobierno fue
ministro del Interior en 2000 y canciller en 2001.
Escribió la periodista:
-Le pido que describa cómo recuerda a Hugo Chávez. “Con el paso del
tiempo, como supremo conductor de lo que es, lamentablemente coincido o me hago
coparticipe del historiador que lo califica como el más grande bellaco de la
historia venezolana”.
Y agrega:
-Asegura
que “en sus inicios Chávez estuvo
impulsado por dos sectores antagónicos: de un lado los militares que
participaron en el golpe de Estado de 1992, con el cual yo no tuve nada que
ver; y, de otro lado, por pseudos políticos de izquierda que pretendían tomar
el poder por la vía de las armas a semejanza de la revolución cubana”.
“Me
opuse totalmente a esa vía y propugné la creación del Movimiento V República
como la manera de encaminarnos por la vía electoral para el logro del gobierno.
Fue la tesis que prevaleció con los resultados conocidos”.
Luego
pregunta:
-¿Cómo calificaría usted a las
Fuerzas Armadas de hoy?
-La
calificaría de débil, si es que se me pidiera una sola palabra. Es una
“debilidad” programada y es el resultado premeditado de un plan entre cuyos
objetivos estaba el desmantelamiento de la Fuerza Armada.
-¿Por qué lo asegura?
-Porque
Hugo Chávez entendió que la Fuerza Armada representaba el mayor riesgo para
echarlo del poder, más aún después de los sucesos de Abril 2002. Mirando hacia
atrás, podemos observar nítidamente los pasos que se dieron para debilitar a
los militares. Fueron misiles lanzados contra la estructura militar.
-¿Qué
ejemplos puede colocar sobre eso?
-Primero,
romper su moral (Ethos Militar), a través de la corrupción, la adulación y
sobrepoblación en los grados más altos. Segundo, conversión de Suboficiales
Profesionales de Carrera (SOPC) en Oficiales Técnicos, conversión de la Tropa
en Oficiales. Tercero, el inadecuado manejo del personal femenino en las
academias militares y cuarteles. Cuarto, politización; conversión de la Fuerza
Armada en instrumento del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Quinto,
subvertir el orden de mérito, sustituyéndolo por la evaluación política,
exigiendo se “pusilánime”. Sexto, cohortes de oficiales enviados a estudiar a
Cuba. Séptimo, fortalecimiento de los colectivos armados. Octavo, vigilancia y
persecución bárbara, publicitada y aterradora. Noveno, administración del
miedo.
Otras
interrogantes:
-¿Que lo hizo apartarse de la revolución?
-Más
que apartarme de la “revolución” me aparté del gobierno encabezado por Chávez,
por cuanto me percaté de que él se apartó del Programa que fue elaborado por un
equipo en el cual yo participé y dentro del cual, entre otras cosas, en ningún
momento se habló de “revolución”, tal como hoy día sus legatarios pretenden
llamar a este gobierno.
-¿Cuándo ocurrió eso?
-No
es fácil precisar con exactitud el momento exacto en que ello ocurrió, sin
embargo, posteriormente al golpe de estado del año 2002 se operó en la actitud
de Chávez, entre otros cambios, su entrega incondicional al dictador Fidel
Castro, de tal suerte que impropiamente a su conducta de presidente de un país
afirmó públicamente que Fidel Castro era su “taita”, tal como los soldados
llaneros llamaban al general José Antonio Páez. En esa etapa se inició el
desmontaje del precario equilibrio de la institucionalidad vigente en el Estado
venezolano y paralelamente se inició la violación sistemática de la
Constitución aprobada en el año 1999, que fue su leitmotiv durante la campaña
electoral.
-¿Se siente usted responsable de ser
parte de haber contribuido de llevar al país a la tragedia que se vive en estos
momentos?
