Pensamientos de Simón Bolívar
Simon Bolivar Libertador |
¡Adiós Colombia! ¡Adiós Libertad! Tan preciosas ambas, ¿Cómo debemos perderlas sin llorar lágrimas de sangre?.
¡Compadezcámonos
mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!.
¡Cuan
superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas.!
¡He
proclamado la Libertad absoluta de los esclavos.!
¿Cuán
dichosos fuéramos si nuestra sabiduría se dejara conducir por la fortaleza?
¿Que importa que yo perezca para que viva un pueblo?.
¿Quiere
usted que yo continúe haciendo de Jesucristo sin ser Dios? Esto es muy duro,
esto supera mis fuerzas.
Al silencio
de los muertos, sucedieron los vivas a la Libertad.
Amo la
Libertad de la América más que mi gloria propia; y para conseguirla no he
ahorrado sacrificios.
Así como la
justicia justifica la audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de su
adquisición califica la insuficiencia de los medios.
Audacia en
el plan y prudencia en la ejecución.
Aunque la
guerra es el compendio de todos los males, la tiranía es el compendio de todas
las guerras.
Aunque me
cueste la vida voy a impedir la guerra civil.
Ay mi amigo,
mi aflicción no tiene medida, porque la calumnia me ahoga como aquellas
serpientes de Lacoonte.
Bajo la
dictadura ¿Quien puede hablar de Libertad?.
Bastante me
han criticado por haber hecho el bien a pesar de mi deber.
Bolívar es
incapaz de corromper a sus amigos porque nada puede pretender que no sea justo.
Boliviano:
nombre que me pertenece antes de nacer...
Cada pueblo
será libre a su modo y disfrutará de soberanía, según la voluntad de su
conciencia.
Ciertamente,
el oro y la plata son objetos preciosos; pero la existencia de la República y
la vida de los ciudadanos son más preciosos aún.
Colombia es
la palabra sagrada y la palabra mágica de todos los ciudadanos virtuosos.
Con valor se
acaban los males.
Contra los
canallas pueden emplearse las armas que usan ellos mismos.
Creo más en
el honor que en las pasiones.
Creo que mi
gloria ha llegado a su colmo, viendo a mi patria libre, constituida y
tranquila, al separarme yo de sus gloriosas riberas.
Cualesquiera
que sean los días que la Providencia me tenga aún destinados, todos, hasta el
último, serán empleados en servicio de la América.
Cualquiera
que sea mi suerte en lo adelante, mi último suspiro será por mi país.
Cuando las
calamidades públicas me pusieron las armas en las manos para libertar a mi
patria, yo no consulté mis fuerzas ni mis talentos.
Cuando los
partidos carecen de autoridad, ora por falta de poder, ya por el triunfo de sus
contrarios, nace el descontento y los debilita.
Cuando más
me elevo tanto más hondo se ofrece el abismo.
Cuando me
hablan de valor y de audacia, siento revivir todo mi ser y vuelvo a nacer, por
decirlo así, para la patria y para la gloria.
Cuando quede
reducido a nada estaré satisfecho de mi propia ruina y la veré como una gloria
y un martirio poco merecido.
Cuando temo
que desaprueben mi manejo o mis ideas, dejo de importunar con mi amistad a los
que me condenan.
Cuanto más
admiro la excelencia de la Constitución Federal de Venezuela, tanto más me
persuado de la imposibilidad de su aplicación a nuestro estado.
De la
capitulación no se saca otra cosa que entregar hasta los dispersos y perder
hasta el derecho de defenderse.
De la
derrota se saca el partido de la reacción.
De la
Libertad absoluta se desciende siempre al poder absoluto, y el medio entre
éstos dos términos es la Suprema Libertad Social.
De las cosas
más seguras, la más segura es dudar.
Debo irme lo
más lejos que pueda a descansar de tanta pena que me dan los males ajenos.
Después de
aliviar a los que aún sufren por la guerra, nada puede interesarme más que la
propagación de las ciencias.
Digan V.V.
que el ciudadano Bolívar viene a pagar sus respetos a la soberanía del pueblo.
Dios concede
la victoria a la constancia.
El amor a la
Libertad me ha forzado a seguir un oficio contrario a todos mis sentimientos.
El bien como
el mal, da la muerte cuando es súbito y excesivo.
