EL 23 DE ENERO DE 1958 RENACIÓ LA DEMOCRACIA VENEZOLANA
Al ser derrocado Pérez Jiménez, el pueblo reconquistó los
derechos
que había perdido
el 24 de noviembre de 1948
El 23 de enero, junto la Revolución del 18 de octubre
de 1945, bases de
nuestra democracia
Pérez Jiménez volvió al país pero como reo de peculado
La democracia conquistada el 23 de enero ha sufrido
embates
Dos
eventos históricos ocurridos en el curso de este siglo han transformado la realidad
social, política y económica del país. La Revolución de Octubre, en 1945, que
marcó la erradicación definitiva del gomecismo y el consiguiente ingreso de
Venezuela al siglo XX, y el denominado movimiento cívico-militar del 23 de
enero de 1958 hace 22 años, génesis de la democracia actual.
UN DÉSPOTA EN FUGA
Aunque
Marcos Pérez Jiménez…tras desconoce el triunfo del doctor Jóvito Villalba en
noviembre de 1952, se había erigido en la autoridad absoluta de Venezuela. es
clave en ambos acontecimientos. A este siniestro personaje se atribuye la
autoría de la escogencia de Rómulo Betancourt para presidir la Junta
Revolucionaria de Gobierno que se formaría al derrumbarse el medinismo. Pérez
Jiménez, a quien Betancourt jamás menciona por su nombre, formó parte también
del trío de pillos (los demás fueron los entonces como él tenientes coroneles Carlos Delgado Chalbaud
y Luis Felipe Llovera Páez, fallecido el primero a un atentado criminal
atribuido al propio Pérez, y el segundo de muerte natural) que el 24 de
noviembre de 1948 derrumbó incruentamente el gobierno de Rómulo Gallegos, primer mandatario nacional elegido por votación
popular.
Pérez Jiménez, quien había dominado el país
con mano férrea, incluso recurriendo al asesinato de sus enemigos políticos
(Leonardo Ruiz Pineda, Luis Hurtado Higuera, David Nieves Ríos y muchos otros
luchadores democráticos) quiso perpetuarse en el poder. En efecto, aconsejado
por su ministro de Relaciones Interiores, Vallenilla Planchart (y no Vallenilla
Lanz) puso en práctica el tristemente célebre plebiscito el 2 de diciembre de
1957. Fue el principio para su funesto régimen.
Al descontento
popular, hábilmente canalizado por la Junta Patriótica, que integraban hombres
de Acción Democrática, Unión Republicana Democrática, Partido Comunista de
Venezuela y Copei, se sumó el desagrado de las. Fuerzas Arriadas,
en cuyo nombre actuaba el déspota. El 1° de enero de 1958 se alzaron contra el
régimen unidades de las Fuerzas Aéreas acantonadas en Boca del Rio y el batallón
de motoblindados en Caracas, a cuyo frente se encontraba el comandante Hugo
Trejo. Ambos movimientos fracasaron, ciertamente, pero el germen de la
resistencia a la dictadura no se había extinguido, al contrario surgía mayor a partir del día 21, materializándose en
luchas callejeras contra el gobierno, manifestaciones y huelgas. El 23, ya se
habla instalado una Junta, encabezada por el contralmirante Wolfgang Larrazábal
(era el militar de mayor rango, por eso se le designo presidente) y de la que también
formaban parte los coroneles Pedro José Quevedo, Abel Romero Villate, y Roberto
Casanova. Los dos últimos fueron separados de la Junta por presión popular en
virtud de su estrecha vinculación con el grupo militar dictatorialista.
En la
madrugada del día 24, en el avión presidencial “La Vaca Sagrada”, huía el déspota
hacia Santo Domingo. Regresaría al país en agosto de 1963, en calidad de reo
contra la cosa pública.
23 DE ENERO: BALANCE
El
proceso democrático que se iniciara en el país a partir del 18 de octubre de
1945 (elecciones de primer grado mediante el voto universal, secreto y directo;
voto de la mujer, voto de los analfabetas) interrumpido el 24 de noviembre de
1948 con el golpe militar que tuvo el
apoyo decidido de Copei y URD, se consolidó el 23 de enero de 1958. Ese m ismo año se celebraron elecciones y el propio presidente
de la Junta de Gobierno, Wolfgang Larrazábal, renunció al cargo para participar
en los comicios que fueron ganados por
Rómulo Betancourt.
A Betancourt
lo sustituyó’ el doctor Raúl LeonI y éste a su vez, al ser derrotado el
candidato de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, fue sustituido por Rafael
Caldera, quien entregó el poder a Carlos Andrés Pérez y éste a Luis Herrera Campins.
La democracia
es plena, como lo prueba el hecho de que a partir del 23 de enero de 1958, dos
presidentes han sido sucedidos por magistrados de la oposición.
Por
supuesto que esta democracia, además de las luchas y sacrificios anteriores al
23 de enero, ha tenido que enfrentarse, para su consolidación, a otras tantas adversidades. La
propia Junta Militar que sucedió a Pérez Jiménez tuvo que actuar enérgicamente
contra dos movirnientos golpistas de envergadura: el liderizado por el general
Jesús María Castro León, en julio, sin víctimas,
y el encabezado por el comandante Ely Moncada Vida!, en septiembre con saldo trágico.
Ambos militares, irónicamente, habían luchado contra la dictadura.
Romulo
Betancourt enfrentó la sublevación del propio Castro León (murió en la cárcel)
y los movimientos conspirativos denominados “El Carupanazo” (en Carúpano, se
alzo la guarnición de esa ciudad con el apoyo de izquierdistas) “El Barcelonazo”
(en Barcelona, militares, se dice que con apoyo de militantes de URD) y “El Porteñazo“
en Puerto Cabello con ramificación nacional neutralizada, por la rápida acción
del Gobierno).
Además,
y a partir de 1960, surgieron las guerrillas urbanas y rurales, hoy en día casi
extinguidas y muchos de sus miembros incorporados positivamente a la vida política
y social del país.
Claro
que a partir del 23 de enero de 1958 en
el país se han producido muchas transformaciones. Hemos insistido en el aspecto
político por constituir el logro más importante, con mayor razón si consideramos
que América Latina es en los actuales mementos un subcontinente sometido al
inclemente yugo de dictaduras primitivas. Nuestra democracia, es cierto,
adolece de muchas fallas e imperfecciones; pero aún así tenemos suficientes motivos para
enorgullecemos de ella.
(El
Insular, 21 de enero de 1980)
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