Ya tienen la marca de la derrota
Está más que claro que este régimen perdió la confianza porque los venezolanos ya no se calan semejantes desatinos. Estamos a menos de dos meses para el esperado 6 de diciembre y, hagan lo que hagan, tienen la marca de la derrota en la frente. Ya no encuentran qué inventar. Pasan de un tema a otro con todo desparpajo; “que si vamos a una guerra con Colombia o con Guyana, que si Obama es muy malo, que si España se mete en nuestros asuntos internos”, etc., y dale con esa cantaleta fastidiosa que no sirve para resolver lo que realmente cuenta en estos momentos, y que es la comida, las medicinas y la seguridad de la vida de los ciudadanos. Pero las encuestas siguen de mal en peor, para Maduro, por supuesto, la que usted agarre al azar, cualquiera, ahí leerá que los favoritismos hacia la Mesa de la Unidad “van viento en popa”.
Esto no es para pensar que el trabajo ya está hecho. ¡Para nada!, aún es cuando falta por bregar, recorriendo casa por casa, como efectivamente lo hacen todos los voluntarios –porque no es solo tarea de los candidatos a diputados– llevando el mensaje del cambio lo más urgente posible, y lo hacemos con una propuesta clara y sencilla: un gobierno que remedie esta tragedia, que la gente pueda tener trabajo, que lo que gane le alcance para comer bien, vestir a sus muchachos, garantizar su salud, que la familia tenga tranquilidad en su barrio y en su urbanización. Porque es inocultable el descalabro económico y social en el que nos ha metido Maduro.
Afortunadamente, la gente no ha perdido su fe y continúa luchando segura de que ganaremos el próximo 6 de diciembre. Brinquen, salten, pongan las mesas de un lado o de otro, les cambien el color a las maquinitas, movilicen a sus “grupos violentos”, hagan lo que hagan, ganaremos y resguardaremos esa victoria con el alma, con la voluntad de un pueblo que se ha preparado cívicamente, organizadamente para garantizar el respeto a su expresión soberana.
Por último, les cuento que regreso emocionada de esta gira que cerramos con broche de oro con la entrevista con el papa Francisco. Sin embargo, al pisar mi tierra nos esperaban en Maiquetía funcionarios, como lo dice el doctor Héctor Faúndez, que “existen grupos que tratan de emular plenamente a la Gestapo”. Llegué con un maletín de mano, donde solo traía los CD que narran el secuestro de Antonio, unos sobres con copias de las cartas que entregué a su santidad y al cardenal Parolin, los documentos de la ONU, de los parlamentos, alcaldes, etc., con los que me reuní en este exigente recorrido en pos de la libertad de mi querida Venezuela. La verdad que solo les faltó preguntar si era judía o hija de judíos. Ante toda esta arremetida, serena, les decía: “Esto cambiará, seguro que cambiará”, y varias funcionarias nos “picaban el ojo”.
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