El cielo es
prodigioso con los que combaten por la justicia y severo con los opresores.
Simon Bolivar Libertador |
El ejercicio
de la justicia es el ejercicio de la Libertad.
El error que
profeso a la opresión no me permite ser víctima de este sacrificio.
El género
humano gemía por la ruina de su más bella posesión : era esclavo y ya es libre.
El gran poder existe en la fuerza
irresistible del amor.
El hábito de
la guerra, el servicio de los campamentos, el contacto con los enemigos, me han
puesto fuera del mando civil.
El hombre es hijo del miedo, y el
criminal y el esclavo mucho más.
El honor es el mejor guía del
laberinto de las revoluciones.
El instinto es un consejero leal; en
tanto que la pedantería es un aire letífico que ahoga los buenos sentimientos.
El mando me disgusta tanto como amo
la gloria, y gloria no es mandar sino ejercitar grandes virtudes.
El mando
pesa más que la muerte al que no tiene ambición.
El menor mal
es el mayor bien posible.
El modo de gobernar bien es el
emplear hombres honrados, aunque sean enemigos.
El peligro
es mi trono, y vencerlo es mi gloria.
El peso de
la Libertad es liviano, pero también es difícil mantenerlo en equilibrio aun en
las naciones más cultas y civilizadas.
El premio del mérito es el acto más augusto
del poder humano.
El primer día de paz, será el último de mi mando.
El pueblo que combate con fe, al fin
triunfará.
El que abandona todo por ser útil a
su país, no pierde nada, y gana cuanto le consagra.
El que no está con la Libertad puede
contar con las cadenas del infortunio y con la desaprobación universal.
El que no
sabe escribir, ni paga contribución ni tiene un oficio conocido, no es un
ciudadano.
El que trabaja por la Libertad y la
gloria no debe tener otra recompensa que gloria y Libertad.
El sistema de gobierno más perfecto
es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad
social y mayor suma de estabilidad política.
El talento sin probidad es un azote.
El título de amigo solo vale por un
himno y por todos los dictados que puede dar la tierra.
El título de
Libertador de Venezuela es más glorioso y satisfactorio que el cetro de todos
los imperios de la tierra.
El valor es
preferible al número y la habilidad superior al valor.
El valor y
la habilidad suplen con ventaja al número.
El verdadero guerrero se gloria
solamente de vencer a sus enemigos, mas no de destruirlos.
Elegid por magistrados a los más
virtuosos de nuestros ciudadanos.
En cuanto a
la excelencia, usted sabe que no la merezco; me contentaré yo con ser justo.
En el puerto, las tempestades son
menos terribles.
En la desgracia la suerte nos unió,
el valor nos ha unido en los designios, y la naturaleza nos dio un mismo ser
para que fuésemos hermanos.
En las guerras civiles es donde el
derecho de gentes ha de ser más estricto y vigoroso.
En las guerras civiles es política
el ser generosos, porque la venganza progresivamente se aumenta.
En los gobiernos
no hay otro partido que someterse a lo que quieren los más.
En lugar de
una amante, quiero tener a mi lado un filósofo; pues en el día yo prefiero a
Sócrates a la hermosa Aspasia.
En moral
como en política hay reglas que no se deben traspasar, pues su violación suele
costar caro.
En política nada vale tanto y cuesta
menos como las demostraciones de respeto y consideración.
En todas las
guerras civiles ha vencido siempre el más feroz o el más enérgico, según la
aceptación de la palabra.
En una
constitución política no debe prescribirse una profesión religiosa.
Es difícil
hacer justicia a quién nos ha ofendido.
Es
imperturbable nuestra resolución de independencia o nada.
Es
insoportable el espíritu militar en el mando civil.
Es la desgracia
del hombre el no contentarse nunca.
Es menos
peligroso que haya dos potestades que una sola.
Es muy importante premiar a tiempo.
Es
Preferible la muerte que la expatriación.
Es una manía
miserable el querer mandar a todo trance.
Esfuerzos
inauditos me han arrancado la energía de la vida y, por consiguiente, me hallo
reducido al más triste desaliento.
Estoy como el sol, brotando rayos
por todas partes.
Estoy en el
caso de perder el camino de la vida, o de seguir siempre el de la gloria.
Simon Bolivar Libertador |
Estoy todo
entero donde quiera que esté una de mis partes.