-Sin
tratar de justificarme debo decir que no me siento ni responsable y muchísimo
menos el haber contribuido con la tragedia que se vive en estos momentos. Esto
lo digo porque si bien es cierto que participé en el pasado ya lejano en altos
destinos del Estado venezolano, no menos cierto es que mi conducta y mis
ejecutorias en dichos destinos están expuestas al escrutinio público de quien
quiera profundizar en su examen y análisis. No se puede olvidar, además, que el
ambiente que se vivía en el país para la época en que Chávez ganó las
elecciones, era de cambio y de transformación del status quo imperante, cuyas
expectativas se tornaron fallidas; y, por consiguiente, no estuvieron a la
altura de lo que el país esperaba y deseaba, esa fue una de las razones que
coadyuvaron en mi retiro del gobierno.
-¿Presintió
que pudiese llegar a ser tal la injerencia cubana en Venezuela?
-Mira,
conocía perfectamente, por intermedio del Dr. Ramón J. Velásquez, quien había
sido Secretario de la Presidencia de la República del Presidente Rómulo
Betancourt, del interés que tenía Fidel Castro por Venezuela y sus recursos
para expandir la revolución cubana por América Latina, pretensión que fue
categóricamente rechazada por el citado Presidente. Sorpresivamente por no
presentirlo, a raíz de los sucesos del año 2002, Chávez torció el rumbo,
inclinándose hacía los designios del dictador Fidel Castro. Esa fue junto con
una marcada ineficiencia administrativa, otras de las razones determinantes que
me llevaron a separarme del gobierno.
-¿Cómo es que
usted se incorpora al movimiento de Hugo Chávez?
-Mi
incorporación al movimiento de Chávez, a instancia y fervorosa invitación de
él, se produce en el transcurso del año 1994 y después de su sobreseimiento por
parte del Presidente Rafael Caldera. Venía de lejos mi relación militar con
Hugo Chávez, pues fui Oficial de Planta de la antigua Escuela Militar, profesor
de la Escuela de Blindados y luego con vecinas responsabilidades en Apure.
Mientras Chávez comandaba un escuadrón en Elorza, me desempeñaba fundando el
Grupo de Caballería Vencedor de Araure en Guasdualito. Posteriormente, fui su
Comandante directo mientras comandaba y fundaba la Décima Brigada de Caballería
en San Fernando de Apure. Ahora pienso que tal relación sembró en el ánimo de
Chávez algún reconocimiento y estima por mi
persona lo que llevó a hacerme la invitación a la cual ya me referí.
-¿Qué debe hacerse para que la
Fuerza Armada pueda retomar el camino que le corresponde en defensa de la
patria, del territorio y la soberanía nacional?
-Su
reconstrucción pasa por la reconstrucción de todo el país. Debemos entender, y
eso nos cuesta a los oficiales retirados que conocimos mejores tiempos, que el
Ejército de hoy no es el de hace 20 años. No está cohesionado. Existen grupos,
bandas que se han repartido negocios. La base de la institución, que es la
disciplina, ha desaparecido y la psicología del militar la ha transformado,
para mal. Pero no solo es la visión del elemento militar, el Estado como un
todo está sumamente deteriorado y raya en el concepto de Estado Delincuencial.
Mientras el país político se debate en una dualidad insostenible, el país
nacional sufre la tragedia del día a día y se hunde en la desesperanza
aprendida.
-¿Algunas
experiencias o anécdotas durante su relación con la revolución bolivariana?
-Chávez
era un lenguaraz, incoherente, contradictorio y hasta cómico. En una
oportunidad en la ciudad de Londres ante un nutrido público narró, que en
Venezuela en un proceso que en el Congreso se le siguió al Presidente Carlos
Andrés Pérez, lo salvó un diputado que vendió su voto; él mismo se preguntó que
cuanto habría costado ese voto. Al bajarse del estrado le observé: ‘Usted acaba
de enviar un misil para Venezuela’. Me preguntó qué había dicho. ‘Usted se
refirió al diputado que habría vendido el voto, y era José Vicente Rangel, a
quien usted días atrás designó Ministro de la Defensa’. Me replicó: ¿yo dije
eso? Ciertamente eso fue lo que dijo y así ha quedado grabado. Su respuesta fue
echarse a reír. La misma frase en los mismos términos los repitió un 17 de
diciembre en Santa Marta estando presente el Presidente Álvaro Uribe de
Colombia; ya para ese momento había designado a José Vicente Rangel
Vice-Presidente de la República. De
ello existen suficientes pruebas en nuestras hemerotecas.
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