¡Ahora o nunca!
La intención del gobierno de desconocer el resultado electoral de las parlamentarias el próximo 6 D ya es vox populi. Se habla de un megafraude que ha encendido las alarmas en Venezuela y el mundo. La pormenorizada y determinante carta del secretario general de la OEA, Luis Almagro, a la presidente del CNE, Tibisay Lucena –“No puedo hacer la vista gorda ante hechos concretos que claramente vulneran derechos en el marco de la campaña electoral y el propio proceso electoral…”– es un inventario de todas las faltas en las que ha incurrido el organismo electoral para torcer la voluntad popular y favorecer el ventajismo de los candidatos oficialistas, además del regaño y del penoso llamado que le hace a la rectora para que cumpla con su deber y garantice la transparencia del proceso electoral. La carta de Almagro es solo una píldora de las consecuencias que tendría un fraude.
La OEA y la Unión Europea no se quedarán de brazos cruzados, también la Corte Penal Internacional de La Haya, que ya admitió una demanda por crímenes de lesa humanidad contra el Estado venezolano, donde se anexan las declaraciones del presidente Nicolás Maduro advirtiendo que si la oposición toma el control de la Asamblea Nacional “sucederían cosas muy graves, se desataría un proceso de confrontación de calle” y que él mismo “sería el primero en lanzarse a la calle junto al pueblo para defender la revolución”. Los organismos internacionales tienen montados en la olla a Maduro, Diosdado y, por supuesto, a la Lucena.
En lo interno, la reacción de la Fuerza Armada Nacional no será la misma que en fraudes anteriores, porque hay una oficialidad que ha tomado conciencia del grave daño hecho a la soberanía del país con la injerencia de los dictadores cubanos en los asuntos nacionales y en su institución. El megafraude es un escenario que se está analizando en la oficialidad. Nuestras fuentes militares aseguran que hay unidades, con sus respectivos comandantes, que se van a sumar para rescatar la institucionalidad democrática y los valores morales socavados por los “narco-soles”. Su fin primordial es la plena vigencia de la Constitución nacional bolivariana. ¡Ahora o nunca!
“Representante especial”
Al sospechoso rechazo del CNE a una observación electoral confiable para las elecciones parlamentarias le siguió un convenio con Unasur que finalmente acompañará los comicios legislativos. La misión electoral la encabezará el ex presidente de República Dominicana Leonel Fernández, que ha sido designado “representante especial”.
La Lucena y Unasur nos volvieron a hacer la señal de costumbre con enviados incondicionales del régimen y gente como Fernández, que tiene muchas razones para agradecer y devolver los favores que Hugo Chávez le hiciera durante su mandato. Remito a los lectores a consultar mi columna del 23/12/09, titulada “Caja de Pandora”, donde revelo los rentables negocios y tratos preferenciales que obtuvo para su país Leonel Fernández durante su gobierno, además de un acuerdo secreto para favorecer al presidente del Partido Comunista dominicano, Isa Conde, y al ciudadano dominicano Miguel Mejías –amigos del presidente Chávez y aliados de las FARC– con instrucciones de enviarle dinero a la guerrilla y a otros grupos en el Medio Oriente.
Cuáles serían las razones del secretario de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, para aplaudir esa misión y asegurar que “será radicalmente distinta a las demás, que no viene a hacer comparsa”, cuando la encabeza Leonel Fernández, redactor junto con Fidel Castro del documento constitutivo de Petrocaribe, en Puerto La Cruz, y quien facilitó la entrada y residencia a los boliburgueses en República Dominicana.
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