Formémonos
una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable.
Fuera del
ejército, estoy fuera de mi centro.
Hacer bien y aprender la verdad son
las únicas ventajas que la Providencia nos ha concedido en la tierra.
Haré cuanto
pueda por la América, y después, aunque toda ella perezca, despreciaré todas
las ofertas del Universo por mi gloria.
He combatido
por la Libertad que es gloriosa.
He llegado
al punto que ni aún la salud de la patria, ni la gloria misma, me hacen la
menor impresión, si se oponen a la letra de mi deber.
He sido víctima de mis
perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
Hombres virtuosos, hombres
patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas.
Huid del
país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos.
Id veloces a
vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura a el oprimido y Libertad a
todos.
Igualdad
legal es indispensable donde hay desigualdad física, para corregir en cierto
modo la injusticia de la naturaleza.
Jamás un
Congreso ha salvado a la República.
La
aclamación libre de los ciudadanos es la única fuente legítima de todo poder
humano.
La amistad es mas fuerte que la
fortuna. La Amistad es mi pasión. La
Amistad es preferible a la gloria.
La anarquía
destruye la Libertad y la unidad conserva el orden.
La bondad es la exclusión de todos
los defectos y de todas las maldades.
La cadena de
mis pensamientos se fija en el cielo y termina en el abismo. Jamás puedo razonar
sin sacar consecuencias horrorosas.
La clemencia
con el malvado es un castigo del bueno
La clemencia con los criminales es
un ataque a la virtud.
La
continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el
término de los gobiernos democráticos.
La corrupción de los pueblos nace la
indulgencia de los Tribunales y de la impunidad de los delitos.
La
declaración de la República de Venezuela es el Acta más gloriosa, más heroica,
más digna de un pueblo libre.
La
desesperación es la salud de los perdidos.
La
desesperación no escoge los medios que la sacan del peligro.
La destrucción de la moral pública
causa bien pronto la disolución del Estado.
La dictadura
es el escollo de las Repúblicas.
La educación forma al hombre moral,
y para formar un legislador se necesita ciertamente educarlo en una escuela de
moral, de justicia y de leyes.
La educación popular debe ser el
cuidado primogénito del amor paternal del gobierno.
La
existencia es el primer bien; y el segundo es el modo de existir.
La
experiencia me ha enseñado que de los hombres se ha de exigir mucho para que
hagan muy poco.
La familia
es un tesoro en que todos tienen interés.
La fortuna
no debe luchar vencedora contra quienes la muerte no intimida; y la vida no
tiene precio sino en tanto que es gloriosa.
La gloria de
la patria es vencer o morir.
La gloria
debe ser insaciable cuando se funda en sus verdaderos principios.
La gloria es
la dicha del héroe.
La gloria es
mil veces preferible a la felicidad y la vindicta de Colombia pesa más en mis
balanzas que los viles goces de la vida.
La gloria esta en ser grande y ser
útil.
La gloria y
la guerra son mis flaquezas.
La guerra es
mi elemento, los peligros mi gloria.
La igualdad
no es lo mas conforme con la obediencia.
La impunidad de los delitos hace que
éstos se cometan con más frecuencia, y al fin llega el caso de que el castigo
no basta para reprimirlos.
La ingratitud es el crimen más
grande que pueden los hombres atreverse a cometer.
La
ingratitud me tiene aniquilado el espíritu habiéndolo privado de todos los
resortes de acción.
La instrucción es la felicidad de la
vida.
La justicia es la reina de las
virtudes republicanas, y con ellas se sostienen la Igualdad y la Libertad.
La Libertad del mundo esta
dependiente de la salud de la América.
La Libertad
se halla de ordinario enferma de anarquía.
La más
hermosa corona es la que da la justicia.
La mejor política es la honradez.
La
moderación es la salud de los perdidos.
La
moderación siempre es tímida y la fortuna desaíra a la timidez.
La muerte es
la cura de nuestros dolores.
La ofensa
hecha al justo es un golpe contra mi corazón y yo no quiero precipitar mi mano
contra mi propio pecho.
La opresión
está reunida en masa, bajo un solo estandarte, y si la Libertad se dispersa no
puede haber combate.
La Patria es preferible a todo.
La patria
exige cada día nuevos sacrificios, y es necesario darle hasta el último aliento
de la vida.
