Gloria al bravo pueblo
Dos terceras partes de la Asamblea Nacional, evento único en los anales venezolanos
GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
sábado 12 de diciembre de 2015 12:00 AM
El del pasado domingo fue uno de los resultados electorales más rotundos de la historia patria. Que la oposición haya obtenido más del 56% de los votos equivale a los mejores momentos de Hugo Chávez o las victorias de Carlos Andrés Pérez o Jaime Lusinchi. Y no se diga de haber asegurado las dos terceras partes de la Asamblea Nacional, evento único en los anales venezolanos, lo que le otorga el máximo de poderes constitucionales, la capacidad de innovar drásticamente el ordenamiento jurídico y la conducción de la política.
Un triunfo espectacular, más espectacular si se ve con ojos mínimamente decentes las condiciones de la campaña y el comportamiento del Consejo Nacional Electoral. Espectacular sobre todo el modo en que el liderazgo político de los partidos democráticos construyó una sólida mayoría, y además logró con esta avalancha de votos obligar a la minoría a reconocer lo evidente. Mayoría política clara, equivalente a la que en su momento obtuvo Chávez en lo personal (nunca cuando el PSUV o cualquier otro de sus vehículos electorales era el protagonista, como en elecciones parlamentarias o de gobernadores).
Mayoría política que viene construyéndose paciente, heroicamente podría decirse, desde el peor momento electoral, las elecciones del 2006, pasando por el punto de inflexión de la victoria en el referendo de la reforma constitucional, hasta el empate en las elecciones del 2013 y la sólida votación de las últimas municipales. Por más voto castigo que quiera encontrarse, la oposición ya había llegado en este crecimiento sostenido a la mitad del electorado, además con unos niveles de participación equivalente o superior a la de la otra y minoritaria fuerza política.
El voto castigo, además, no podía sorprender a nadie en vista de lo que tiene ya años pasando, y que por razones de salud mental no requiere repetirse ahora. Sin duda el pueblo rechaza este modo de conducir el país, pero no puede olvidarse que a los pocos días de la muerte del presidente Chávez ya Capriles obtenía la mitad de los votos, según el CNE. Y que hasta hace no tanto, el modo en que el electorado castigaba al otro partido era absteniéndose. Ahora lo que ocurrió fue un cambio radical de preferencia, un anhelo de cambio como está viéndose en toda América.
@glinaresbenzo
Un triunfo espectacular, más espectacular si se ve con ojos mínimamente decentes las condiciones de la campaña y el comportamiento del Consejo Nacional Electoral. Espectacular sobre todo el modo en que el liderazgo político de los partidos democráticos construyó una sólida mayoría, y además logró con esta avalancha de votos obligar a la minoría a reconocer lo evidente. Mayoría política clara, equivalente a la que en su momento obtuvo Chávez en lo personal (nunca cuando el PSUV o cualquier otro de sus vehículos electorales era el protagonista, como en elecciones parlamentarias o de gobernadores).
Mayoría política que viene construyéndose paciente, heroicamente podría decirse, desde el peor momento electoral, las elecciones del 2006, pasando por el punto de inflexión de la victoria en el referendo de la reforma constitucional, hasta el empate en las elecciones del 2013 y la sólida votación de las últimas municipales. Por más voto castigo que quiera encontrarse, la oposición ya había llegado en este crecimiento sostenido a la mitad del electorado, además con unos niveles de participación equivalente o superior a la de la otra y minoritaria fuerza política.
El voto castigo, además, no podía sorprender a nadie en vista de lo que tiene ya años pasando, y que por razones de salud mental no requiere repetirse ahora. Sin duda el pueblo rechaza este modo de conducir el país, pero no puede olvidarse que a los pocos días de la muerte del presidente Chávez ya Capriles obtenía la mitad de los votos, según el CNE. Y que hasta hace no tanto, el modo en que el electorado castigaba al otro partido era absteniéndose. Ahora lo que ocurrió fue un cambio radical de preferencia, un anhelo de cambio como está viéndose en toda América.
@glinaresbenzo
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