La paz será
mi puerto, mi gloria, mi recompensa, mi esperanza, mi dicha y cuanto me es
precioso en este mundo.
La primera de todas las fuerzas es
la opinión pública.
La religión es la ley de la
conciencia.
Simon Bolivar Libertador |
La
responsabilidad de los empleados se señala en la constitución.
La
revolución es un elemento que no se puede manejar. Es más indócil que el
viento.
La sabiduría
aconseja la resignación más absoluta a los decretos del destino para disminuir
sus rigores.
La soberanía del pueblo es la única
autoridad legítima de las naciones. Tiene como base la justicia.
La soberanía
del pueblo no es limitada, porque la justicia es su base y la utilidad perfecta
le pone término.
La suerte de
la guerra es impenetrable para los hombres.
La suerte de Venezuela no me puede
ser indiferente ni aún después de muerto.
La suerte me
ha colocado en el ápice del poder; pero no quiero tener otros derechos que los
del más simple ciudadano.
La unidad en
la guerra es la primera ventaja.
La verdad
pura y limpia es el mejor modo de persuadir.
La verdadera
constitución liberal está en los códigos civiles y criminales.
La vida es corta, no sé cuando la
perderé; un día perdido es irreparable.
La voluntad
legal del pueblo es mi soberana y mi ley.
Las buenas costumbres y no la
fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia.
Las cosas para hacerlas bien es
preciso hacerlas dos veces: la primera enseña la segunda.
Las
discordias que nacen de la unión que yo he procurado formar, me hacen sufrir
las agonías del suplicio.
Las guerra
se alimenta del despotismo, y no se hace por el amor de Dios.
Las repetidas elecciones son
esenciales en los sistemas populares, ...
Las sociedades ilustradas han puesto
siempre la educación entre las bases de sus instituciones.
Libertador
más que todo, y, por lo mismo, yo no me degradaré hasta un trono.
Libertador o
muerto, es mi divisa.
Llamarse jefe para no serlo es el
colmo de la miseria.
Llamo humano
lo que está más en la Naturaleza, lo que está más cerca de las primitivas
impresiones.
Lo mismo es para Venezuela combatir
contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende.
Los
asesinos, los ingratos, los maldicientes y los traidores, han rebosado la
medida de mi sufrimiento.
Los beneficios que se hacen hoy se
reciben mañana, porque Dios premia la virtud en este mundo mismo.
Los Estados Unidos parecen
destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la
Libertad.
Los
gobiernos populares son como todos, y, por lo mismo, de todo gobierno tiene uno
que esperar injusticias.
Los hijos de
Venezuela no hicieron nada, nada, para impedir que los salvásemos.
Los intrigantes corrompen los
pueblos, desprestigiando la autoridad.
Los malvados no tienen ni honor ni
gratitud, y no saben agradecer, sino temer.
Los peligros
enseñan la vía de la salud.
Los
preceptos y los dogmas sagrados son útiles, luminosos y de evidencia
metafísica.
Los tiranos
no pueden acercarse a los muros invencibles de Colombia sin expiar con su
impura sangre la audacia de sus delirios.
Mandado el
Ejército, Colombia me tendrá siempre en la reserva y el gobierno en la
vanguardia.
Más
aborrezco el mando que la muerte, pero todavía aborrezco más la ignominia de la
deserción.
Más cuesta
mantener el equilibrio de la Libertad que soportar el peso de la tiranía.
Más hace en un día un intrigante que
cien hombres de bien en un mes.
Me resulta
insoportable oírme llamar tirano y usurpador. Yo sé padecer todo menos esto.
Me vería
como un hombre indigno, si fuere capaz de asegurar lo que no estoy cierto en
cumplir.
Mejor es
estar tranquilo que vivir sobre el trono del universo.
Mi
aborrecimiento al mando ha sido tan sincero como todo mi carácter.
Mi ambición
se limita a liberar mi país y a ser estimado por hombre de bien por mis coterráneos.
Mi corazón
se hallará siempre en Caracas, allí recibí la vida y allí debo rendirla.
Mi destino
ha querido que una vasta porción del mundo haya aprovechado de mis combates
para romper sus cadenas: éste es todo mi mérito.
Mi espada y
mi corazón siempre serán de Colombia; y mis últimos suspiros pedirán al cielo
su felicidad.
Mi gloria
consiste en no mandar más.
Mi gloria se
ha fundado sobre el deber y el bien.
Mi impetuosa
pasión, mi aspiración mayor, es la de llevar el nombre de `amante de la
Libertad'.
Mi mayor
ambición será es la dicha y la estabilidad de las Repúblicas que han fundado el
heroísmo y las virtudes del ejército.
Mi mayor
anhelo es que los colombianos salgan del Perú inmaculados.
Mi mayor
flaqueza es mi amor por la Libertad.
Mi País se
ha liberado porque ha habido unidad y obediencia; no siempre voluntaria, pero
siempre constante.
Mi querida
Venezuela que adoro sobre todas las cosas.
Mi único
amor siempre ha sido el de mi patria, mi única ambición su Libertad.
Mi único
tesoro es mi reputación.
Mi vida:
blanco de odios implacables...
Mi voto es
sincero porque no tengo envidia de nadie.
Mirad, que
sin fuerza no hay virtud, y sin virtud perece la República.
Mis cóleras
pertenecen a los relámpagos que pasan con ellas.
Mis temores
nunca me han burlado, ellos son presagios infalibles.
Mis
tristezas vienen de mi filosofía y yo soy más filósofo en la prosperidad que en
el infortunio.
Nacido
ciudadano de Caracas, mi mayor ambición será conservar ese precioso título.
Nada es tan
peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder.
Nada se hace
cuando aún falta que hacer.
Nada sino
las malas acciones deben molestar a los hombres.
Nadie es
grande impunemente, nadie se escapa al levantarse de las mordicas de la
envidia.
Nadie puede
hablar de si sin degradar de algún modo su mérito.
Ninguno ama
a Venezuela más que yo.
No aspiro a
otra gloria que a la consolidación de Colombia.
No conviene
que el Jefe de las armas sea el que administre la justicia.
No creo
ninguna cosa tan corrosiva como la alabanza.
Simon Bolivar Libertador |
No envainaré
jamás la espada mientras la Libertad de mi patria no esté completamente
asegurada.
No es
asequible lo que se debe hacer, sino aquello a que el derecho nos autoriza.
No es lo
mejor lo mas bueno si no hay posibilidad de hacer ejecutar lo que se intenta.
No es
necesario más que hacer frente al déspota para que huya vergonzosamente.
No estoy
bien sino en los peligros combinados con los embarazos.
No hay
Libertad legítima sino cuando ésta se dirige a honrar la humanidad y a
perfeccionarle su suerte.
No hay más
dicha ni desdicha que prudencia o imprudencia.
No hay nada
tan frágil como la vida de un hombre.
No le diga
usted nada al congreso sobre mi haber porque yo no quiero nada, nada, nada,
sino armisticio o paz, después veré como me compongo.
No mandaré
ciertamente para obtener por recompensa el título de tirano.
No siempre
lo justo es lo conveniente, ni lo útil lo justo.
No temáis a
los tiranos, porque ellos son débiles, injustos y cobardes.
No temáis la
espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan
a su suerte vuestros verdugos.
No veo
delante de mí más que miseria, vejez y mendicidad cuando nunca he estado acostumbrado
a semejantes calamidades.
Noche y día
me atormenta la idea, en que están mis enemigos, de que mis servicios por la
Libertad son dirigidos por la ambición.
Nosotros no
hemos ido al Perú sino a buscar fraternidad y gloria.
Nuestras
armas han venido a protegeros y no se emplearán jamás contra uno solo de
nuestros hermanos.
Nunca se me
ha intimidado ni arrancado nada por la fuerza.
Para Juzgar
de las revoluciones y de sus actores, es menester observarlos muy de cerca y
juzgarlos muy de lejos.
Para la
sátira más cruel se necesita nobleza y propiedad como para el elogio más
subido.
Para
nosotros, la patria es América.
Para que un
pueblo sea libre debe tener un gobierno fuerte, que posea medios suficientes
para librarlo de la anarquía.
Parece que
el demonio dirige las cosas de mi vida .
Perezca yo
mil veces antes de tener miras personales ni causa propia.
Persuádase
usted que no sirvo sino para pelear, o, por lo menos, para andar con soldados,
impidiendo que otros los conduzcan peor que yo.
Por triste
que sea nuestra muerte, siempre será más alegre que nuestra vida.
Porque nada
es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el
Poder.
Porque
nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre, que
agobian todavía a alguno de nuestros pueblos ...
Prefiero el
título de Ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra, aquél
emana de las leyes.
Prefiero la
ruina de Colombia a oírme llamar con el epíteto de usurpador.
Prefiero
perecer de miseria a ser víctima de las pasiones y de las facciones ajenas.
Prefiero un
combate con los españoles a disgustos entre los patriotas.
Prefiero una
derrota a una capitulación.
Principio
base de nuestra política: Paz a la nación española, y guerra de exterminio a su
gobierno actual.
Pronto estoy
a marchar con mis queridos compañeros de armas a los confines de la tierra que
sea oprimida por tiranos.
Protegeré la
religión hasta que me muera.
Que me
manden a salvar la República y salvo la América toda.
Quiero
asegurar después de mi muerte una memoria que merezca bien de la Libertad.
Quiero pasar
por todo, prefiero sucumbir en mis esperanzas, a pasar por tirano, y aun
aparecer sospechoso.
Quiero
salir, ciertamente, del abismo en que nos hallamos, pero por la senda del deber
y no de otro modo.
Recibo con
mucho placer un bastón que usted me da; es la imagen del mando que yo aborrezco
por lo que jamás uso tal insignia.
Renovemos la
idea de un pueblo que no solo quería ser libre, sino virtuoso.
Reside en la
médula de mis huesos el fundamento de mi carácter.
Saber y
honradez, no dinero, es lo que requiere el ejercicio del Poder público.
Ser
respetados es más que ser libres.
Seremos para
siempre, libres, iguales e independientes.
Serviré con
las armas hasta la muerte.
Si es una
virtud la indulgencia, lo es, ciertamente, cuando es ejercida por un
particular, pero no por un Gobierno.
Si hay una
violencia justa, es aquella que se emplea en hacer a los hombres buenos; y, por
consiguiente felices.
Si la
lisonja es un veneno mortal para las almas bajas, los elogios debidos al mérito
alimentan las almas sublimes.
Si mi muerte
contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré
tranquilo al sepulcro.
Si se opone
la naturaleza a nuestros designios, lucharemos contra ella, y la haremos que
nos obedezca.
Si un hombre
fuese necesario para sostener el Estado, este Estado no deberá subsistir, y al
fin no existiría.
Si yo fuese
envidioso, apenas podría merecer el nombre de hombre.
Siempre el
ladrón tiene miedo de la Justicia.
Siempre los
tiranos se han ligado y los libres jamás. ¡ Desgraciada condición humana!.
Sin energía
no resplandece nunca el mérito y sin fuerza no hay virtud, y sin valor no hay
gloria.
Sin
estabilidad, todo principio político se corrompe y termina siempre por
destruirse.
Sin fuerza
no hay virtud y sin virtud perece la República.
Sin moral
republicana no puede haber gobierno libre.
Sin
responsabilidad, sin represión, el Estado es un caos.
Solo
ejércitos aguerridos son capaces de sobreponerse a los primeros infaustos
sucesos de una campaña.
Solo la
Democracia, en mi concepto, es susceptible de una absoluta Libertad.
Soy liberal
por egoísmo y deseo la independencia de todo el continente por evitar una
guerra en lo futuro.
Tendré que
pasar por el dolor de girar contra el tesoro público, porque actualmente no
tengo un peso de que disponer.
Tengamos una
conciencia recta y dejemos al tiempo hacer prodigios.
Tengo en más
un soldado de la ley que al conquistador del universo.
Tengo mi
elocuencia aparte y no quiero sujetarme a políticos, ni a reyes ni a
presidentes.
Todo el
cuerpo de la historia enseña que las gangrenas políticas no se curan con
paliativos.
Todo lo que
comporta mi honor lo he hecho ya por la salud de la patria.
Simon Bolivar Libertador |
Todos se
vuelven locos cuando me quieren hacer la guerra, porque está visto que hay una
Providencia especial para mí.
Tomemos de
Atenas su Areópago y los guardianes de las costumbres y de las leyes.
Triunfo
absoluto, o nada, es mi divisa.
Un americano
no puede ser mi enemigo ni aún combatiendo contra mí bajo las banderas de los
tiranos.
Un desengaño
vale mas que mil ilusiones.
Un
diplomático, debe ser todo reserva, misterio y doblez.
Un gobierno
republicano ha sido, es y debe ser el de Venezuela.
Un hombre
sin estudios es un ser incompleto.
Un magistrado
republicano, constituido para esclavo del pueblo, no es otra cosa que una
víctima.
Un militar
no tiene virtualmente que meterse sino en el ministerio de sus armas.
Un necio no
puede ser autoridad.
Un pueblo
ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.
Un sabio no
muere nunca, pues no hace otra cosa que mejorar de carrera, pero su familia
empeora de suerte.
Un soldado
feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria.
Una ley
fundamental no puede ser sospechosa siquiera, como la mujer Cesar. La
integridad debe ser su primer atributo.
Una vida
entera de merecimientos cubre un momento de flaqueza.
Una vida
pasiva o inactiva es la imagen de la muerte, es el abandono de la vida; es
anticipar la nada antes de que llegue.
Usted sabe
que yo no se mentir, y también sabe Ud. que la elevación de mi alma no se
degrada jamás al fingimiento.
Valor,
riqueza, ciencia y virtudes: estas son las cuatro potencias del alma del mundo
corporal: estas son las reinas del universo.
Y así, estoy
resuelto a irme a cualquier parte ... ¡Pero cómo llegaré! Daré compasión a mis
enemigos.
Ya es tiempo
de esperar en reposo la muerte para medio vivir los peores años de la vida.
Ya no se
puede mandar, sino por el amor del prójimo y por una profunda humanidad.
Yo contemplo
con gozo inefable cuando las sombras de la opresión huyen ante la Libertad.
Yo desprecié
los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi
sangre por la Libertad de mi Patria.
Yo he
combatido por la Libertad y por la gloria; de consiguiente, juzgárseme tirano y
con ignominia, es el complemento de la pena.
Yo he hecho
lo que he podido por el bien de los hombres y de los buenos principios.
Yo imploro
la confirmación de la Libertad absoluta de los esclavos como imploraría mi
vida, y la vida de la República.
Yo imploro
la Libertad absoluta de los esclavos como imploraría por mi vida y la de la
República.
Yo juré en
el fondo de mi corazón no ser más un soldado, servir solamente en la guerra, y
ser en la paz un ciudadano.
Yo llenaré
con gloria la carrera que he emprendido por la salud de mi patria.
Yo moriré
como nací: desnudo.
Yo nada
deseo en el mundo tanto como hacer a Venezuela todo el bien que dependa de mis
facultades.
Yo no
escribo a los que amo sino cuando necesito de ellos.
Yo no he
sido construido para presidente sino para soldado.
Yo no pido
por recompensa más que el reposo y la conservación de mi honor.
Yo no quiero
el mando, mas si quieren arrebatármelo por fuerza o intrigas, combatiré hasta
el último caso.
Yo no quiero
lujo en nada, pero tampoco indecencia.
Yo no sé
jamás degradarme a fingir y mucho menos a negar.
Yo nunca me
retiraré delante de los peligros.
Yo poseo el
sentimiento de la amistad y de la gratitud: por lo mismo, sus contrarios me son
enojosos.
Yo quiero
vivir libre y morir ciudadano.
Yo saldré
gustosamente por el camino real y conforme se debe a mi honor.
Yo siento
por lo presente y por los siglos futuros.
Yo siento
que la energía de mi alma se eleva, se ensancha y se iguala siempre a la
magnitud de los peligros.
Yo soy con
los soldados lo que los pródigos con el dinero, que cuando lo tienen no saben
que hacer con él sino gastarlo.
Yo soy
implacable contra la ignominia.
Yo soy
irrevocable, como el destino, en los negocios de disciplina.
Yo soy un
hombre diáfano.
Yo tengo
demasiada fuerza para rehusar ver el horror de mi pena.
Yo valdría
algo si me hubiesen alabado menos.
Simón
Bolívar
Recopilación
sacada de cartas, discursos y proclamas por Johnny de Wekker Vegas
Tomado de http://wekker.seagull.net/pen_bol.html
NOTA: Del análisis de esta recopilación se llega inevitablemente a la conclusión de que quienes desde hace 16 años están destruyendo a Venezuela no son bolivarianos, aunque digan actuar en nombre de Simón Bolívar. Rodulfo González.
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